El Laboratorio escénico Espacio Espiral cierra sus puertas tras 12 años de creación y formación

Una labor única en Cantabria, desde que Cristina Samaniego y Miguel Meca unieran inquietudes, objetivos, referentes y pasiones para mostrar la especificidad de Espacio Espiral, un proyecto no siempre bien entendido y, sobre todo, desatendido por algunas instituciones. Pero ni las crisis, ni la inestabilidad, ni la pandemia han conseguido hacer zozobrar un proyecto con mucha aristas, que ha implicado a decenas de artistas y creadores y que ha contado con una respuesta continuada a su labor como compañía, espacio, gimnasio escénico, teatro total y epicentro de numerosas actividades, enmarcadas en ocasiones en la Asociación Sol Cultural.

Como síntesis de trayectoria Espacio Espiral es el primer y único laboratorio de investigación escénica de Cantabria; un singular espacio de formación y divulgación artística y cultural que ha dado cabida a la asociación El Hueco y un espacio privado que por sus propias características no ha contado con ningún soporte público.

Ahora tras 12 años de actividad, aunque el Laboratorio comenzó en el verano de 1997, la sede de Espiral en alquiler, ubicada en Menéndez Pelayo, 8 -más de 600 metros cuadrados que han albergado salas, decenas de actividades y actuaciones-, será destinada a otro uso (de carácter expositivo) tras la venta de este espacio interior.

Para Espacio Espiral, que abandonará las instalaciones esta misma semana, es motivo de obligada reflexión, de pausa activa y de pasos para valorar y explorar caminos. Pese a que lo nómada y disperso asoma en el horizonte, a falta de una sede que garantice la estabilidad, mantendrá sus proyectos e identidad.

El espectáculo del extremeño Álvaro Murillo, que clausuraba en la noche del viernes el encuentro 'La Espiral Contemporánea', ha sido la última convocatoria del espacio santanderino.

En estos doce años tres grandes proyectos culturales, en el campo pedagógico y creativo, han marcado la trayectoria del Laboratorio Espiral desde su ubicación en Santander: 'Teatro del s. XXI. Los puentes de la voz', Proyecto Semillero y La Espiral Contemporánea. En cualquier caso, un tejido urdido por decenas de citas y propuestas ligadas a la investigación escénica, el impulso de la creación emergente, la dirección de espectáculos y, singularmente, a la pedagogía escénica que han sembrado el Laboratorio, «en el vientre de la ballena», como gustaban denominar al espacio físico de Espiral sus propios artífices.

En el camino histórico quedan hitos como el proyecto trienal creado por Cristina Samaniego con el apoyo de entidades europeas y la Fundación Santander 2016 y, por ende, Santander Creativa, que supuso la investigación de formas de comunicación escénica de alto nivel entre realidades culturales y artísticas de cuatro países: Polonia, Irlanda, Dinamarca y España. Y su fruto en formato escénico, 'Mar Dulce', espectáculo coral, que recibió tres importantes galardones.

También destaca la creación de una metodología pedagógica personal, que Samaniego denomina Teatro total, y ese Semillero que continúa esa línea en la forma de un laboratorio de integración artística. Sin olvidar que todo el proyecto de investigación ha sido a su vez el germen de los espectáculos creados por la compañía. Y en estos doce años asoman así cientos de personas que han buscado «una forma diferente de acercarse a la cultura y la creación artística».

Espacio Espiral, finalmente, fue uno de los colectivos fundacionales de la Fábrica de Creación cuyo futuro en manos municipales es una incógnita.