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A veces lo que tenemos más cerca se vuelve invisible. O la costumbre acaba por cegar la capacidad de asombro. Esa sensación tan frecuente es la que combate Javier Mariscal con su visión de la Bahía, del Puerto y, en definitiva, de Santander. Desde hoy ... y hasta septiembre acceder al Palacete del Embarcadero se asemeja a una inmersión envolvente, gráfica, panorámica. Otra manera de ver y, por tanto, de redescubrir el paisaje cotidiano que configura la identidad de la ciudad. Es el sello Mariscal, esa miscelánea de dibujo, invitación animada, recreación plástica y trazo lúcido y vitalista. Podría llamarse instalación, diseño que juega a apropiarse del paisaje, pero en realidad la conversión del espacio portuario en una capilla que laica de mar, ciudad y puerto, es una «celebración». Detrás está el aniversario de los '150 años que cumple el Puerto de Santander'. Pero es la arquitectura envolvente del artista valenciano la que edifica un diálogo especial entre el visitante con lo reconocible y familiar hasta que se postula como una reflexión sobre aquello que forma parte de nuestra vidas y debe conservarse para futuras generaciones.
En datos. '150 años del Puerto de Santander'. Javier Mariscal. Hasta el 25 de septiembre. Palacete del Embarcadero. Autoridad Portuaria y Archivo Lafuente. Horario: de martes a sábado de 11.30 a 13.00 y de 18.00 a 21.00 horas, y de 11.00 a 14.00 horas los domingos.
Aprovechando la planta del edificio portuario, Mariscal plantea cuatro grandes murales que pueden considerarse independientes en su ubicación, aunque, en realidad, recrean en una elipse o círculo la geografía, los hitos, los iconos, los lugares y los paisajes que caracterizan el cordón umbilical de mar y tierra. Desde el centro del Palacete, girándose, es posible recorrer el particular 'google maps' de Mariscal, un mapa singular de color y trazo que remite a esa identidad inconfundible que el creador posa sobre las cosas. En ese trazado por el perímetro del Palacete, el artista afincado en Barcelona deja en evidencia los contrastes entre las zonas que integran la Bahía y su entorno. No hay ánimo de compilación ni de cartografía, sino de representación personal en la que no faltan los nombres de lo reflejado o destacado Y no todo es mural. Mariscal salpica su trabajo con recreaciones en tres dimensiones simbólicas: la Grúa de Piedra, el ferri surcando la bahía, o la gaviota y el avión en el cielo interior del Palacete.
Mariscal (Valencia, 1950), que confesó a El Diario haber disfrutado con esta creación, subraya que la Bahía, el enclave, ese vínculo de ciudad y puerto es una «joya geográfica que se debe querer y conservar». Como ya expresara enérgica y expresivamente en la citada entrevista, el diseñador insistía ayer en su mensaje: «El que proteste viviendo en esta ciudad es para pegarle cuatro tortas». En la inauguración de la muestra diseñada ad hoc para el Palacete del Embarcadero, en el contexto de la conmemoración portuaria, Mariscal estuvo acompañado por el presidente del Puerto, Francisco Martín; por el empresario y editor José María Lafuente, propietario del Archivo –que colabora desde hace una década con la Autoridad Portuaria y quien encargó la obra al artista–, y Juncal Herreros, directora de Citrasa en representación de la Consejería de Industria.
A la hora de plantearse la intervención artística Mariscal pensó en el qué, cómo y el porqué nació Santander y su puerto. «El puerto crea la ciudad y la ciudad está creando el puerto». Y recordó que los puertos son como un lugar «frontera» entre el mar, que tiene sus propias leyes, y la tierra firme, con otro tipo de normas. En su reflexión sobre la Bahía y su entorno, Mariscal se detiene especialmente en la biodiversidad de la zona, junto a detalles que simbolizan la idiosincrasia del Puerto y de la ciudad.
El factor humano también ha contado y la colaboración y ayuda de Lafuente ha sido esencial.
Mariscal, siempre inquieto, no quiso pasar la oportunidad de llamar la atención sobre algún aspecto del entorno que requiere, a su juicio, una mirada especial. En su obra dibujó La Horadada «entera y arregladita. El Ayuntamiento debería de arreglarla de una puñetera vez. Da vergonya», apuntó en catalán. Mariscal aseguró con sorna que si La Horadada no se arregla, él mismo vendrá a 'romperla' en esta obra.
La creación de Mariscal quedará «de una manera u otra a disposición de la ciudad», según Lafuente. «No sé cómo ni cuándo lo haremos pero esto quedará para la ciudad, pues algo así no puede estar simplemente guardado en un sitio». Lafuente confesó estar «muy emocionado con esta obra, que supone un orgullo para Santander». En opinión de Martín, la creación de Mariscal «puede resultar una lectura maravillosa para la gente que venga de fuera y también para los de aquí, pues podrán descubrir cosas nuevas».
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