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Guillermo Balbona
Santander
Sábado, 29 de marzo 2025, 01:00
«Horror y belleza están indisolublemente unidos en la tragedia griega». La autora de 'No todos volvimos de Troya' sigue profundizando en los territorios clásicos ... inherentes a su formación y escritura. Su construcción poética se ha edificado sobre un terreno asfaltado por los autores griegos y mitos, como esos cuadros de genealogías que cierran su nuevo libro: 'La belleza de lo trágico' (Eolas ediciones). En el proemio de este ensayo poético subraya Maru Bernal (Barcelona, 1964) que «todos los héroes y heroínas se enfrentan a un destino adverso, la mayoría de las veces hasta sus últimas consecuencias; todos poseen también instantes de auténtica belleza, destellos de luz que refulgen en la noche más oscura para salvarnos por un instante del abismo».
Y va más allá: «Vida y belleza son efímeras -nos lo repiten los dioses una y otra vez-, pero también es cierto que nuestra fugaz mortalidad es la que, sin embargo, más nos envidian los inmortales». Hablar de la belleza de lo trágico, refiere, «es hablar de todos y cada uno de esos pájaros que matará el invierno y que, no por ello, dejan de sobrevolar, audaces, los lugares más recónditos a los que puede adentrarse el ser humano». Héctor Escobar es el editor de Eolas Ediciones y la Colección que acoge el volumen, el número 26 De la Belleza, está dirigida por el escritor Gustavo Martín Garzo.
Tras alguna lectura pública parcial en la Universidad de Alcalá y en la biblioteca Eugenio Trías del Retiro, la puesta de largo del libro tendrá lugar hoy en Cabezón de la Sal, en Librería Sancho Panza a las 13.30 horas. Anita Wonhan, guionista, realizadora y directora de documentales en RTVE2, comunicadora, difusora y poeta, acompaña a la autora en la presentación.
«La belleza de lo cotidiano, la sucesión de días en hilera, la urdimbre humana que nos sostiene, la rutina como libertad incondicional, el amparo de la comunidad, el cobijo que se nos otorga», apunta en su ensayo. La obra de Bernal abarca cuatro linajes y otras tantas estirpes de la tragedia griega: La familia de los Atridas, la de Príamo y Hécuba, reyes de Troya, la saga tebana de los Labdácidas y la descendencia fenicia de Cadmo. Un mundo convulso poblado de imágenes, sensaciones, emociones contenidas, fugaces e instantes de belleza.
Un delicado caleidoscopio de metáforas, comparaciones, descripciones de detalle, de momentos, de interludios. «Un canto a lo efímero, todo ello envuelto en la magia de las sinestesias constantes que nos transportan al Mediterráneo homérico, un espacio atemporal y onírico que introduce al lector en escena, como un miembro más de la familia, observador privilegiado de lo íntimo, de la sutil esfera de lo privado».
Docencia, teatro y escritura constituyen las grandes pasiones de Maru Bernal, cántabra de adopción, nómada en sus distintas geografías tanto emocionales como vitales. Licenciada en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca, ha desarrollado su labor docente como profesora de latín y griego en Educación Secundaria. Directora teatral de Eos Theatron, dramaturga, actriz y rapsoda, tal como ella se define cuando declama sus versos. Ha colaborado en numerosas publicaciones literarias, así como en antologías poéticas y fotográficas. Su primer poemario, reeditado y ampliado en 2002 por la editorial Libros del Aire fue 'Hendiendo el aire & Suturas del alma'. Ese mismo año salió a la luz el citado 'No todos volvimos de Troya', XXV Premio Ciudad de Salamanca y en 2024 'Rumores yámbicos' obtuvo el LXI Premio Certamen Internacional de Poesía Amantes de Teruel, ambos publicados por la editorial Reino de Cordelia.
A juicio de su autora, la pretensión ahora ha sido la de trazar «un fugaz, pero intenso recorrido por esa delicada belleza que trasciende lo trágico, un viaje fascinante tanto para iniciados como para conocedores del mundo clásico». Y señala: «Ellos y ellas, héroes y heroínas de la tragedia griega, lo sintieron por vez primera, nosotros lo revivimos a lo largo de la historia, del pasado al presente, con la esperanza puesta siempre en el futuro». Como declara Aristóteles en su Poética, «no es obra de un poeta el decir lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, lo que es posible según lo verosímil o lo necesario». La belleza constituye una posibilidad verosímil en medio del horror trágico. «Acerado fulgor que hiende las tinieblas. Fragilidad evanescente, instante efímero, delicado vuelo de todos y cada uno de los pájaros que matará el invierno. Espléndida belleza que nos devuelve la fe perdida en la condición humana. Lo posible según lo necesario». Tres pilares recorren el ensayo de Maru Bernal: tragedia, esperanza y condición humana, y, por ende, «aceptación plena de los valiosos instantes de felicidad en medio del dolor, de la aceptación de la vida y de la muerte, dos caras indisolubles del ser».
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