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Tradición, patrimonio y defensa y salvaguarda de las campanas como cultura de un sonido milenario se aúnan en una de las convocatorias de la cultura popular más enraizadas en el calendario. Mañana sábado, desde el mediodía, en el Barrio de Vierna, en el municipio de ... Meruelo, tendrá lugar el XXI Encuentro de Campaneros, de San Bartolomé de Vierna.
Cantabria ha sido cuna de campaneros, procedentes la mayoría de Siete Villas. Uno de los últimos es Abel Portilla, que asumió su profesión como un proyecto en defensa de las campanas como cultura de un sonido milenario, lo que ha supuesto una vida dedicada a la salvaguarda del Patrimonio Histórico.
En la jornada de mañana los hermanos Portilla realizarán la fundición de una campana de 500 Kg al estilo tradicional (fundición a pie de torre) en los hornos situados en su casa-taller del municipio. Del Toque de 'Carillón' al Toque manual de campanas, el encuentro alberga ese momento esperado para repicar y conocer el lenguaje antiguo y moderno de las campanas interpretado por tocadores de campanas del mundo rural, venidos de toda España.
Abel Portilla el maestro fundidor de campanas de Gajano, al frente de una empresa familiar que se ha especializado en la construcción y restauración artesanal de campanas y carillones, fue galardonado la pasada primavera en una de las categorías de los VII Premios nacionales de las Artes de la Construcción. Los galardones, acompañados de la exposición 'Patrimonio Vivo', se entregaron en el Museo de Santa Cruz de Toledo. El galardonado en la categoría de trabajos del metal fue el maestro cántabro «por su trabajo en las campanas».
Hace apenas dos años el Grupo Alceda reconoció al último campanero tradicional de Cantabria por «su persistencia en un oficio tradicional; su esfuerzo por mantener los procesos tradicionales de su oficio, en contra de la industrialización dominante; su generosidad al depositar su colección de campanas en el Museo de las Campanas en Meruelo, y haber recreado un horno tradicional en su casa familiar de Vierna, donde cada año celebra los encuentros internacionales de fundidores y tañedores».
El objetivo, como volverá a subrayarse mañana, radica en «extender así el conocimiento y la belleza de su oficio, su actitud y trayectoria profesional que le han convertido en casi el único especialista en su oficio, reconocido internacionalmente».
Entre sus trabajos, una campana de 5.000 Kg instalada en la Basílica de San Plechelmus, en Oldenzaal, Países Bajos; la campana para la Abadía San Víctor de Marsella; para una iglesia nueva en Papúa, Nueva Guinea; par coleccionistas, o con destino al Gran Teatro del Liceu (Barcelona), entre otros lugares de España.
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