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En 'Surco', una de sus muestras más celebradas, profundizaba en su investigación sobre los signos que se generan en la ciudad, tanto por su construcción ... y desarrollo, como por la actividad que sucede en ella. Juan López, que viene desarrollando una de las trayectorias más coherentes entre la generación de artistas emergentes desde principios de siglo, acude habitualmente a elementos de carácter arquitectónico asociados a las estructuras de poder para tratar de vislumbrar alternativas a las relaciones sociales normativas. Siempre desde la intervención específica en espacios dados, «pretende quebrar y luego recomponer los vínculos entre los tres elementos que conforman la ecuación de su trabajo: ciudad, subjetividad y poder». Ahora, el artista cántabro cambia de escenario, ahonda en sus inquietudes y «explora los signos de la cueva de Altamira como origen de la comunicación». Un artista para el cual la idea de 'quebrar' es esencial en su práctica. Le permite vincular la objetividad del 'afuera' con la percepción individual. En muchos casos, un tránsito que se realiza a través del lenguaje, que es sistemáticamente sesgado y recompuesto para alumbrar nuevos significados.
El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, museo estatal del Ministerio de Cultura, inauguraba así ayer la exposición temporal bajo el epígrafe '.txtform' de Juan López (Alto Maliaño, 1979). La muestra, realizada en colaboración con la galería santanderina Juan Silió, se podrá visitar hasta el 28 de agosto. El desprendimiento producido hace 13.000 años en la entrada de la cueva de Altamira creó una cápsula que mantuvo la estabilidad climática necesaria para conservar las pinturas y grabados. «Una cápsula que preservó, al mismo tiempo, el lenguaje y sonido original del cuaternario».
Museo de Altamira Museo estatal del Ministerio de Cultura, exposición '.txtform', de Juan López. Hasta el 28 de agosto.
El artista Se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Cuenca. Ha recibido distintas becas y premios. Fundación Botín, el premio ABC de Artes Plásticas o Generaciones 2013. Ha trabajado en residencias internacionales de creación y ha expuesto su obra en museos nacionales como Fundación Joan Miró, La Panera, Musac, Artium, Matadero de Madrid o CA2M, e internacionales.
A partir de esta idea, Juan López interpreta los signos grabados y dibujados de la cueva, para traducirlos en formas y sonidos. El artista presentó su proyecto en una acto en el que estuvo acompañado por la subdirectora general adjunta de Museos Estatales, Leticia Sastre; la directora del Museo de Altamira, Pilar Fatás; la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santillana del Mar, Pilar Alcorta; y el propio galerista Juan Silió.
El proyecto se enmarca en la línea de trabajo con la que el Ministerio refuerza la presencia del arte contemporáneo en los Museos Estatales. En opinión de Leticia Sastre, «no se puede entender el patrimonio cultural del pasado sin una mirada contemporánea». Con esta exposición el Museo de Altamira vuelve a poner el foco en la influencia que ejerce el arte paleolítico sobre el arte contemporáneo porque, según explicó Pilar Fatás, «las relecturas del arte paleolítico a manos del arte contemporáneo son tantas como artistas contemporáneos».
Bajo el epígrafe '.txtform', en su muestra Juan López busca paralelismos entre la producción artística del cuaternario y los sistemas actuales de comunicación y realiza una relectura, una traducción, a un sistema nuevo de comunicación a partir de los signos de la cueva. En una composición mural, López plantea un nuevo alfabeto a partir de estos signos, que representan un lenguaje abstracto con unos códigos establecidos y dotados de significados.
La obra ha sido realizada exprofeso para esta exposición durante el proceso de montaje con pladur y cemento, materiales que actúan como segunda piel y que le sirven al artista para replica las formas y volúmenes presentes en la cueva.
En palabras del artista, «la exposición aborda la relación entre la caligrafía y la arquitectura como sistemas de comunicación». Así, el artista descompone claviformes y tectiformes, agrupando o desencajando las formas en negativo y positivo para generar nuevos alfabetos y tipografías y crear un nuevo tipo de comunicación a través de la imagen.
Finalmente, la exposición incorpora una escultura sonora que genera grabados inspirados en los signos de la cueva. Un 'objeto amplificado' servirá como instrumento para escuchar e interpretar las marcas realizadas sobre una piedra caliza de Escobedo.
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