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Ricardo Menéndez Salmón, que acaba de publicar su primer libro con tintes biográficos, regresa hoy a Santander. J. Cotera
«La literatura nace de un sentimiento de malestar y de incertidumbre»

«La literatura nace de un sentimiento de malestar y de incertidumbre»

Ricardo Menéndez Salmón, Escritor ·

El autor de 'No entres dócilmente en esa noche quieta' participa hoy en un encuentro literario en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria

Rosa Ruiz

Santander

Lunes, 17 de febrero 2020, 09:13

Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) analizará esta tarde la distopía en la narrativa actual durante un acto abierto al público y organizado por el Aula de Letras de la Universidad de Cantabria que se desarrollará, a las 19.30 horas, en el Paraninfo de la UC. El autor llega un mes después de la publicación de su último libro, 'No entres dócilmente en esa noche quieta' donde reconstruye la figura de su padre.

-Llega hoy a Santander para hablar sobre 'La distopía en la narrativa española actual'. ¿Qué engloba ese título?

-Voy a rastrear algunos rastros de la distiopía en un par de novelas mías que están separados una década entre si: 'Derrumbe' que es de 2008 y 'Homo Lubitz', de 2018. Eso me permitirá mostrar como en diez años pueden cambiar mucho las cosas. Creo que una de las características de la distopía es que ya no tiene nada que ver con lo que antes se llamaba literatura de anticipación, y su interés está en trabajar aquí y ahora.

-Habla de dos de sus novelas escritas con diez años de diferencia. ¿Cómo ha evolucionado su trayectoria de escritor?

-Ha madurado. En 2008 yo era un narrador en formación y a mí me parece que la narrativa es un arte de madurez. Diez años en escritura de ficción es mucho tiempo. En este recorrido siento que me he asentado como escritor y también diré que ha sido muy importante contar con la confianza de una misma editorial (Seix Barral) que me ha permitido desarrollar mi trabajo con tranquilidad. Creo que ese es el principal cambio en mi trayectoria porque los temas que abordo siguen siendo los mismos.

-¿Por qué empezó a escribir?

-Empecé a escribir y sigo haciéndolo por lo mismo, por necesidad, porque es mi modo de relacionarme con mi entorno y por extensión conmigo mismo. La escritura es la herramienta que yo tengo a disposición para intentar calibrar y diagnosticar lo que hay ahí fuera y cómo puedo moverme por ese afuera. Creo que la literatura nace de un cierto sentimiento de malestar, de desasosiego y de incertidumbre. Al menos en mi caso es lo que me lleva a la escritura, es mi herramienta para solventar esa incertidumbre.

-En la actualidad los géneros literarios parece que están más sujetos a modas que nunca. ¿Cuál es el que más le interesa?

- Los géneros están para superarlos o para dinamizarlos y para huir de cualquier pretensión de que se queden acartonados o limitados por una descripción. A mí, en general, me interesa la novela como gran recipiente y yo creo que su éxito radica en que ha mostrado una gran capacidad de amoldarse a las épocas. Desde que yo era chaval en los años noventa he asistido a unas cuantas defunciones de la novela y periódicamente parece que logra reinventarse porque al final la novela canibaliza muy bien su entorno y es capaz de metabolizar todo lo que la rodea. Y ya, dentro de los géneros de la novela, sinceramente no hay ninguno que me apasione más que otro. Me gusta la idea de la novela como artefacto. Me interesa más el sustantivo novela que cualquiera que los adjetivos calificativos que le podamos colocar.

-Con su último libro, 'No entres dócilmente en esa noche quieta' ha dado un giro de la ficción a la autobiografía que ha tenido una gran acogida. ¿Le sorprende este interés?

-Es un libro que me está regalando muchas satisfacciones. Para mí también ha sido novedoso ese acercamiento a la no ficción. Es un fragmento de autobiografía y una confesión, pero tal vez lo más importante para mí es que por primera vez me ha obligado a trabajar a la inversa. Como novelista partía siempre de un elemento significativo y que arropaba con una peripecia y con una serie de hechos. Aquí pasa lo contrario, he partido de los hechos, que en este caso era mi vida familiar para ir destilando lo que de significativo había en ellos.

-¿Y qué le ha parecido el resultado?

-Lo que me ha enseñado este libro es que el escritor que soy o los intereses que tengo como autor proceden de mi propia biografía. Es decir, los temas que he manejado como autor de ficciones seguramente encuentran su origen en una experiencia íntima y personal. En este caso es la enfermedad de mi padre.

-¿Es más fácil esconderse en una ficción que salir a pecho descubierto?

-La ficción te protege más y te permite hablar de ti mismo sin que nadie lo sepa. 'No entres dócilmente en esa noche quieta' dice yo constantamente. Es un libro con nombre y apellidos en el que no hay ninguna máscara. Nace de una necesidad muy profunda y no podía no escribirlo. Me ha acompañado mucho tiempo, toda mi vida en realidad y podría decirte que es el primer libro de mi vida y lo que pasa es que he tardado veinte años en escribirlo. Primero porque necesitaba estar armado como persona y como escritor y también que se cumpliera el ciclo de vida de mi padre. Sólo su muerte ha permitido que se ejecutara.

-Desde que publicó su primera novela ha obtenido varios premios de la crítica. ¿Hasta que punto es importante la opinión de los críticos para un autor?

-Yo te diría que la crítica es más necesaria que nunca en el mundo editorial que vivimos porque ahora mismo es un sistema desproporcionado en el sentido de que en España se publican una infinidad de títulos que creo que, objetivamente, no responden a la demanda que hay. Hay una clara falta de correspondencia entre los títulos que el mercado editorial dispone al año y los lectores reales que hay en nuestro país. Por eso la crítica debe jugar un papel fuerte a la hora de prescribir lo que merece la pena leerse y lo que no. Dicho esto también he de decir que la crítica vive un momento de cierta retirada, en el sentido de que los hábitos de lectura y de opinión no han cambiado en las últimas décadas y ese papel de faros que han tenido en un determinado momento ya no es tan atendido por el lector. En lo personal creo que la crítica para un escritor es importante para medir o calibrar la trayectoria que uno está llevando para lo bueno y para lo malo.

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