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La historia de los libros es puro romanticismo. Que objetos tan elementales y frágiles hayan sobrevivido durante milenios para iluminar nuestro pasado es un hecho tan notable como decisivo en el progreso humano. La escritora Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) disecciona en su nuevo libro, 'El ... infinito en un junco', publicado por Siruela, el origen y la evolución de los libros desde la época clásica, con Grecia como gran referente, hasta la llegada de la imprenta, que cambió para siempre la historia de la palabra impresa. 'El infinito en un junco' es un ensayo ágil, entretenido, y repleto de anécdotas sobre «esos siglos en los que los libros vivieron más peligrosamente», y que se lee con la facilidad de una novela.
-¿Cómo un objeto tan sencillo como el libro ha conseguido llegar tan lejos?
-Parecía que la escritura, las palabras, los propios libros con los materiales que estaban fabricados, eran extremadamente frágiles, difíciles de mantener a lo largo del tiempo. Y, sin embargo, la evidencia es que han podido desafiar el paso de los siglos, la caída de imperios y civilizaciones, de idiomas, y han seguido a nuestro lado. Creo que es algo que se deba a la importancia que tiene para los seres humanos el registro de la memoria, de las historias, de los pensamientos, de las ideas, de los hallazgos... El ensayo también recoge las huellas de toda una serie de personas, en su mayoría anónimas, que ha lo largo del tiempo han salvado los libros, que han hecho grandes esfuerzos para que los libros sobrevivieran. Copiándolos, construyendo bibliotecas donde resguardarlos del tiempo y de la destrucción y ofrecerlos a todos los lectores interesados, personas que han poseído bibliotecas privadas, que los han prestado, que los han extendido, que han viajado con ellos... Al final es la historia de una gran aventura colectiva en la que hemos conseguido que algo muy frágil como son las palabras y los pensamientos sobrevivieran.
-Los propios libros han sido fundamentales en el devenir de su propia historia, ¿no?
-Sí, porque la gran aceleración de la Historia y del progreso de la ciencia ha coincidido con la existencia de los libros. Antes de que existieran la escritura y los libros los únicos conocimientos que pasaban de generación en generación eran los que se podían guardar en la memoria, que tiene evidentes limitaciones. Poder conservar todos esos conocimientos y ponerlos al alcance de las nuevas generaciones es lo que ha provocado esta aceleración de la Historia. Junto con las personas que han protegido los libros, que han sido muchas, también hay a lo largo del tiempo un impulso destructivo, de ataque, de censura, de fanatismo que ha actuado contra los libros. Esos dos impulsos, el de salvarlos y el de destruirlos, demuestran su gran importancia cultural. Solo se ataca o se movilizan las fuerzas salvadoras para algo que es realmente esencial, que tiene importancia y que tiene poder, y el acceso al conocimiento supone poder.
-Su análisis finaliza con la aparición de la imprenta. ¿Por qué?
-Me interesaba el paso de la oralidad a la escritura y los siglos en los que los libros fueron manuscritos, que es la época hasta la invención de la imprenta en la que los libros fueron realmente más frágiles, porque entonces multiplicar los ejemplares requería un esfuerzo y un gasto muy superior al que luego, con la ayuda de la imprenta, supondría en siglos posteriores. Esos son los siglos en los que los libros vivieron más peligrosamente, en los que habría sido más fácil su extinción. De hecho, es la época en la que se perdieron en el camino más obras, más textos, más contribuciones esenciales.
-¿Cómo surgió y se materializó su apuesta por la escritura?
-La verdad es que no recuerdo haber deseado otra cosa que escribir o imaginar cuentos desde la infancia. Me sería difícil recordar una época anterior a esa idea de que inventar cuentos, libros e historias era la profesión más bonita del mundo, y he sido lectora voraz desde niña. Para mi la literatura ha sido a lo largo del tiempo un refugio y también un espacio de aprendizaje constante para abrir horizontes y para explicarme mejor la realidad y a los demás. . Esta es una carrera de fondo, de largo recorrido, hace falta mucha disciplina y mucha humildad para escribir, para aprender el oficio pero bueno, tengo a mi favor que es realmente lo que más feliz me hace del mundo, aislarme con mis fantasías, mis textos y tener ese mundo interior al margen del mundo real.
-También ha publicado numerosos artículos en medios de comunicación. ¿Que le ha aportado?
-Estoy muy agradecida al periodismo porque al obligarte a escribir constantemente es un gran entrenamiento, te da mucha agilidad, reflejos, velocidad... Y te pone en contacto con personas que saben mucho sobre la escritura y con un público muy amplio. Creo que es hermoso que los periódicos se abran a los escritores, a otros puntos de vista y a otro tipo de conceptos de escritura. Es algo enriquecedor para todos.
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