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El primer transbordador de personas, el primer 'mando a distancia', o el antecesor de los drones, son solo algunos de los proyectos más significativos ... de Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña, 1852-Madrid, 1936), descrito ya en 1930 por el periódico Le Figaro como «el más prodigioso inventor de su tiempo». Basta fijarse en sus máquinas algébricas para tener conciencia de que su figura se consolidó ya como el ingeniero matemático más destacado al finalizar el siglo XIX. Ahora, bajo el epígrafe 'Leonardo Torres Quevedo. Su vida, su mundo', ve la luz la biografía «más novedosa y actualizada» del cientifico cántabro universal. Su autor es el profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad Complutense Francisco A. González Redondo. Divulgación, conocimiento, síntesis y claridad son las premisas en las que se fundamenta el volumen editado por la Real Sociedad Española de Física-Fundación Ramón Areces, de la mano de Los Libros de la Catarata. González Redondo, que viene desarrollando una labor incansable de reivindicación de la figura del ingeniero iguñés, a través de escritos, artículos, estudios, conferencias y exposiciones, presenta su libro mañana sábado, a las 13.00 horas, en la librería santanderina Gil, en Pombo. En el acto de presentación, el autor estará acompañado por el escritor Pedro Arce Díez, a través de la citada editorial.
Francisco González Redondo, miembro de la Sociedad Menéndez Pelayo (SMP), es junto al catedrático Francisco González Posada, exrector de la Universidad de Cantabria, uno de los divulgadores más importantes de la figura del ingeniero cántabro Torres Quevedo, el inventor que tras sus estudios en París y Madrid y sus viajes por Europa, donde se impregna del progreso científico de la época, comienza su dedicación al estudio y a la experimentación.
El volumen biográfico condensa en un centenar de páginas, a través de una estructura en nueve capítulos y con un orden cronológico, los hitos más importantes en la trayectoria de Torres Quevedo con el fin primordial de acercar su figura a un público amplio.
El gran inventor del Valle de Iguña queda retratado en sus aspectos fundamentales y se diseccionan sus aportaciones, en su mayoría pioneras, plasmadas en ingenios que avanzan aplicaciones hoy en día completamente integradas en la sociedad.
Como recuerda el autor en la síntesis que invita a adentrarse en la 'vida y mundo' de Leonardo Torres Quevedo, con sus máquinas algébricas se convirtió en el más importante ingeniero matemático al acabar el siglo XIX. Con su sistema de dirigibles autorrígidos, patentados en España y comercializados desde Francia y Reino Unido hasta Rusia, Estados Unidos y Japón, llegó a ser un ingeniero aeronáutico de talla mundial en las primeras décadas del siglo XX. Con su telekino, el primer mando a distancia efectivo de la historia, precedente de los actuales drones, triunfó en cuanto que ingeniero industrial y de telecomunicaciones. Con su buque campamento, el proyecto del primer barco porta-dirigibles, y su binave, origen de los catamaranes modernos, se convirtió en ingeniero naval. Y, sobre todo, con sus Ensayos sobre Automática, sus ajedrecistas -los primeros autómatas dotados de 'inteligencia artificial'- y su aritmómetro electromecánico, «se adelantó en varias décadas a todos los pioneros de la informática del siglo XX, tanto a los teóricos de la computación como a los constructores de los primeros ordenadores».
González Redondo, licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Cantabria, doctor en Matemáticas por la Universidad Politécnica de Madrid y doctor en Filosofía de la Ciencia por la Complutense, ha escrito y coordinado decenas de iniciativas para divulgar la ciencia.
En su libro dedica un primer capítulo a los años de formación de Torres Quevedo para dar paso al reflejo de su primer campo de interés: los transbordadores. Para González Redondo, en este terreno «ya resulta clara la determinación, perseverancia, originalidad y capacidad de Torres Quevedo». El autor explica sus diferentes etapas y logros, «a pesar de los muchos obstáculos que encontró». Se revisa su estudio de máquinas de cálculo analógicas con tecnología mecánica donde, según el autor, Torres Quevedo «da un enfoque equilibrado y global a los problemas tecnológicos, ocupándose tanto de la teoría, como del diseño y, finalmente, la construcción de los correspondientes prototipos». Otros capítulos están dedicados a sus trabajos en el campo de los dirigibles y a su repercusión internacional; sus trayectos desde el telekino a la Automática, el diseño y las posibles aplicaciones de sus autómatas y, finalmente, otros proyectos relacionados con factores de su labor como ingeniero.
En una reseña de Alfonso Hernando González publicada en la Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, se destacaba cómo González Redondo hace hincapié en su libro en un dato revelador: «Turing, Von Neumann y otros autores son ampliamente reconocidos por haber llegado a ideas muy similares a las de Torres Quevedo más de 30 años después. Eso da una idea de su extraordinaria genialidad como precursor de la informática actual».
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