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'Bajo la piel' (HarperCollins) es el título de la nueva novela de Susana Rodríguez Lezaun, un 'thriller' trepidante que nos presenta una inspectora poco convencional. La autora hablará de ella y de otros detalles de la obra hoy, viernes, a las 19.00 ... horas, en un nuevo acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés que tendrá lugar en el Ateneo.
–Rosa Montero dice que 'Bajo la piel' va mucho más allá de la novela negra. ¿Qué nos viene a presentar estar vez?
–Rosa Montero es una de las mejores escritoras en lengua castellana y casi me atrevería a decir que en cualquier idioma. Ha tenido la generosidad de leer y valorar 'Bajo la piel', algo que nunca le podré agradecer lo suficiente. Con esta novela he intentado ampliar los estrictos horizontes que suele marcar y restringir a la novela negra, donde la trama, la investigación y los personajes son lo único importante. Lo son, desde luego, pero he querido que el lenguaje, la parte literaria del relato, también tenga un peso importante. He intentado cuidar cada palabra, cada frase y cada párrafo, he buscado cierta calidad lingüística y literaria, algo que me gustaría que me acompañara en mis próximos trabajos.
–En los últimos años, los amantes de este género han conocido a nuevas protagonistas, como la comisaria María Ruiz, de la cántabra Berna González Harbour; Amaia Zalazar, de Dolores Redondo, o la teniente Valentina de María Oruña. Preséntenos a Marcela Pieldelobo.
–Defiendo que Marcela Pieldelobo es una mujer normal. Con cierto mal carácter, con problemas para aceptar la autoridad y con tendencia a hacer lo que le da la gana, eso sí, pero ¿quién no conoce a alguien así? Es inspectora de la Policía Nacional en Pamplona. Se hizo policía con el único objetivo de defender a las víctimas y, aunque ha tenido que aprender a convivir con las normas y las leyes, le cuesta entender que, a veces, esas normas y leyes entorpezcan el camino de la justicia, de lo que es justo.
–¿La novela negra hasta ahora era cosa de hombres?
–Desde luego, como tantas otras cosas. Hasta hace no demasiado tiempo, escribir era un oficio mal visto para las mujeres, a las que como mucho se les permitía una discreta incursión en la poesía o en la novela romántica. Sin embargo, hay grandes escritoras en todos los géneros. Vivimos en una sociedad machista a la que le cuesta sacudirse los estereotipos, pero mis compañeras escritoras de novela negra están demostrando que son capaces de escribir historias de primerísima calidad. Falta que el lector se despoje de los estereotipos y compre los libros sin fijarse en quién los firma. Se llevará sorpresas muy agradables.
–En 'Bajo la piel' planean los privilegios de las pudientes élites financieras. ¿Se ha propuesto la denuncia como condición de escritora?
–La novela negra tiene la denuncia como condición. Es un género incómodo, nada plácido, que saca a la luz la parte más oscura de la sociedad. Desde que echó a andar, en los años treinta del siglo pasado, se ha encargado de mostrar las miserias del mundo. Denunciar está en el gen de este tipo de literatura. Si a eso, además, le sumamos mi condición de periodista, el resultado es muy previsible. Ni siquiera lo pienso, simplemente la denuncia está ahí, como nudo que une toda la trama y a todos los personajes.
–Cinco novelas después, ¿se siente más escritora que periodista?
–Creo que empiezo a ser un poco siamesa, me he dividido en dos. Sigo siendo periodista, nunca he sido otra cosa y, cuando me preguntan, respondo que soy periodista, aunque lo cierto es que hace varios años que no ejerzo. Me encantaría colaborar con algún medio, escribir, opinar… Tengo cierto síndrome de abstinencia. Pero la literatura es ahora mi casa, mi cabeza se ha puesto en modo ficción y la verdad es que estoy muy cómoda y feliz. Eso sí, seré periodista hasta el día que me muera.
–¿Afectó la pandemia a esta novela que se publicó después del confinamiento?
–La pandemia ha puesto sobre la mesa nuestra debilidad como seres humanos y ha mostrado lo mejor y lo peor de cada uno. A nivel personal, me ha traído pérdidas terribles y tengo que reconocer que mientras estaba encerrada en casa sufrí un bloqueo insuperable. No comencé a despertar hasta el verano. El reto entonces fue conseguir que en la novela no se reflejara lo que había pasado, que no se notara el antes y el después. Fue duro, pero me negaba a que el covid asomara de ningún modo en 'Bajo la piel'.
–Su anterior protagonista, David Vázquez, encargado de las investigaciones de la trilogía 'Sin retorno' tenía muchos seguidores. ¿Qué ha sido de él?
–David Vázquez ha tenido un recorrido muy intenso en las tres novelas que protagoniza, necesitaba un descanso, y yo también. No ha desaparecido, lo sigo viendo en mi cabeza. No sé qué será de él, aunque he de reconocer que no me he despedido de él.
– Háblenos de sus nuevos proyectos. No me puedo creer que no esté escribiendo algo.
–¡Siempre estoy escribiendo algo! Y mientras escribo, pienso en nuevas historias. Ahora mismo, de hecho, trabajo en dos novelas.
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