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«El lenguaje nos hace y deshace. / Las palabras vacías son nuestra destrucción». El poema breve pero rotundo asoma con el libro ya avanzado, que ... no vencido. Tras una primera parte confesional, 'Nadie sabe de mí', el último poemario de Marcos Díez (Santander, 1976) se desnuda y da cuerpo y carne al epígrafe que preside el libro que ahora ve la luz: 'Belleza sin nosotros'. Hay celebración y amargura, trayectos cotidianos y una honda desazón de que lo importante parece quedar al margen, ajeno, sin apenas haber apreciado más que el tacto. Galardonada el pasado año con el XXIV Premio Generación del 27, la obra llega ahora a los lectores de la mano de la Colección Visor de Poesía.
El Centro Generación del 27 alumbrará la presentación del libro en Málaga el próximo día 26 y la puesta de largo en Santander tendrá lugar ya el 7 de mayo en librería Gil con la presencia del también poeta Lorenzo Oliván.
Escrito a lo largo de los últimos cuatro años, casi medio centenar de poemas responden a una sensación que Marcos Díez refiere con claridad: «Al escribirlos, me han ido enseñando cosas de mí que yo desconocía». El poema, a juicio del autor, también periodista y articulista, «es una fuente de la que mana un conocimiento profundo de uno mismo, de los otros y del mundo».
El exdirector de la Fundación Santander Creativa considera que «el poeta no deja en el poema algo que ya sabía sino que es el poema el que revela cosas a quien lo escribe». Los poemas, sostiene, «susurran una sabiduría misteriosa que se sitúa en un territorio indeterminado que no es exactamente el de la inteligencia».
De 'Belleza sin nosotros' precedido de versos y citas significativas, a modo de señales y pistas, de Pepe Hierro, María Zambrano y Luis Rosales, uno sale, subraya Oliván, «sabiendo bien que si algo nos atrae tanto como nos asusta de la vida es su propia imperfección».
El propio Marcos Díez, autor de 'Puntos de apoyo', 'Combustión' y 'Desguace', o del libro de cuentos 'Desdoblados', entre otros, apunta que en su poemario hay varios territorios que se repiten de manera insistente: la identidad (¿quién soy yo? ¿quiénes son los otros?), el carácter frágil y efímero de la existencia, la conexión con la vida una vez derribados los trampantojos de las ideas y, sobre todo, las dificultades del amor.
«Nada es lo que parece/ en el profundo gris», se lee en 'Belleza sin nosotros', cuya cubierta está presidida por un dibujo de la hija del autor, Vera Díez Palacio. El amor «es una palabra desgastada, pero debiera estar en el centro de todas las cosas. El amor es origen de infinitos conflictos porque amar bien es muy difícil, lo mismo que es muy difícil dejar que los otros nos quieran».
En paralelo a la escritura de su libro Marcos Díez recalca que «la incapacidad para poder querer bien genera mucho sufrimiento. Pero, al final, solo el amor en un sentido amplio (a uno mismo, a los otros, a la naturaleza, a la vida) da sentido a la existencia una vez que eliminamos la paja, que suele ser casi todo. Para amar y para que nos amen hay que estar dispuestos a reconocernos como seres frágiles y vulnerables, a reconocer la propia incapacidad, y a ver a los demás de la misma manera». Y él mismo responde a esa inquietud: «No es fácil. Existir es una maravilla llena de asperezas y todos tenemos dificultades en ese camino».
'Belleza sin nosotros' es un libro, define, «sobrio y austero en el lenguaje, quizás porque las cosas esenciales suelen necesitar de pocos adornos y estos poemas, aunque fracasen porque es inevitable hacerlo, tratan de hablar de esos asuntos que considero nucleares», asegura Díez.
Ya con ocasión del fallo del jurado la poeta Luisa Castro destacaba al anunciar el premio que «en su aparente sencillez, aborda la poesía y la escritura desde la autobiografía, pero va cambiando a una poesía más existencial sin descartar la ironía, el comentario de la actualidad o la crítica a la vida contemporánea a través de su verdad». Y el autor hacía hincapié en que «los poemas se nutren de la propia experiencia, y hablo de la identidad, de los afectos o de la muerte como algo que atraviesa la existencia de todos los seres humanos».
El poeta incluye un poema, nombrado 'Epitafio' en el que puede leerse: «Debiéramos saber que todo se termina/ saber cómo poner fin al amor/que se pone muy rígido,/ que se enfría lo mismos que un cadáver./Y escribir un poema a modo de epitafio, /un poema desde un presente gélido/que diga: fuimos luz».
Díez ha obtenido anteriormente galardones como Hermanos Argensola, Ciudad de Alcalá y Ciudad de Burgos. Asimismo es autor, en prosa, del libro de cuentos 'El festín', que vio la luz en la editorial Valnera. Articulista de El Diario, guionista de cortometrajes, dirige actualmente la Torre de Don Borja de Santillana del Mar, proyecto cultural que desarrolla propuestas de arte, edición y comunicación, encuentros con creadores y exposiciones.
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Ana del Castillo
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