Cinco obras juveniles para disfrutar en verano

Rey no se llama Rey, así es como le llamaba su madre cuando estaba de buenas. Pero no lo estaba a menudo, cada vez lo estaba menos, y un día Rey decidió irse de casa, vivir en la calle, vivir con los perros. Era tan pequeño que no sabe ni quién fue; su familia es su manada, ladra, gruñe, busca en la basura como un perrillo más. La suya es la historia de muchos niños del mundo, aunque está basada en la de los críos rusos de los noventa que conocimos por los informativos. No es fácil contar este relato de desamparo y Mónica Rodríguez ha encontrado cómo hacerlo y ha ganado por ello el Premio edebé de Literatura Infantil de este año. 'Rey' habla de fuerza, de resistencia y de ternura; de miedo y de huida; de una llamita de confianza que perdura en un pequeño corazón abusado... y de manos que se tienden para que conozca por fin la protección, el amor y el cuidado.

A Ginés Sánchez lo conocerán algunos lectores adultos por títulos como 'Lobisón', 'Los gatos pardos', 'Mujeres en la oscuridad' o 'Las alegres'. Debuta en la novela juvenil con esta narración de la difícil vida en los campos de refugiados a este lado del Mediterráneo. Si alguien se creía a salvo en tierra firme europea, ya puede ir olvidándolo. Los personajes de esta historia saben mucho de duelo, de traumas y de mafias, y de la larga espera de los papeles para poder ir a construir sus vidas en otra parte. No todo es tristeza: las niñas juegan, hacen amistades, y un día, por alguna razón, miran más allá de la valla del campo y deciden que ya es hora de ponerse en movimiento y de continuar ese viaje que emprendieron, solas o en familia, con conciencia o empujadas por la violencia, hace tanto. Que ya es hora de volver a soñar con su futuro.

Esta es una historia real: hubo una vez un lobo que tuvo que huir de su hábitat natural, en las montañas al noreste de Oregón, y terminó, tras mucho vagabundeo, habitando en una zona en la que hacía casi un siglo que no se veía un lobo, en el norte de California. Son 1.600 kilómetros de camino, con entornos muy distintos. Pero este lobo tiene un instinto enorme de supervivencia y al final va a poder hallar un nuevo hogar y hasta una compañera, la loba negra con la que tuvo cinco camadas entre 2014 y 2018. Este libro es su manera de ver el mundo, su idea de la manada, de la familia, y el relato de los peligros que hay en su vida.

'Veinte mil leguas de viaje submarino', 'La vuelta al mundo en 80 días' y 'La isla misteriosa' son las tres aventuras clásicas que se reúnen en este volumen de gran formato e ilustrado. Julio Verne fue uno de esos escritores que tienen tanta imaginación como para aunar la aventura y el invento científico y el ingenio estupendo, y como para proponer mundos diferentes en este mismo mundo. Estos tres relatos, el último ambientado en una isla desconocida (al estilo Robinson Crusoe pero con una fe tremenda en la Ciencia y la ingeniería), son una buena manera de acercarse a la literatura de este visionario del siglo XIX.

Menudo dramón el que vive Celia. Hija mayor de una familia en la que hay dos hermanos mellizos que son unos trastos -y uña y carne- y en la que se espera un nuevo bebé, con lo que se siente bastante desplazada; su único consuelo es que sus padres la dejan adoptar un perrito. Pero, horror, de repente, cuando ya lo ha abrazado, descubre que es alérgica. Alérgica a casi todo tipo de bichos, encima, a los grandes y a los pequeños, a los de mucho pelo y a los de poco, incluso a los que no tienen ni uno solo. ¿Ni un hámster? Ni eso. ¿Por muchas inyecciones que le pongan? No hay manera. Ella lo intenta y lo intenta, y tiene algunos problemas de, digamos, convivencia a lo largo del relato. Menos mal que se hace amiga de su nueva vecina y que, con el tiempo, va a descubrir lo bueno de ser la hermana mayor y de contar con una nueva hermanita.

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