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Leonora Carrington. 'Artes, 110', 1944. Óleo sobre lienzo, 40,64 x 60,96 cm. Collection of Stanley and Pearl Goodman, promised gift to NSU Art Museum, Fort Lauderdale, USA. © Estate of Leonora Carrington / VEGAP, Madrid, 2023
Leonora Carrington: la guardiana de la fascinación
Sotileza

Leonora Carrington: la guardiana de la fascinación

Adelantada en su preocupación por la ecología y los derechos de la mujer, la obra de la surrealista está más cerca gracias a la primera antológica que exhibe la Fundación Mapfre

Jueves, 9 de marzo 2023

Hace no demasiado tiempo, y sabiendo de mi interés en tales temas, un buen amigo me prestó un ejemplar de un extravagante libro que se hallaba en su biblioteca: se trataba de 'Cómo son y cómo piensan las mujeres', cuyo autor es el médico psiquiatra Luis Morales Noriega, tristemente más conocido en Santander por sus «peculiares» (hay quien ha escrito «sádicos») métodos de tratamiento de enfermos mentales que por sus logros científicos. El libro se publicó en 1945 y contiene una sarta de consideraciones acerca de las mujeres que hoy se leen como totalmente mohosas y disparatadas. Para ese entonces, ya había pasado por sus oscuras instalaciones una de sus pacientes más célebres: Leonora Carrington, que por intervención de su propio padre recaló en la clínica de Morales en el año 1940.

Leonora, huyendo de la escalada de la guerra en Francia, de las represiones, de la nefasta vivencia de la detención de su amigo íntimo Max Ernst, acabó en un lugar sin duda bastante más peligroso y enloquecedor: España. Nada más entrar en nuestro país fue violada por unos requetés (ahora algún partido político los llamaría «gente de bien») y, por si no había tenido suficiente, la aguardaba el frenopático de Morales para acabar de dar forma a sus experiencias más traumáticas. Se suponía que la institución santanderina habría de procurar consuelo a la maltratada Leonora, y de paso conducirla por el camino recto, del que a ojos de su acomodada familia se había desviado ya desde su tozuda y rebelde adolescencia.

Leonora Carrington. 'Sanctuary of Furies (Santuario para las Furias)', 1974. Óleo sobre lienzo, 69 x 99 cm. Colección particular. Cortesía ARTVIA.

© Estate of Leonora Carrington / VEGAP, Madrid, 2023. Photo © David Stjernholm / @david_stjernholm

Leonora Carrington. 'The Horses of Lord Candlestick (Los caballos de lord Candlestick)', 1938. Óleo sobre lienzo, 35,5 x 46 cm. The 31 Women.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Down Below (Abajo)', 1940. Óleo sobre lienzo, 40 x 59,7 cm. Colección particular Mia Kim.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Mujeres conciencia', 1972. Gouache sobre cartulina, 75 x 49 cm. Colección particular.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'La joie de patinage (La dicha de patinar)', 1941. Óleo sobre lienzo, 45,7 x 60,9 cm. Colección Pérez Simón, México. Cortesía Christie’s Nueva York.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Sanctuary of Furies (Santuario para las Furias)', 1974. Óleo sobre lienzo, 69 x 99 cm. Colección particular.

Cortesía ARTVIA.

© Estate of Leonora Carrington / VEGAP, Madrid, 2023.

Photo © David Stjernholm / @david_stjernholm

Leonora Carrington. 'The Horses of Lord Candlestick (Los caballos de lord Candlestick)', 1938. Óleo sobre lienzo, 35,5 x 46 cm.

The 31 Women.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Down Below (Abajo)',

1940. Óleo sobre lienzo, 40 x 59,7 cm.

Colección particular Mia Kim.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Mujeres conciencia', 1972. Gouache sobre cartulina, 75 x 49 cm.

Colección particular.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'La joie de patinage (La dicha de patinar)', 1941. Óleo sobre lienzo,

45,7 x 60,9 cm. Colección Pérez Simón, México.

Cortesía Christie’s Nueva York.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Sanctuary of Furies (Santuario para las Furias)', 1974. Óleo sobre lienzo, 69 x 99 cm. Colección particular.

Cortesía ARTVIA.

© Estate of Leonora Carrington / VEGAP, Madrid, 2023.

Photo © David Stjernholm / @david_stjernholm

Leonora Carrington. 'The Horses of Lord Candlestick (Los caballos de lord Candlestick)', 1938. Óleo sobre lienzo, 35,5 x 46 cm.

The 31 Women.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Down Below (Abajo)',

1940. Óleo sobre lienzo, 40 x 59,7 cm.

Colección particular Mia Kim.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Mujeres conciencia', 1972. Gouache sobre cartulina, 75 x 49 cm.

Colección particular.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'La joie de patinage (La dicha de patinar)', 1941. Óleo sobre lienzo,

45,7 x 60,9 cm. Colección Pérez Simón, México.

Cortesía Christie’s Nueva York.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Sanctuary of Furies (Santuario para las Furias)', 1974. Óleo sobre lienzo, 69 x 99 cm. Colección particular.

Cortesía ARTVIA.

© Estate of Leonora Carrington / VEGAP, Madrid, 2023.

Photo © David Stjernholm / @david_stjernholm

Leonora Carrington. 'The Horses of Lord Candlestick (Los caballos de lord Candlestick)', 1938. Óleo sobre lienzo, 35,5 x 46 cm.

The 31 Women.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Down Below (Abajo)',

1940. Óleo sobre lienzo, 40 x 59,7 cm.

Colección particular Mia Kim.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'Mujeres conciencia', 1972. Gouache sobre cartulina, 75 x 49 cm.

Colección particular.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Leonora Carrington. 'La joie de patinage (La dicha de patinar)', 1941. Óleo sobre lienzo,

45,7 x 60,9 cm. Colección Pérez Simón, México.

Cortesía Christie’s Nueva York.

© Estate of Leonora Carrington

/ VEGAP, Madrid, 2023

Sus turbadoras aventuras hispánicas fueron recogidas por Carrington en su 'Memorias de abajo', intenso breviario escrito originalmente en francés en 1943 (disponible en castellano en la editorial Alpha Decay). El Surrealismo, todo hay que decirlo, se benefició de la sórdida biografía de Leonora Carrington; lo cual no fue extraño, pues bien puede afirmarse que, en líneas generales, el Surrealismo tendió a ser un movimiento ampuloso y escaparatista, esencialmente dominado por hombres, orientado a generar titulares y hacer caja. Varias de las mujeres sinceras que en él hubo, como Leonora Carrington o Dorothea Tanning, por citar a dos de las más brillantes, con una obra en verdad valiosa técnica y simbólicamente, fueron explotadas en alguna etapa de sus vidas de forma vil por el «sistema», que acabó por escupirlas de junto a sí y dejarlas solas a su suerte. Por fortuna, estas mujeres siguieron sus propios pasos artísticos y nos han legado obras de exquisita sensibilidad y audacia plástica.

El faro y el cementerio

El caso es que, retomando el inicio de estas líneas, he vuelto a encontrarme por una extraña casualidad con un ejemplar del libro de Morales en la espectacular muestra que ha organizado la Fundación Mapfre en torno a la figura de Carrington (y que puede visitarse hasta comienzos de mayo). Reposaba en una vitrina junto a múltiples y muy interesantes ejemplares de la biblioteca personal de la artista, excelente lectora, por lo que parece, a juzgar por la mayoría de títulos expuestos. Junto al volumen de Morales, una tarjeta aclaraba que el susodicho había impartido en el Ateneo de Santander en los años 70 una conferencia en la que estuvo hablando de sus «logros» en el empleo del pentilenotetrazol con Leonora Carrington. No deja de sorprender que semejante personaje intentara, todavía 40 años más tarde de tan penosos hechos, rentabilizar su lamentable relación profesional con Carrington, cuando sabemos lo que pasó y cómo pasó. De esa época siniestra exhibe la exposición un precioso y a la vez melancólico boceto que Leonora realizó de su lugar de cautiverio y tortura, haciendo alarde de su extraordinaria capacidad para el dibujo (en este sentido, la muestra nos ofrece varios dibujos absolutamente sorprendentes por influencias, temas y técnica, alzados con tan solo quince años); se trata de un plano en que con línea muy escueta y clara se presenta un espacio delimitado por un muro, más allá del cual sólo se ven dos símbolos contrapuestos: el faro y el cementerio. Huir o morir.

La huida de Leonora se sustanció, por un lado, en el arte, que adquirió una dimensión fantástica y tenebrosa por igual en los años inmediatamente posteriores a su salida del sanatorio psiquiátrico de Morales; un arte cargado de una dolorosa poesía, poblado por escenas y seres irreales y mitológicos, y por animales liberadores como los caballos y los gatos, a los que amaba y que durante tanto tiempo la acompañaron. Por otro lado, la lectura siguió proporcionándole «luz y guía», y fue precisamente en las páginas de 'La diosa blanca' de Robert Graves donde Leonora (que manifestó que éste había sido el libro más decisivo de su vida) halló al fin el hilo conductor que logró sacarla del laberinto de su maltrecha cordura y que habría de llevarla hasta la segura isla de su auto-reencuentro. 'La diosa blanca' hará que Leonora tome conciencia de la íntima relación de feminidad y naturaleza, que a modo de catarsis la convierte en una mujer capaz de sobreponerse de modo infinito gracias a un principio atávico, ancestral, irrenunciable. De esa conciencia brota también la ineludible confluencia entre arte y literatura, entre vocación y emoción, que cristaliza en uno de los cuadros más bellos y estremecedores de Leonora Carrington: 'La guardiana del huevo', lienzo que bien puede considerarse una revelación de la artista como imbatible madonna renacida, diosa de luz custodia del vivir y sus misterios.

Mujer conciencia

Mundo simbólico

Guillermo Balbona

Versátil y ecléctica, siempre en busca de nuevas formas de expresión, Leonora Carrington es una figura clave a la hora de formar una imagen más completa del arte del siglo XX. Adelantada a su tiempo en su preocupación por la ecología y los derechos de la mujer, la pintora, escultora, escritora y creadora de tapices se asoma en toda su dimensión y personalidad artística a través de 'Revelación', la primera exposición antológica consagrada a la artista en España, que acoge la Fundación Mapfre. La artista estuvo siempre marcada por su agitada biografía, que hizo de ella una persona excéntrica y trágica.

Su obra es el reflejo fecundo de una «extraordinaria imaginación, creadora de un mundo estético, simbólico y conceptual no siempre fácilmente descifrable». «Una mujer nunca será una mujer sin el control de su cuerpo», decía Carrington (Lancashire, 1917-Ciudad de México, 2011). La artista evocó «un mundo fascinante de rituales mágicos donde nada es lo que parece y suceden las más increíbles transformaciones», en palabras de Tere Arcq, comisaria de la exposición junto con Carlos Martín y Stefan van Raay, director del Cobra Museum voor Moderne Kunst de Amstelveen, en Países Bajos. La muestra en Madrid es fruto de una profunda labor de investigación que ha permitido sacar a la luz obras nunca expuestas al público y otras que salen por primera vez del país donde se ejecutaron. Son 188 –entre pinturas, dibujos, fotografías, esculturas, tapices y documentos– las obras que se exponen en hasta mayo. Espiritual y proteica, preocupada por los derechos de la mujer, la naturaleza, los animales o la salud mental, el mundo simbólico de la pintora se plasma a través de una decena de secciones en las que se combina el relato cronológico con el estudio de los temas más destacados en la obra de la pintora: desde su formación y las tempranas influencias en Inglaterra y Florencia hasta el contacto con los surrealistas en París, pasando por su época en España, la emigración a Nueva York y a México como nueva patria.

Tras descubrir impresionada por la pintura italiana que contempló durante su estancia en Florencia. En 1937 conoce a Max Ernst en Londres, una apasionante relación de tres años pero muy importante en la vida de la autora porque la puso en contacto con el grupo surrealista al que pronto se integró. Tras surgir la Segunda Guerra Mundial y el arresto de Ernst, Leonora Carrington huye y llega a España, y al llegar a Madrid es víctima de una violación. El suceso le provoca un episodio nervioso por el que su familia la interna en el sanatorio psiquiátrico de Santander. La brutal experiencia en este centro, como es sabido, supuso un punto de inflexión en su vida y obra, y propició un libro «crudo y hondo», 'Memorias de abajo'.

Carrington, que se autorretrató frecuentemente a través de otros personajes o animales que hacen las veces de la propia artista, sintió fascinación por Lewis Carroll y los hermanos Grimm. Una de las constantes temáticas de su obra, reflejada en la muestra, aflora de «su precoz interés por la mitología celta, por los relatos de su madre y sobre los mitos y leyendas de ese bosque encantado que fue y es Irlanda, y de su creencia en dioses, demonios, sabios, patriarcas, brujos, gnomos, fantasmas y animales en constante mutación como «figuraciones de los enigmas primordiales del ser». Leonora Carrington se interesó por los movimientos feministas. Su conciencia ecológica estuvo a su vez ligada a la feminista, pues para ella tan solo a través de la recuperación del poder por parte del matriarcado como se puede salvar el planeta de la destrucción a la que está siendo sometido.

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