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En Los Andes, los supervivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, hace ya 51 años, formaron una gran familia cuya unión ayudó a que permanecieran vivos durante 72 días pese al frío, el hambre, las heridas... También en Sierra Nevada, Granada, ... todos los que formaron parte del rodaje de 'La sociedad de la nieve' de J. Bayona configuró durante cuatro meses «una gran familia». Al menos así lo explica Eva Martínez Álvarez, que formó parte del equipo de maquillaje de la película por el que Ana López-Puigcerver, Belén López-Puigcerver, David Martí y Montse Ribé han sido nominados al Oscar y al Goya. Esta profesional, nacida en Madrid en 1965, tiene un largo recorrido en lo que se refiere a maquillaje en ficción siendo uno de sus principales trabajos el de 'El prado de las estrellas', la última película que dirigió el santanderino Mario Camus y según ella misma confiesa: «Posiblemente el más especial de todos».
La madrileña, con raíces en Matamorosa y licenciada en Ciencias de la Información por la rama de Publicidad tardó muy poco en darse cuenta de que se había confundido de carrera. Lo suyo son los trabajos «más artesanales», esos que te permiten trabajar y crear con las manos, tal y como explica, y por eso, tras unos meses de incertidumbre sobre su futuro, decidió cursar estudios de maquillaje y caracterización y desde entonces ha trabajado en un buen número de series y películas. «Casualmente la primera de todas fue la serie 'Periodistas'», señala. Ha sido una de las maquilladoras de 'La casa de papel' y ahora mismo trabaja en la serie 'Entre tierras' que se emite en Antena 3 después de pasar por otras como 'El embarcadero' o 'Velvet', donde coincidió con Ana López-Puigcerver, su jefa, en 'La sociedad de la nieve' y una de las encargadas del diseño del maquillaje.
La madrileña formó parte de esta «gran familia» que tuvo que superar los fríos extremos de Sierra Nevada, el mal de altura, y las largas caminatas hasta el set de rodaje con un montón de material en las mochilas (pinturas, lápices, brochas, ...), además del covid -se rodó en 2022-, para maquillar a los actores que dan vida a los supervivientes de Los Andes. Por eso quiere recalcar que el trabajo de los maquilladores sigue siendo aún «el gran desconocido por público». «Todo lo que tiene que ver con él se relaciona con belleza y no es así para nada», explica.
Además de tener una amplia formación, cada uno de los maquillajes de un filme exige su propio diseño. En la película de Bayona, además del que se puede apreciar en los intérpretes y que ella realizaba junto a sus otros compañeros, hay una parte de maquillaje de efectos especiales para transformar por completo el aspecto de los actores y las actrices.
Eva Martínez Álvarez formaba parte de un equipo de nueve profesionales que cada día se desplazaba a ese set en Granada aunque, tal y como recuerda, la película también se rodó en Madrid y en Uruguay, a ella solo la tocó en las secuencias tomadas en Andalucía. «Nuestro trabajo consiste en acompañar a los actores tanto en sus cambios físicos como emocionales», explica. Ese «acompañamiento» del que habla ha ce que el espectador vaya notando, en el caso de esta película, el paso de los días de los protagonistas, desde que están en el aeropuerto de Uruguay a punto de coger el avión hasta que son rescatados más de dos meses después.
Un tiempo los que los rostros y el físico de los actores va cambiando ante los ojos del espectador. «El maquillaje es muy importante y hay un gran estudio previo y muchas horas de trabajo», explica.
Reconoce que las condiciones para trabajar fueron duras por la meteorología. «Unas escenas se rodaban en mitad de la nieve y otras en un hangar donde se había ubicado el avión. Pero hasta en esas interiores pasábamos muchísimo frío». Aún así reconoce que ha sido un trabajo «fascinante» y el más importante a nivel superproducción en el que ha trabajado.
También destaca el trato recibido por parte de los actores, «que nunca se quejaban y que nos trataban fenomenal pese a los cambios que ellos mismos sufrieron para poder dar vida a los personajes. Engordaron y adelgazaron. Rodaron escenas con mucho frío y poca ropa. Algunos cogieron covid ... Pero nunca perdieron el buen humor ni la paciencia ante nuestro trabajo», explica. A ella, además le tocó maquillar a una gran parte de los extras de la película, algunos de los cuales aparecen en varias escenas. ¿Lo más difícil del trabajo? «El mantenimiento para que horas después de haber sido maquillados parezca que se lo acabamos de hacer».
Eva Martínez Álvarez forma parte de una familia dedicada al cine. Sus hermanas son realizadoras y su hermano David fue el ayudante de dirección de 'El prado de las estrellas', la película de la que ella guarda tan buen recuerdo. La permitió tratar a Mario Camus, un gran cineasta con una forma muy «especial» de trabajar y mucho más artesana de la que se hace hoy en día. Aprendí mucho entonces y, sobre todo, descubrí Cantabria una tierra maravillosa a la que he vuelto muchas veces, concluye.
Igual de maravilloso que le parece su oficio, un trabajo «vocacional» pues reconoce que es muy difícil de conciliar con la vida familiar. «Viajamos muchos y nuestros horarios se ajustan a rodajes de muchas horas, a veces de día otras mucho de noche... Pero que es muy creativo y otra forma de arte».
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