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Europeísta y radical. 'Pintor de almas'. Rebelde y combativo. En la primera gran retrospectiva dedicada en España al austríaco Oskar Kokoschka, considerado un artista revolucionario y autor de obras maestras como activista político tras participar en las dos grandes guerras. El Guggenheim Bilbao alberga cerca de 150 obras del pintor prestadas por colecciones europeas que se exhiben hasta septiembre. El museo bilbaíno celebró el pasado año su 25 aniversario, en el tercer mejor año en número de visitantes, quedándose a sólo 30.000 del récord histórico del centro de arte que se alcanzó en 2017. Los precedentes expositivos de Kokoschka se celebraron en Barcelona en 1988 y en los setenta en la Fundación Juan March. La muestra en Bilbao, procedente del Museo de Arte Moderno de París y comisariada por Dieter Buchhart y Anna Karina Hofbauer, en colaboración con Fabrice Hergott y Fanny Schulmann, congrega una colección que repasa su extensa y prolífica trayectoria, con sus cambios de registro y evoluciones estilísticas, desde su juventud hasta un último autorretrato en el que se dibuja desnudo, «sin accesorios ni alegorías intelectuales, delante de una figura de mimbres demoniacos que simboliza la muerte».
Kokoschka, subversivo y comprometido, es el artista que, tras recibir duras críticas y el rechazo de los sectores conservadores que le empujaron hacia la marginalidad, decide cortarse el pelo al cero en un gesto de insubordinación; el mismo que tras romper con Alma Mahler, encarga una muñeca exactamente igual que ella. Kokoschka (1886-1980) paseó el maniquí por las calles de Viena, la condujo en carruajes, la acompañó a la ópera, la retrató y la decapitó en una fiesta. La muestra del Guggenheim no solo reivindica su figura, eclipsada a menudo por la fama de Gustav Klimt y Egon Schiele, sino que sirve de autorretrato de ese pintor 'salvaje'. La exposición, patrocinada por el BBVA, acoge cuadros, carteles, postales y dibujos que muestran el característico antibelicismo del pintor que participó en la I Guerra Mundial y fue perseguido por el nazismo en la Segunda.
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‘Teseo y Antíope (El rapto de Antíope)’, 1958-1975. Óleo sobre lienzo. 195 x 165 cm. Musée Jenisch Vevey - Fondation Oskar Kokoschka.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘El manantial’, 1922 - 1938. Óleo sobre lienzo. 149 x 165 cm. Kunsthaus Zürich, Donación de Olda Kokoschka, 1988.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Herwarth Walden’, 1910. Óleo sobre lienzo. 100 x 69,3 cm. Staatsgalerie Stuttgart, adquirido con los fondos de la Lotería en 1966.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao. © 2023. Foto Scala, Florence/bpk, Bildagentur fuer Kunst, Kultur und Geschichte, Berlin
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Time, Gentlemen Please, 1971-1972
Óleo sobre lienzo. 130 x 100 cm. Tate, adquirido en 1986.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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Auguste Forel, 1910. Óleo sobre lienzo
70 x 58 cm. Kunsthalle Mannheim.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao © Foto: Kunsthalle Mannheim
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El cangrejo (Die Krabbe), 1939 - 1940
Óleo sobre lienzo. 63,4 x 76,2 cm. Tate, adquirido en 1984.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Teseo y Antíope (El rapto de Antíope)’, 1958-1975. Óleo sobre lienzo. 195 x 165 cm. Musée Jenisch Vevey - Fondation Oskar Kokoschka.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘El manantial’, 1922 - 1938. Óleo sobre lienzo. 149 x 165 cm. Kunsthaus Zürich, Donación de Olda Kokoschka, 1988.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Herwarth Walden’, 1910. Óleo sobre lienzo. 100 x 69,3 cm. Staatsgalerie Stuttgart, adquirido con los fondos de la Lotería en 1966.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao. © 2023. Foto Scala, Florence/bpk, Bildagentur fuer Kunst, Kultur und Geschichte, Berlin
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Time, Gentlemen Please, 1971-1972
Óleo sobre lienzo. 130 x 100 cm. Tate, adquirido en 1986.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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Auguste Forel, 1910. Óleo sobre lienzo
70 x 58 cm. Kunsthalle Mannheim.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
© Foto: Kunsthalle Mannheim
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El cangrejo (Die Krabbe), 1939 - 1940
Óleo sobre lienzo. 63,4 x 76,2 cm. Tate, adquirido en 1984.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Teseo y Antíope (El rapto de Antíope)’, 1958-1975. Óleo sobre lienzo. 195 x 165 cm. Musée Jenisch Vevey - Fondation Oskar Kokoschka.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘El manantial’, 1922 - 1938. Óleo sobre lienzo. 149 x 165 cm. Kunsthaus Zürich, Donación de Olda Kokoschka, 1988.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Herwarth Walden’, 1910. Óleo sobre lienzo. 100 x 69,3 cm. Staatsgalerie Stuttgart, adquirido con los fondos de la Lotería en 1966.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao. © 2023. Foto Scala, Florence/bpk, Bildagentur fuer Kunst, Kultur und Geschichte, Berlin
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Time, Gentlemen Please, 1971-1972
Óleo sobre lienzo. 130 x 100 cm. Tate, adquirido en 1986.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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Auguste Forel, 1910. Óleo sobre lienzo
70 x 58 cm. Kunsthalle Mannheim.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
© Foto: Kunsthalle Mannheim
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El cangrejo (Die Krabbe), 1939 - 1940
Óleo sobre lienzo. 63,4 x 76,2 cm. Tate, adquirido en 1984.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Teseo y Antíope (El rapto de Antíope)’, 1958-1975. Óleo sobre lienzo. 195 x 165 cm. Musée Jenisch Vevey - Fondation Oskar Kokoschka.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘El manantial’, 1922 - 1938. Óleo sobre lienzo. 149 x 165 cm. Kunsthaus Zürich, Donación de Olda Kokoschka, 1988.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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‘Herwarth Walden’, 1910. Óleo sobre lienzo. 100 x 69,3 cm. Staatsgalerie Stuttgart, adquirido con los fondos de la Lotería en 1966.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao. © 2023. Foto Scala, Florence/bpk, Bildagentur fuer Kunst, Kultur und Geschichte, Berlin
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Time, Gentlemen Please, 1971-1972
Óleo sobre lienzo. 130 x 100 cm. Tate, adquirido en 1986.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
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Auguste Forel, 1910. Óleo sobre lienzo
70 x 58 cm. Kunsthalle Mannheim.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
© Foto: Kunsthalle Mannheim
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El cangrejo (Die Krabbe), 1939 - 1940
Óleo sobre lienzo. 63,4 x 76,2 cm. Tate, adquirido en 1984.
© Fondation Oskar Kokoschka, 2023, VEGAP, Bilbao
Artista de una pintura indomable, agresiva, caracterizada por la provocación y la ambiciosa ruptura con todos los movimientos vigentes en su juventud. Varios de sus cuadros fueron incluidos por los nazis en exposiciones itinerantes del 'arte degenerado' y más de 400 de sus obras fueron confiscadas. A sabiendas de aquello, en 1937 pintó una obra lanzando un mensaje al nazismo, un autorretrato desde el que mira al frente con firmeza y fuerza, como vuelta de tuerca de la barbarie nazi. En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Kokoschka ya reivindicaba una Europa «unida». Aunque se dedicó a múltiples actividades, desde el teatro hasta el activismo político, pasando por la escritura, el hilo conductor de toda su vida fue el arte.
En este ámbito, no dejó de reinventarse y produjo un corpus artístico revolucionario como activista político, adalid del arte figurativo y pintor de almas. La cita en el Guggenheim revela a un pintor que superando los ideales clásicos utiliza el género del retrato como instrumento analítico capaz de revelar el yo interior del modelo.
En su obra las representaciones se ajustan de una manera muy libre a las formas de lo representado y todo se disuelve en colores puros y deslumbrantes. Kokoschka destaca por su extraordinario compromiso pacifista en su consideración de que «el artista debe ejercer de alarma». El cuerpo humano y sus medios de expresión son los temas principales de los dibujos más tempranos del artista, que plasma sobre el papel los movimientos de los modelos con trazos sutiles, aunque expresivos.
Kokoschka se aleja cada vez más del estilo decorativo del Art Noveau vienés, prefiriendo unas líneas marcadamente angulosas que confieren a los cuerpos su extraordinaria cualidad. El impacto de este nuevo estilo se refleja en la marcada influencia que ejerció sobre algunos colegas como Egon Schiele, pero también en las airadas reacciones del público vienés. En este sentido, «los dibujos marcan el comienzo de la crítica radical que Kokoschka hace de los convencionalismos artísticos y los planteamientos burgueses tradicionales».
Tras su primer éxito en la Exposición de Arte de Viena de 1908, Kokoschka emprendió una etapa intensamente creativa. Superando los ideales clásicos, utiliza el género del retrato como instrumento analítico capaz de revelar el yo interior del modelo. Al igual que en sus dibujos, hace gala de una extraordinaria habilidad para plasmar sobre el lienzo «la psicología de la persona retratada».
El vínculo Kokoschka /Alma Mahler se inició en casa del pintor Carl Moll. Entre aquellos tiernos comienzos y el amargo rumbo que habría de tomar tan tormentosa relación, se convirtió en la más famosa de las musas de Kokoschka. Son muchos los retratos que atestiguan la fascinación que el pintor sentía por ella.
Tras su época artística pionera en Dresde, en 1923 Kokoschka renunció a su cátedra en la Academia de Bellas Artes. El galerista Paul Cassirer le apoyó económicamente, lo que le permitió viajar por Europa, el norte de África y Oriente Próximo. Los paisajes, las escenas urbanas, los retratos de personas y animales y otras obras contrastan marcadamente con el planteamiento experimental de los años de Dresde. El artista, que continuamente estaba reinventándose a sí mismo, «halló un nuevo estilo que difería de manera significativa de los métodos de la pintura tradicional». Durante la guerra civil que estalló en Austria en 1934 entre fascistas y socialistas, la madre de Kokoschka enfermó y murió al cabo de unas semanas. El artista se trasladó a Praga, la ciudad de su padre, donde vivía su hermana Berta, con la esperanza de poder aliviar sus dificultades económicas. Allí conoció a Olda Palkovská (1915–2004), entonces estudiante de derecho, con la que se casaría en 1941. Los cuadros que crea en este periodo, que muestran a personas en bucólicos paisajes, «son como vías de escape ante la nefasta realidad política del momento».
Título: Oskar Kokoschka: un rebelde de Viena
Fecha: hasta el 3 de septiembre
Comisariado: Dieter Buchhart y Anna Karina Hofbauer en colaboración con Fabrice Hergott y Fanny Schulman.
Organiza: Museo Guggenheim Bilbao y el Musée d'Art Moderne de París.
Tras la anexión de Austria por parte de los nacionalsocialistas, Kokoschka huyó de Praga a Inglaterra a instancias de Olda. Tuvo que comenzar de cero en un país que todavía no había reconocido su talento artístico. Kokoschka, que llevó una vida modesta junto a Olda se opuso radicalmente al nacionalsocialismo y comenzó a destacar por su extraordinario compromiso pacifista, que lo situó a la cabeza de la resistencia internacional. Junto a artículos y discursos, creó una serie de alegorías políticas de denuncia.
En 1948 y 1949 tuvo lugar una extensa exposición itinerante dedicada a Kokoschka, con sedes en Boston, Washington, St. Louis, San Francisco y Wilmington, para terminar en el MoMA de Nueva York. Esto llevó a que Kokoschka se consagrara como artista internacional de primera fila y a que realizara cada vez más retratos de políticos destacados. En 1953 el artista y su esposa se establecieron en la ciudad suiza de Villeneuve. El europeo influyente y ardiente defensor de un continente unido, «representó cada vez más escenas mitológicas y tragedias griegas, motivado por el deseo de alcanzar la (re)construcción de una cultura europea común». En 1953 fundó en Salzburgo la 'Escuela de la Visión', ejerciendo la docencia a través del arte y la observación.
Kokoschka ejerció un impacto sustancial en los futuros artistas. La «inalterable crudeza de sus obras maestras y la urgencia de su pincelada en sus últimas obras» certifican una radicalidad pictórica que recuerda a la de sus inicios en Viena. Hasta su muerte, siguió defendiendo firmemente «el potencial subversivo de la pintura como herramienta para la emancipación y la adquisición de conocimiento».
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