'De un lado al otro' de Muñoz Bernardo

José Antonio Muñoz Bernardo es un cronista urbano que recoge literalmente los escenarios donde la humanidad ha ido creciendo. Arquitectura e infraestructuras; monumentos de fe y de resistencia; viviendas, calles, farolas, canales y embarcaciones... Todo se mezcla en la obra de este artista que se formó en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, donde realizó los cursos de doctorado. Posteriormente impartió clases de Composición Pictórica que viene a ser la estrategia de un planteamiento antes de iniciar un proyecto artístico. Sus primeras exposiciones datan de la segunda mitad de los años ochenta. Son muestras en su tierra castellano-leonesa que van abriéndose a todo el territorio nacional -Madrid, Valencia, Pamplona, Santander, Almería, Alicante- y espacios extranjeros, como Chicago. También participa en exposiciones colectivas y ferias: Interart, de Valencia: Arcale de Salamanca; Artesantander y Artesevilla, entre otras. Actualmente, Muñoz Bernardo, trabaja en su casa-taller de Valladolid y de ahi parten sus obras para muy diversos espacios, tanto nacionales como internacionales. Su obra forma ya parte de numerosas colecciones particulares y esta distribuida prácticamente por todo el mundo.

El artista reconoce en el catálogo de la muestra que hoy se inaugura en Torrelavega que «no nos debemos obsesionar con demostrar a los demás que somos diferentes o que nuestra obra es distinta a todo lo que se está haciendo. Esta distinción es inherente a la propia persona». Y es que cuando pinta las primeras pinceladas del cuadro, reconoce que «a veces me dan ganas de dejarlo en la mancha y otras siento la necesidad de luchar y divertirme a la vez».

Para el crítico de arte Julio Tovar, las pinturas de Muñoz Bernardo muestran paisajes naturales y urbanos, campos de Castilla o calles de Salamanca, Madrid, la Habana o de la Alfama lisboeta bañadas por una luminosidad especial, «una luz que revela al espectador arquitecturas ocultas, detalles que permanecen escondidos en las sombras, rastros en los que se adivina la presencia de una vida abundante, entre las calles angostas o las arboledas por cuyos resquicios se derraman los rayos del sol». Hasta Torrelavega ha acercado una serie paisajística que muestra desde la quieta calma de un rincón del Pisuerga, con su puente de hierro, hasta el trasiego de la concurrida Puerta de Alcalá, el porte imponente de la muralla de Ávila o la intimidad sorprendida de unos balcones abiertos de la Alberca...

«Por encima del color, o del trazo impresionista de sus pinturas, las obras de Muñoz Bernardo destacan por esta presencia constante de la luz, que atraviesa los planos y parece llevar la mirada más allá de lo imaginable. El equilibrio en la composición, su dibujo minucioso, y su colorido exuberante son algunos de los rasgos definitorios del estilo de este artista. Detrás de cada cuadro hay un reposado ejercicio técnico, una elaboración pausada que, sin embargo, no esta exenta de una gran frescura compositiva», según explica el catedrático de literatura Rafael Guerra, profundo conocedor de la obra del artista.

Para el crítico Marcelino Cuevas, la pintura de Muñoz Bernardo está llena de secretos. Y destaca del pintor salmantino «sus innegables dotes como dibujante, su dominio del color y la forma, en aras de la vanguardia». En sus cuadros, «demuestra que el experimento, la innovación, los juegos pictóricos en los que la imaginación va mucho más allá de la realidad no tienen porqué interferir en una cuidada composición, en unas líneas de enérgico trazado». El pintor reinventa la realidad a través de unas ágiles pinceladas que se entroncan en el impresionismo y se inventa toda una trama de planos y líneas, forzadas por los efectos luminosos que convierten sus obras en trabajos llenos de personalidad y plenamente ubicados en el arte contemporáneo.

Mientras, Marisol Falcón reconoce que a este artista le inspira «un libro, una película, una relación con cierta persona, y todas las influencias que nos vienen por todos los lados, la televisión, la radio, la prensa...». Para él que no se considera ni un pintor costumbrista, ni de paisajes, ni de retratos, el tema de sus obras «sólo es un pretexto para desarrollar una técnica».