"Los políticos están perdiendo los valores que trajeron la paz a Europa"

¿Qué es 'La hora de despertarnos juntos'?

Es una historia increíble. La de Karmele Urresti, una enfermera de Ondarroa que vivió casi todos los acontecimientos históricos del siglo XX. En la Guerra Civil tuvo que emigrar a Francia y en la embajada cultural vasca conoce a su marido, el músico Txomin Letamendi, miembro de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Se enamoran, pero llega la Segunda Guerra Mundial y cuando los nazis toman Francia tienen que exiliarse a Venezuela. Allí conocen al lehendakari Aguirre que los quiere fichar para los servicios secretos vascos que estaban bajo mando de la inteligencia estadounidense.

¿Por qué dice que es increíble? ¿Qué le sorprendió?

Lo que más me sorprendió fue la fortaleza vital de Karmele. Cómo fue capaz de mantener la dignidad en momentos difíciles. Y todas las conexiones que se establecen en la novela con personajes históricos como el propio Aguirre o Roosevelt. Se retrata el ambiente de los años cuarenta en Nueva York y los años duros del franquismo en España.

Ha cambiado mucho la política de entonces a ahora.

En aquella época los políticos eran más pensadores, gente de mucho nivel intelectual. Se ve en los discursos de Aguirre o incluso en la carta de derechos humanos de Roosevelt, donde habla del derecho a sentir miedo. Es hasta poético.

¿Y hoy?

En momentos tan difíciles como la Guerra Civil o la II Guerra Mundial, la gente se crece y no le queda otra opción que luchar por la democracia y las libertades. Luego han llegado momentos de tranquilidad. Hoy hay políticos que están perdiendo los valores que trajeron la paz a Europa. Es preocupante ver como gira el mundo hacia posiciones que pensábamos que estaban olvidadas o superadas.

¿Por qué ha escrito la novela?

La historia de Karmele Urresti es excepcional. Una mujer que quiso ser libre, independiente y decidir por sí misma. Vivió acontecimientos históricos muy difíciles, pero ella siempre quiso decidir sobre su cuerpo y su vida. Este personaje femenino es lo que más me atrajo de la novela. Vivió casi noventa años y quiso tener una vida digna.

La novela encierra una historia de amor y la historia de España ¿En qué capítulo aparece usted?

En el epílogo. Es una escena que voy en bici entre el pueblo de Ondarroa y Lekeitio, una carretera preciosa llena de curvas. Aparezco en el futuro, porque esta novela habla del pasado e intenta recuperar la memoria, pero también lo hace de una manera positiva y mira hacia el futuro.

En la última parte el protagonista se cuestiona muchas cosas sobre ETA, ¿usted también?

En la novela aparezco como narrador y me hago muchas preguntas y una autocrítica sobre lo que callamos o la deshumanización que hubo por parte de muchos sectores de la sociedad vasca. A partir de la autocrítica podemos empezar a caminar hacia el encuentro. De hecho, creo que la sociedad vasca camina en esta dirección, al encuentro entre diferentes.

¿Qué destaca de esta última parte sobre ETA?

La novela es la historia de unos individuos que quieren ser libres. Viven unos acontecimientos históricos duros y difíciles, pero siempre tratan de ser libres Me quedo con la humanidad de los personajes que, al final, es lo que nos salva siempre.

¿Qué opina del fenómeno 'Patria', de Fernando Aramburu?

Me alegro mucho por el como escritor. Lo que admiro de Fernando es esa tenacidad. El escritor tiene que insistir y mejorar a base de escribir novelas y adquirir oficio.

Ha sido un 'boom'.

Una novela escrita desde dentro, como esta, adquiere una dimensión que nadie sospechaba. En esta novela, los planetas se han alineado a favor de Aramburu.

¿Usted no siente vértigo cuando escribe una novela?

Yo no suelo tener miedo. Uno cuando escribe no piensa en los lectores, solo quiere contar la historia.

¿Qué siente cuando escribe?

Escribir es como volver a ser niño y crear mundos paralelos dentro de tu mundo.

Viene a Santander a la feria del libro, ¿cómo ve el mundo editorial?

Dicen que la crisis del papel se está superando y están surgiendo lectores jóvenes nuevos. Quiero ver el mundo de la edición con optimismo. Yo creo que lo peor para la edición fue la crisis económica, porque la gente no tenía dinero para libros ni para nada.

¿Las redes sociales sirven de ayuda para los jóvenes escritores?

Es una forma nueva de comunicarnos. Hay mucha basura en las redes y nos quitan mucho tiempo para otras cosas, pero si sabes aprovechar lo positivo está muy bien.

¿Qué necesita la cultura?

La cultura necesita de ayudas públicas. Los gobiernos deberían ser más activos y creerse la cultura y tomársela más en serio porque la cultura es la imagen de los países.