
«La novela romántica está muy encorsetada»
Elena Bargues | Escritora ·
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Elena Bargues | Escritora ·
El viernes presentó su novela, 'Hilvanes y contrabando', en El Espolón, en la que engatusa al lector con una trama romántica y misteriosa. Este es el caso de una escritora que empezó a escribir con más de cuarenta años y se dio cuenta de que tenía mucho que contar.
-Ahora está a punto de salir el octavo, 'Celia y el comisario', con la editorial HarperCollins. Trata sobre un asesinato que se produce en un chalé en el Sardinero y recuerda a las novelas de Agatha Christi, porque tiene cien páginas y es bastante barato. Se trata de rememorar ese tipo de lectura rápida, amena y corta.
-Sí, porque el tema del amor entre dos personas por sí solo me parece aburrido y tengo que enganchar al público de otra manera. A veces hay intrigas y otras veces aventuras. En la última novela, el asesinato se produce a puerta cerrada y todo sucede dentro de los muros de esta casa de Santander. Recuerda a las novelas de misterio de los años cincuenta.
-Quiero aclarar que no es una novela histórica, sino de ficción histórica. En la primera, tienes que ser fiel a la realidad. Sin embargo, en el segundo caso busco el fondo histórico pero los personajes son inventados y lo que sucede forma parte de la ficción.
-Es necesario documentarse y contrastar, sí. En 'Hilvanes y contrabando' he reconstruido cómo era la vida de Santander en aquellos años, pero más que basarme en hechos históricos concretos, realizo una reconstrucción de las calles que luego se quemaron en 1941. Hablo de cómo eran las casas y la sociedad, teniendo en cuenta que había muchas diferencias entre la burguesía acomodada, la baja burguesía, los pescadores y los obreros en general. Por ejemplo, las casas del Ensanche, lo que ahora es el Paseo Pereda, se construyeron para la alta burguesía y eran cuadradas, con chimeneas y habitaciones amplias, frente a las que había en el centro de Santander, hoy Calvo Sotelo, cuyas viviendas no tenían sanitarios ni apenas ventanas en las habitaciones.
-He consultado tesis doctorales de compañeros de carrera. Formo parte de la primera promoción de licenciados en Geografía e Historia en la Universidad de Cantabria. Uno de mis compañeros, Ramón Marori, realizó una tesis sobre la burguesía mercantil de 1700 a 1850. Miguel Echevarría investigó el desarrollo urbano del centro histórico de la ciudad. Entonces no había agua corriente y existían aguadoras o aguadores que iban a las fuentes y subían el agua a las casas, labor por la que percibían un sueldo. Pues bien, Echevarría señala en planos dónde estaban distribuidas las fuentes.
-Eso es muy complicado. No sé cómo lo hago, pero cuando estoy escribiendo una novela ya se me está ocurriendo la siguiente. Hacen falta dos cosas. Por un lado, tienes que tener muy claro cuáles son los personajes y por otro, qué les pasa, qué quiero contar. Si falla algo la novela no sale. A veces he tenido la historia pero me han fallado los personajes y en otras ocasiones tenía a los protagonistas e incluso el lugar en el que se iba a desarrollar pero me fallaba la historia.
-Yo he sido bastante independiente con respecto al gusto del público, por eso quizá he tenido más dificultades para publicar. La novela romántica está muy encorsetada. Sucede con todos los géneros, en los que tienes que seguir una serie de parámetros porque si no, no encajas. Yo siempre estoy cambiando, aunque introduzca el componente romántico.
-Empecé a escribir con cuarenta y tantos años, y hasta entonces no había escrito nada en mi vida. He sido autodidacta.
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