La lluvia de letras de Sara Huete empapa en Reinosa su antológica 'Biblioteca de sentimientos'

Las etiquetas siempre llegan tarde a la hora de clasificar su obra. Mucho antes de un catálogo, de un calificativo o de un encasillamiento, los objetos, las palabras y las imágenes ya han afrontado una huida hacia adelante hasta crear un ecosistema propio, un lenguaje reconocible y una sucesión de estancias donde crece su obra. Poemas visuales, poemas objeto, collages e instalaciones han sembrado una trayectoria que empezaba a tomar forma en los años ochenta y nunca ha cesado en diversidad de miradas, inventiva, complicidad imaginativa y lucidez a la hora de interpretar el mundo. Ahora bajo el epígrafe 'Biblioteca de sentimientos', la Casona de Reinosa acoge una muestra, a modo de sintética pero representativa antológica, en la que asoman piezas de sus diversas series y varias obras nuevas junto a una gran instalación.

La muestra, que sucede en el tiempo a la obra de Gloria Torner, exhibida la pasada primavera, está organizada por la Concejalía de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Reinosa y comisariada e impulsada por la gestora cultural Gloria Bermejo. Sara Huete que durante estas décadas ha compilado, fragmentado, cosido, fusionado y rimado restos, objetos, piezas, fotografías, estampas, poemas, sentencias, pensamientos..., entre ideas fugaces, recuerdos, olvidos y deseos, presenta en Reinosa un conjunto significativo de su creación de otras muestras importantes como la de la Biblioteca Central, o de obras tan recientes como el collage 'Lluvia de letras' que creó hace apenas un mes.

Huete, que también ha alternado sus creaciones con trabajos para ilustración, portadas y cubiertas de libros y editoriales, participó recientemente en la colectiva dedicada a las mujeres surrealistas que comisarió Lidia Gil.

Hace apenas ocho años una 'cumbre nacional' del collage seleccionaba su obra entre las miradas imprescindibles. Sara Huete (Santander, 1958) es licenciada en Filosofía. De formación autodidacta, en sus obras se percibe una reflexión acerca del mundo de las sensaciones y las emociones. Javier Pérez Iglesias, uno de sus exégetas, ha señalado que Huete «ha construido un mundo en el que las palabras saltan sobre lo cotidiano, se enredan en lo anecdótico y nos invitan a entrar en otro orden». Sara, añade, «teje hilos y nos guía por muchos caminos». La creadora santanderina, ligada siempre al mundo bibliotecario, artífice también de la renovación del Centro Cultural Madrazo del que fue directora, ha utilizado el collage como un modo de expresión íntima.

En sus propias palabras queda clara esta querencia: «Desde muy joven en lugar de escribir un diario, yo hacía collages y es una costumbre que he mantenido hasta ahora». Y confiesa que para ella «es tan importante la poesía como la plástica. Me gusta aclarar la idea que quiero transmitir con cada obra a través del título. Los de mis obras son el resultado de una búsqueda tan importante como la de las imágenes que la componen». Huete, en realidad, ha revitalizado con irónica ternura el arte del collage. En cierto modo, esta artesanía del recortar y pega es «una relectura de herencias culturales, desordenadas y reordenadas en eso que ahora suele denominarse desconstrucción». Como certifica la muestra de Reinosa, ya desde la madurez, revela la capacidad de guardar el mundo en una caja, de reinventarlo en un mosaico, en un azaroso encuentro de palabras y objetos, y de recrear lenguajes a través de piezas mutadas en poemas. Sus exposiciones son celebraciones, tiene seguidores fieles y se mueve entre galerías, ilustraciones, editoriales, escenografías y talleres.

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