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La comparecencia de la obra de Juan Uslé en cualquier espacio deviene en acontecimiento. La última edición de ARCO lo volvió a demostrar, más allá de premios y reconocimientos. Su activa y profusa presencia en galerías, centros de arte y museos internacionales es otra ... de las referencias habituales que potencian su trayectoria. Ahora en el inicio de la nueva temporada expositiva, como ya avanzó este periódico el pasado mes de junio, el santanderino, uno de los pintores españoles contemporáneos más reconocidos del mundo del arte, pasa a formar parte de los artistas representados por la Galería Elvira González en el ámbito nacional. La galería madrileña acoge desde el próximo jueves, día 12, esta primera exposición de Uslé en ese espacio. La muestra individual reunirá obras de reciente creación y forma parte del programa Apertura Madrid Gallery Weekend 2024, con el que las galerías que conforman la asociación Arte Madrid, arrancan la temporada artística.
Bajo el epígrafe 'Ojos en la duda' la propuesta vuelve a reflejar esa identidad de la obra de Uslé fundamentada en el empleo de bandas paralelas de anchos brochazos que recorren de forma intermitente y con enorme sutileza la superficie de la tela, superponiendo capas diluidas de materia con bandas de color.
Esta primera cita con el espacio de Elvira González ya tuvo un precedente en el estand de esa galería en ARCOmadrid en el que presentó la obra 'Crimea Norte' (2024) de Uslé (Santander, 1954). Sus singulares abstracciones, construidas con capas transparentes de colores saturados hechos a mano, «evocan el entorno y la energía de su tierra natal del norte de España y de la ciudad de Nueva York». La galería, tanto en aquella ocasión como en este inicio del vínculo con el artista, destaca cómo Uslé confiere a sus cuadros «su típico sentido del dinamismo explotando la naturaleza de los opuestos: entre formas orgánicas y geométricas, azar y orden, y la simultánea fisicidad de la pintura y su capacidad para desaparecer en superficies transparentes y etéreas e ilusiones de luz». «[...] son pinceladas discontinuas producidas por un contacto intermitente: muevo el pincel y lo aprieto contra el lienzo hasta que oigo el latido siguiente de mi corazón. Intento seguir un ritmo secuencial marcado por mi pulso y esa es la razón por la que casi siempre trabajo en estos cuadros de noche, especialmente aquí en Nueva York. Me hacen falta concentración y silencio», subraya una de las confesiones del artista que preside la muestra. Si bien su pintura suele enmarcarse en la llamada 'Nueva Abstracción', la obra del cántabro va más allá de las etiquetas. Con su forma de utilizar los recursos expresivos, «propone una deconstrucción pictórica de los procesos de representación de la realidad».
Su obra pictórica y sus fotografías vertebran una trayectoria que se inició en los ochenta, marcada por la aventura neoyorquina junto a la artista Victoria Civera -protagonista actualmente de una excelente muestra en la Nave Sotoliva- y plasmada de forma singular y extremadamente personal de vivir la experiencia artística. Desde Saro, desde Valencia más ocasionalmente, desde su estudio de Brooklyn, Uslé ha defendido en sus escritos que el arte «pregunta, cuestiona, sugiere, nos invita a pensar y abrir nuevas miradas».
El pintor, en cuya creación se entremezclan la geometría, el movimiento, la materia y el lirismo, recibió el Premio Nacional de las Artes Plásticas en 2002 «por su actividad como pintor que ha sabido conciliar geometría y lirismo, desde principios de los ochenta hasta la actualidad, y le ha confirmado como una de las voces más sólidas y singulares de la pintura abstracta internacional». Esto, junto a su participación en la Documenta 9 de Kassel en 1992 y la 51 Bienal de Venecia en 2005, lo consolidaron como uno de los artistas más importantes de su generación y un referente pictórico fundamental en la escena del arte internacional.
También se cumplen dos décadas de la exposición de su trabajo realizada en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, que incluyó ochenta cuadros y una treintena de fotografías.
Una retrospectiva que ratificó su obra como «una de las más evocadoras de su generación, con un estilo muy personal ligado a la abstracción, dominadas por un sentido de lo sensorial y de placer intelectual, donde el pensamiento y la acción, el concepto y la emoción se introducen en un juego ingenioso y sensible». Curiosamente su obra regresará al Museo Nacional y Centro de arte en la temporada 2025-2026.
Uslé, frente al mundo tecnológico, el ruido y la banalidad, reclama «la protección de la penumbra» al subrayar que las grandes obras de arte «nos inducen a mirar hacia adentro y ayudan a comprender los complejos tejidos de la maraña humana».
Desde el pasado mes de mayo Uslé tiene un protagonismo especial con motivo de la reapertura del MAS con una muestra temporal imbricada en la Colección Permanente y su museografía. Una muestra que se ha enmarcado en «un gran, necesario y justo homenaje a los artistas y estudiosos que, comprometidos, iniciaron un decidido y, entonces, necesario periodo de transición entre finales de los setenta y principios de los ochenta del pasado siglo XX en Santander y Cantabria».
El desarrollo de su obra ha podido contemplarse en espacios clave del arte: Kunstmuseum de Bonn, el Centro Galego de Arte Contemporanea, Es Baluard de Palma de Mallorca, el CAC de Málaga, el Irish Museum of Modern Art de Dublín, la Fundación Botín, el SMAK de Gante, el Palacio Velázquez, el Macba de Barcelona, el IVAM y Bombas Gens, de Valencia, o el Morsbroich Museum de Leverkusen, entre muchos otros.
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