Un libro de arena entre Santander y Gibraltar

La artista cuestiona con su trabajo las diversas y múltiples relaciones del ser humano con el entorno natural en la época del Antropoceno. Y concibe la fotografía como una potente y efectiva herramienta para desvelar los cambios en el medio ambiente. A través de la fotografía y del video consigue profundizar en el paisaje revelando diferentes capas, mostrando múltiples lecturas.

'El libro de arena' cuenta la historia de la gran duna móvil de Valdevaqueros en el Estrecho de Gibraltar, como «metáfora del absurdo empeño humano en dominar la naturaleza, manteniéndose separado de ella». Presenta un enfoque poliédrico que indaga en la historia social, ambiental y política que llevaron a la formación de la duna, relacionando su forma con cuestiones filosóficas.

Es una historia local que ocurre en Punta Paloma (Tarifa, Cádiz) –paradisíaco enclave en el Estrecho de Gibraltar, a tan solo 14km de África–donde la duna se origina como resultado de la intervención de los militares en 1939 a finales de la guerra civil. Esta operación «cambió radicalmente la fisionomía de la zona, generando a la larga unas consecuencias ambientales y sociales, que todavía quedan por resolver».

El Centro de Arte Faro Cabo Mayor acogerá esta propuesta expositiva tras la cual se busca una inmersión en el libro de forma física. En este sentido, subraya su propia autora, es una exposición multidisciplinar, donde además, «me emociona poder poner en diálogo dos paisajes geográficamente opuestos: la bahía de Santander y el Estrecho de Gibraltar». El nombre de 'El Libro de Arena' alude a la obra de Jorge Luis Borges.

Cuenta María Primo que desde su infancia tiene un vínculo especial con tierras gaditanas, en especial con Tarifa y el Estrecho de Gibraltar.

«Descubrí y pasé largos veranos en Punta Paloma, dentro del municipio de Tarifa (Cádiz), donde hay una pequeña aldea medio aislada que se llega atravesando una gran duna por una carretera comarcal asfaltada. «Es lo más cercano a un paraíso terrenal, lo que busca cualquier urbanita para escapar de la rutina y las masas para entrar en un estado salvaje y contemplativo, con una vegetación aparentemente pristina, playas de arena blanca, aguas cristalinas y vistas espectaculares de la montaña Musa en Marruecos».

A su juicio, «todo paraíso tiene su doble cara, que se va descubriendo a la mínima que se profundiza un poco la mirada». El lugar es un cementerio de restos de intervenciones humanas, «búnkeres e instalaciones militares en estado avanzado de ruina». María Pinto comenzó a fotografiar todo impulsivamente con una necesidad de documentar y rescatar estas historias escondidas semienterradas por la arena. Un proceso de investigación para intentar entender «¿qué hacen todos esos búnkeres ahí?, ¿cuándo y para qué los construyeron? ¿por qué llaman la zona de los militares a estos bosques de pinos? ¿qué hacían y cuál era su relación con la población local? ¿Por qué Franco mandó construir de urgencia todo esta muralla defensiva en el estrecho de Gibraltar, en una España empobrecida nada más terminar la guerra civil? ¿Cómo ha afectado esta intervención a la salud ambiental de la zona?..., entre otras muchas cuestiones.

La imagen de las excavadoras en la carretera luchando contra la arena «me recordaba al mito de Sísifo, al absurdo de la condición humana».

Y con esta idea se inició el guión del fotolibro como formato ideal para poder contar lo que estaba ocurriendo en este lugar, «como en una película con sus protagonistas y demás personajes. La duna de arena es la protagonista (le he dado aspecto antropomórfico), como si hubiera sido testigo de todas esas historias y me acercaba a ella queriéndola escuchar».

El viento es otro protagonista importante, quien organiza el territorio, «pues gracias a su fuerza se ha conservado hasta ahora este litoral, uno de los pocos que quedaban vírgenes en España».

Con este trabajo, confiesa María Primo, «pretendo poner sobre la mesa, cómo la intervención humana cambia radicalmente la fisionomía de un territorio dejando a la larga problemas ambientales y sociales por resolver».

En 2020 publicó El libro de Arena que fue sido seleccionado para participar en varios festivales y en en la convocatoria Hacer de PHotoEspaña.

Desde los noventa ha expuesto en galerías e instituciones como en el Instituto Cervantes, el Jardín Botánico o el Museo Nacional de Antropología, y además ha desarrollado y expuesto proyectos con las embajadas de España en Yemen, en la República Democrática del Congo y en Grecia.