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La huella que una persona deja en la historia se mide por sus hechos. Leandro Valle ha sido un hombre de acción, que no se limitó a pergeñar ideas, dar órdenes o trazar caminos, sino que actuó con energía y determinación. Su legado está repleto ... de hechos, algo infrecuente en quien, como él tuvo una buena parte de su existencia dedicada a la actividad política. Valle habló poco y trabajó mucho y además lo hizo con inteligencia y constancia.
Hoy martes se presenta en el Ateneo el libro editado por el Centro de Estudios Montañeses 'Textos y huella de Leandro Valle González-Torre' un acercamiento a la biografía de un personaje excepcional. Creo que en el futuro la personalidad y los logros de Valle merecen una tesis doctoral que profundice en su vida, sus ideas -siempre en línea con la tolerancia- y su obra. Lo más característico de Leandro ha sido su disposición a actuar en muy diferentes ciencias y trabajos. En política comenzó como alcalde de Camargo, un municipio en aquel momento en pleno crecimiento. Los vecinos vieron a un regidor que no se limitaba a trazar planes y presidir los plenos, sino que trabajaba con sus manos para arreglar una fuga de agua, unas goteras o ayudaba a realizar una instalación eléctrica.
Era el alcalde próximo, el buen vecino en quien confiar.
En su trayectoria política, alcalde, presidente de la diputación, senador del reino... pudo presentar siempre una hoja de servicio impecable. Jamás se benefició de su cargo y persiguió los brotes de corrupción con mano firme.
Leandro Valle se doctoró en medicina tras la guerra civil, una contienda en la que combatió en el frente de Madrid, siendo aun muy joven. Al termino de guerra concluyó sus estudios de medicina y ejerció la profesión, primero como médico rural en lugares tan alejados del progreso, en aquellos años, como Valle de Cabuérniga, Bárcena Mayor, Los Tojos... y más tarde en Camargo y Santander. La medicina fue su pasión y estuvo activo en ella hasta después de su jubilación.
Su vena emprendedora le llevó a construir en Santander el primer tomógrafo español. Lo hizo con un reducido equipo y tras haber visto en Alemania los primeros aparatos que son el embrión de los tomógrafos y después de la resonancia magnética.
En la década de los sesenta, puso en marcha en Cantabria una empresa singular para desarrollar gelatinas, producidas a base de algas marinas, denominadas «agar agar» que además de servir como complemente alimenticio han sido esenciales en la investigación biológica, como sustrato para el desarrollo de diferentes investigaciones biológicas.
Leandro formó parte del grupo inicial de personas que estuvieron en el relanzamiento de El Diario Montañés, un proyecto valiente y difícil que finalmente fue un éxito absoluto, no sin antes superar numerosos obstáculos. Sus conocimientos de mecánica y electricidad eran propios de un ingeniero, aunque su formación universitaria fue en la facultad de medicina. A su pericia en el funcionamiento de motores y maquinaria en general unía un profundo sentido común, una tenacidad excepcional y una especial habilidad manual. Creo que la medicina perdió un cirujano sobresaliente... aunque ganó un médico sabio y sensato.
En el ámbito cultural presidió y dirigió el Centro de Estudios Montañeses durante varios años, en los que inyectó savia nueva y desarrolló una gestión tanto científica como económica, de la que aun queda su huella.
Leandro fue una persona entregada a su familia, con una humanidad y un oculto sentido del humor que se contradecía con su imponente aspecto físico y su gesto adusto. Bajo una apariencia hosca latía un corazón generoso, justo, honesto y siempre fiel a unos valores enraizados en su tierra y en sus amigos.
La biografía de Valle puede superar al argumento de la mejor novela: Combatiente en la guerra civil en el frente de Madrid, doctorado en medicina, médico rural en pueblos ocupados por el maquis, alcalde de un ayuntamiento en pleno desarrollo, profesor de formación profesional, presidente de la Diputación de Santander, dirigente de la UCD, senador del Reino de España, partero del estatuto de autonomía, emprendedor en industrias de avanzada tecnología, pilar en la metamorfosis de El Diario Montañés, presidente del Centro de Estudios Montañeses, padre de familia y siempre, siempre con la honradez, la honestidad y la generosidad como bandera.
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