Jorge Fernández

Fotógrafo

«El juego de la educación visual consiste en saber cómo se llama esa cosa que miramos»

- ¿La memoria es una fotografía movida y la imagen del recuerdo una foto fija que creemos cambiante?

-Todo puede ser un sueño o nada, a veces se ve algo y otras se opaca la cosa. Lo mejor es salir a la calle, te despiertas a una nueva realidad cada día diferente, las horas van cayendo hasta que todo se apaga y vemos ese color azul oscuro antes del alba.

- ¿Cómo define su exposición, si me permite, tan ceñida a un periodo pero a la vez tan antológica?

-Entradas de un diario o marcas para encontrar el camino de vuelta.

-¿El fotógrafo que ha escudriñado en su archivo para revelar y revelarse, se ha reconocido?

-Qué remedio, era yo mismo. Pero lo más interesante ha sido poder enseñar esas fotos para reconocerme en la mirada de los espectadores.

-¿Enfoca Santander en 1980 y qué retrato obtiene? ¿Enfoca Santander en 2023 y qué retrato obtiene?

-Santander 1980-84 es la exposición. Santander 2023 son fotos de reflejos en el agua de la bahía, la mejora de las comunicaciones norte-sur y presenciar la obra de Tino Sehgal en el Centro Botín una experiencia.

-¿Miramos pero ya no vemos? ¿Acopiamos imágenes pero no nos reconocemos en ellas?

-Es posible por eso hay que cerrar los ojos a veces, y como dice Susan Sontag es necesario una ecología de las imágenes. Salir a la calle y mirar con nuestros ojos.

-Una reflexión sobre lo analógico y otra sobre lo digital...

-Lo digital es mejor para el profesional, no hay duda. Y la contradicción es que el fotógrafo controla cada vez menos el proceso fotográfico.

-Desde fuera se reconocen sus imágenes. Pero, desde el ojo del autor, ¿hay un estilo Jorge Fernández?

-En ello estoy, en buscar el tono de voz. En el mundo analógico el positivado de las fotos, labor que muchos fotógrafos confiaban a otro profesional, era muy importante esa gama tonal que podía definir el estilo de cada fotógrafo. Tampoco me quita el sueño el asunto.

-En ocasiones se ha referido a ese fotolibro pendiente sobre Santander. ¿Tiene una idea clara de su sello diferencial? ¿Bastaría con ser honesto con la construcción de su propia mirada?

-Es la respuesta que doy a la pregunta que los amigos me hacen. Ese libro en el que estoy trabajando reuniría las fotos hechas en Santander y otras ciudades que he visitado con cámara en mano. Las fotos ya están hechas, es el trabajo de selección y secuencia el que dará como resultado el libro. Momentos de soledad y silencio, como si el tiempo se hubiera detenido. Le veremos en breve.

-La Porticada, los retratos, la ciudad, el puerto, la bahía, los detalles, las colecciones de arte, la arquitectura.. ¿En ese álbum de décadas queda algo, como una elipsis, entre la cámara y su entorno?

-Las fotografías que por sí solas son incapaces de explicar nada, son inagotables invitaciones a la deducción, la especulación y la fantasía.

-Los móviles se han convertido en ese ojo público que cuanto más registra, en realidad más oculta?

-Son una herramienta muy sofisticada, que nos permite hacer muchas cosas de gran utilidad siempre que estemos conectados a la red. Recomiendo 'La ventana indiscreta', de Hitchcock, para ver.

-Como espectador, ¿qué le pide a una fotografía?

-Que me seduzca para poder acercarme a ella, mirarla y aprender

-¿Ha procurado primar siempre la libertad de creación frente a cierto esclavismo de algunos encargos? ¿Y eso le ha costado caro?

-En mi campo de trabajo profesional me he movido siempre con la libertad que mis clientes me han dado. Si la foto no sale bien hay que repetir, pero no responsabilizar de ello al cliente, siempre es difícil de resolver el encargo.

-¿La sociedad suspende en la asignatura de educación visual?

-El juego consiste en saber cómo se llama esa cosa que miramos, las palabras y las cosas, seguir mirando y leyendo. La convivencia en las ciudades tiene reglas de urbanidad que son necesarias conocer y también estar atentos y mirar para no tropezar.

-Una defensa del blanco y negro y un juicio sobre la fotografía en color.

-La fotografía en color es más difícil, pero se puede aprender. Son atmósferas diferentes, para cada situación fotográfica podemos elegir la que mejor vaya. Nuestros ojos tienen color. En el encargo fotográfico la elección suele venir dada. El blanco y negro en la época analógica era más económico y sobre todo permitía al fotógrafo llevar a cabo todo el proceso en su casa con una instalación sencilla.

-Photoshop, ordenador, Inteligencia Artificial...¿Al final nos habremos olvidado de la mirada?

-Pues sí, nos vamos a olvidar de todo porque todo ya estará construido y personalizado para nosotros, no será necesario pensar, simplemente ir al menú. En un futuro lejano no vamos a salir de casa donde estaremos conectados a la realidad virtual, ahora ya están los pioneros.

-¿Fotografiar un no lugar sería una imagen ideal?

-No sé, a mí me gusta fotografiar cosas, que como dicen los poetas es donde está la verdad. En realidad fotografío lo que puedo, haber visto tantas fotos resta pasión. Quizás.