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El escrito Gustavo Martín Garzo, en una de sus últimas visitas a Cantabria, donde regresa este martes con su nuevo libro. Javier Cotera
«La literatura, como el amor, es el mundo de las bellas mentiras»

Gustavo Martín Garzo

Escritor
«La literatura, como el amor, es el mundo de las bellas mentiras»

El autor presenta este martes, en el Aula de Cultura de El Diario, 'El cuarto de los sombreros', una novela con dos historias diferentes, atravesadas por la realidad y la ficción

Rosa M. Ruiz

Santander

Domingo, 6 de octubre 2024, 02:00

Una de las protagonistas de 'El cuarto de los sombreros', el último libro de Gustavo Martín Garzo (Galaxia Gutenberg), afirma en las primeras páginas que «La vida es guardar falsos tesoros en lugares que no existen». Este martes, a las 19.30 horas, el escritor de Valladolid, lo presentará en el Ateneo de Santander en un nuevo acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés. Se trata de un libro muy especial para este autor, Premio Nacional de Narrativa en 1993 por 'El lenguaje de las fuentes' o el Nadal en 1999 por 'Las historias de Marta y Fernando', entre otros galardones. Es él explora los mundos de la imaginación, los sueños, la fantasía, la fábula, la magia y el amor.

-Vuelve a Santander con su último libro, 'El cuarto de los sombreros', que en realidad reúne dos novelas cortas. ¿Qué tienen en común?

-Lo más llamativo, externamente, es que ambas están contadas en primera persona y protagonizadas por mujeres. Por otra parte, y aunque en un principio cuando las lees es posible que no termines de entender porque están juntas, creo que en una lectura atenta, sobre todo cuando llegas a la segunda novela, que es la que más sorprende, se percibe que en ambas hay una serie de extrañas correspondencias.

-La primera se titula 'El cuarto de los sombreros', como el libro, y la segunda, 'La mentirosa', ¿qué cuenta en ellas?

-En realidad ambas están concebidas para estar en un solo libro a pesar de que como te decía la primera impresión que le pueden dar al lector es que no tienen nada que ver la una con la otra. En ellas las mujeres protagonistas hablan del pasado como algo abierto. De hecho, en un momento determinado se dice que tendemos a pensar que el pasado es lo que ya sucedió y por tanto ya está escrito, pero yo creo que eso no es así.

-¿Sostiene entonces que el pasado sigue vivo?

-El pasado acaba volviéndose presente en la medida en que lo recordamos y sigue teniendo importancia para nosotros. Me interesa mucho esa idea de cómo lo que hemos amado y ha sido significativo en nuestra vida permanece intacto en nosotros con lo cual nunca podemos darlo por perdido.

-La primera de las historias de este libro habla precisamente de ese pasado que permanece vivo entre dos amigas.

-'El cuarto de los sombreros' es una historia de amor de dos mujeres muy distintas, una culta y universitaria, que quiere ser escritora, y otra que entra a trabajar en su casa como cuidadora de su padre. Entre ellas surge una atracción amorosa, aunque en ese momento ninguna de las dos se atreva a confesarlo. Pasa el tiempo y cuando la cuidadora, es mayor, descubre que la otra ha escrito un libro en el que cuenta esa historia que vivieron juntas añadiendo cosas que en principio parecen inventadas y que efectivamente no sucedieron, pero que ella al leerlo siente que debían de haber sucedido. Es una forma de hablar del poder de la ficción, de la búsqueda de esos instantes en los que lo real se vuelve ficción que yo considero que es una de las búsquedas esenciales de la vida porque aunque no nos damos cuenta siempre andamos buscando esos instantes especiales que son capaces de transformarnos en personajes de una historia.

-¿Entonces cree que el amor es una búsqueda de instantes especiales?

-El amor es una experiencia muy importante que no dejamos de buscar sin saber muy bien por qué y qué nos pasa. El amor, en el fondo tiene que ver con la visión, ¿qué es lo que vemos en la otra persona que nos lleva a enamorarnos? y eso conecta con la segunda historia del libro, 'La mentirosa' porque su protagonista es una niña visionaria.

-¿De donde sacó el título de 'El cuarto de los sombreros'?

-Es una metáfora. Se conoce como el cuarto de los sombreros al espacio donde se encuentran los amantes, un lugar que nos lleva a preguntarnos ¿qué pasa entre ellos para que ninguno de los dos puedan olvidar lo que han vivido allí?, ¿qué misterio hay en el amor pese a que nos pueda hacer desgraciados? Pese a todo no dejamos de buscar el amor sin saber muy bien por qué y tratando de repetir esa experiencia que se transforma en la más especial de la vida. ¿Qué es lo que nos pasa para que no dejemos de buscar el amor o para que no queramos salir de ese cuarto?

-¿Qué diferencia encuentra entonces entre el amor o la invención?

-Todo esto de alguna forma es inherente al hecho mismo de la infancia. Los niños, por decirlo de alguna forma, viven en un mundo mágico y su mayor decepción no es descubrir que el adulto es más fuerte que ellos sino descubrir que no puede hacer magia y darse cuenta de que ese mundo mágico en el que vivían no tiene cabida en el de los adultos. Y esa visión tiene muchísimo que ver con la visión poética que también es una mirada distinta a la racional. Digamos que es la mirada del asombro la que es capaz de ver el mundo como el lugar de la posibilidad. Es también el mundo de la fábula y el amor tiene que ver mucho con esto.

-¿En qué sentido?

-El amor de alguna forma es una forma de adentrarse en el mundo de la fábula y por eso todos los amantes en esos momentos de plenitud amorosa se transforman en niños. Son como los niños perdidos de los cuentos que pasan a vivir en un lugar que no terminan de entender porque no saben lo que les pasa.

-¿Hasta que punto los escritores son unos mentirosos?

-Eso pasa en todo el mundo del arte que a mí me gusta llamar el mundo de las bellas mentiras. Necesitamos el consuelo del arte y la vez, tal como dijo Pessoa en una frase que me gusta mucho, la literatura y el arte son la demostración de que la vida no basta. La vida ordinaria no nos es suficiente, incluso para aquellos que la tienen más satisfactoria. Siempre estamos pidiendo algo más que nos saque de nuestra experiencia ordinaria y el mundo del arte, precisamente, nos proporciona ese algo que de alguna manera consciente o inconsciente no dejamos de pedir a la vida. Por eso yo digo que ese algo como puede ser la literatura o el amor tiene que ver con un mundo de bellas mentiras. El arte está para llenarnos de gozo y darnos placer.

-¿En qué está trabajando ahora?

-He dedicado mucho tiempo a estas historias que os presento el martes y sí estoy escribiendo, pero como muchos otros escritores soy supersticioso a la hora de hablar de los proyectos.

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