Liérganes se convierte en escenario clave de un «thriller pasiego»

Silencio sepulcral, en algunos casos. El cementerio, por ejemplo, uno de los escenarios clave en la serie, es el propio de Liérganes. El Ayuntamiento que se verá lo componen el exterior de la Casa de los Cañones, ubicada en el centro del pueblo, y el interior, más grande, de una casona de Los Corrales de Buelna. La magia del cine. Lo mismo ocurre con las cabañas pasiegas. Cuatro de ellas aparecen en la serie. «Hemos tenido que desdoblar porque los interiores nos valen pero los exteriores no para lo que necesitamos». Así, el altillo de una casa de Pámanes ha servido para dar forma a la combinación que finalmente verá el espectador. «Mires donde mires, es todo un decorado», enfatiza Beatriz Sainz, la responsable de localizaciones. Este es un aspecto clave dentro de la compleja maquinaria que el ojo del espectador no percibe. 'Batman' no sería lo mismo sin Gotham City o 'Cinema Paradiso' perdería parte de su encanto si no se desarrollase en Palazzo Adriano.

«Nos mandaron el guión y muchos escenarios ya venían definidos», explica Sainz. «Agustín Martínez -el creador de la ficción junto a Isa Sánchez- lo tiene muy marcado y a partir de sus ideas se abren muchas posibilidades». Aunque es de Murcia, como explica: «escribo con Google Maps». Una búsqueda, una colección de imágenes y el municipio cántabro convertido en clave para este «thriller pasiego».

Aunque uno podría imaginar que son los paisajes lo que sedujo a los creadores, el potencial de la comunidad no se queda solo en las postales bucólicas. «Todo el mundo te pide la montaña y la playa, claro, pero abres casas que son una locura; tiene unos interiores brutales», indica Sanchís.

La convergencia de la imagen dibujada con la realidad de los espacios posibles resulta en ocasiones compleja. «Necesitas infraestructuras que aquí resultan más sencillas de instalar, pero de repente estás en un primer piso de Santander, con escaleras estrechas y es complicado». No solo es el decorado en que se convierte el lugar elegido, sino también todo lo que hay alrededor. Hace falta espacio para los técnicos, maquilladores, intérpretes, la descarga de material... Todo eso que no se ve, pero resulta imprescindible para llegar a la meta.

«Abres la puerta de la iglesia y de fondo tienes las montañas, es alucinante», enfatiza Sanchís, quien, durante el recorrido por las calles de Liérganes, destaca lo bien conservado que está el pueblo. «Detrás de estas puertas -dice señalando las fachadas- las casas tienen unos jardines enormes que no te imaginas». La transformación es una de las claves. «Al departamento de arte le das una cabaña diáfana y en tres días tienes que preguntarte qué había antes». Un departamento que tiene su actividad centralizada en una nave de Trascueto y desde allí obran el milagro visual. El que ocurrió, por ejemplo, en la tienda de Antigüedades. Enmarcada por un cartel verde oscuro, su puerta da la bienvenida a un universo singular. Muebles, vajillas, máquinas de escribir, juguetes, una moto...Todo lo que uno imagine se puede encontrar en un local por el que ir serpenteando y que se transformó en una estancia en la que rodaron ambos directores. Movieron muebles, colgaron cuadros, colocaron hiedra. Como en otros puntos, se recurrió a dos de los elementos habituales para crear atmósferas determinadas: agua para que el suelo de piedra brille más o humo, para crear una pátina visual más densa. Una experiencia «estupenda» de la que los propietarios se quedan con algunas ideas que aplicarán ya fuera del celuloide, gracias a las sugerencias de la diseñadora encargada de la metamorfosis. «Estamos deseando ver cómo ha quedado», confirma Inmaculada.

«Liérganes es muy pequeñito y muy cómodo para rodar, con una parte antigua muy bonita y muy característica. Pocos pueblos hay así y además todos están muy dispuestos aunque somos muy invasivos», bromea. Tanto los vecinos, como los responsables municipales. En realidad, para los habitantes del municipio, esto no es una sorpresa. «Ruedan bastante», explica la responsable de localizaciones. El equipo de Movistar lleva tres meses conviviendo en la zona. «Ya conocemos a todo; al carnicero, al pintor, al del bar...». Antes se rodó 'En otro lugar', por ejemplo, de la que luce algún cartel en la plaza del pueblo.

Unas 70 personas del equipo proceden de Madrid, a los que se une otra treintena de profesionales locales. «Ayer tuvimos cien figurantes y hoy otros sesenta». Se hizo un casting en Liérganes y otro en Santander en agosto. Niños, mayores, hombres, mujeres... Sin un perfil determinado. Todo tipo de personajes para una serie que se desarrolla en la época actual.

En el puente romano, bajo el que reside el mítico Hombre Pez, Sanchís señala a uno de los meandros donde el equipo estuvo rodando hace un par de jornadas, una de las escenas de diálogo entre los protagonistas, Tello, 'La Montaña' interpretado por Karra Elejalde y su hija Sandra, Georgina Amorós. Tras la narración policíaca, el núcleo del relato recae en las relaciones interpersonales. Todo ello antes de que el cauce creciera como las lluvias han propiciado. Porque la climatología es otro elemento al que el norte obliga a prestar atención continua. Nubes negras se asoman tras Las Enguinzas, barruntando el diluvio que caerá apenas un par de horas más tarde, poniendo una manta de oscuridad al ambiente. Por suerte, el rodaje de estos días se desarrolla a cubierto.

Dentro de un parque de tres hectáreas, casi un pequeño bosque privado, se levanta el edificio del siglo XIX que alberga el Balneario de Liérganes. Sobre los caminos de grija, seis camiones ocupan el aparcamiento. Uno de ellos esconde en su caja un servicio de lavandería. Furgonetas con lunas tintadas aparcan en la entrada del hotel. El actor Joel Bosqued camina rápido, abrigado. Técnicos, vestidos de negro, se reparten por el vestíbulo durante un cambio de set. Media hora para pasar de un escenario a otro. Giorgina Amorós se acerca a Óscar Pedraza, el director que, dentro de la alternancia bicéfala que mantiene con Álex Rodrigo, tiene turno en esta sesión. Karra Elejalde se encuentra en la sala contigua, preparando la escena, acompañado por el José Manuel Lorenzo, de DLO producciones ('La Caza', 'Ni una más', 'El inmortal', 'Dime quién soy').

El hotel no ha detenido su actividad y los huéspedes de sus 97 habitaciones conviven con la curiosidad de estar compartiendo espacio con el rodaje de la serie. «Todos los clientes son muy comprensivos y están colaborando con todo», indica la directora del la instalación, Maite Rodríguez. Ese todo incluye, por ejemplo, secuencias de noche en las que uno de los personajes llama a las puertas de las habitaciones. Habitaciones reales con inquilinos reales. La experiencia está siendo «intensa, pero maravillosa». Ella, personalmente, recibe a los medios y trata de facilitar que todo el mundo se sienta cómodo y tenga cuando necesita.

Es, en cierto modo, la anfitriona de esta ocupación bienvenida. Es también el personal del hotel el que se encarga de pedir permiso a los huéspedes para implicarles en esta acción creativa en lo que está resultando «una gran colaboración» y que afecta prácticamente a todo el edificio. Una de las plantas se dedica a sus salones comunes, con los sets de maquillaje, producción, vestuario o habitaciones para los propios actores. El 2 de diciembre, la claqueta caerá en Liérganes dando por finalizado el rodaje. Solo quedará esperar a ver el resultado en la pantalla jugando a reconocer los lugares cercanos y desentrañar el misterio de la 'Segunda muerte'.