«Aunque se ha mejorado mucho, las cineastas siguen sufriendo desigualdad»

Reconoce que en estos quince años, desde que las mujeres del sector comenzaron a unirse para reivindicarse, las cosas han mejorado, pero que aún queda mucho trabajo por hacer. «En 2010 cuando nosotras arrancamos la única referencia que teníamos, en lo que respecta a las desigualdades era CIMA, la asociación de mujeres cineastas que siempre fue pionera, pero se necesitaba una herramienta para la visibilización de las directoras y facilitarlas su trabajo porque entonces solo 7% de las películas producidas en España eran dirigidas por mujeres», asegura. Quince años después, la cifra ha aumentado, y dependiendo la temporada está entre el 12 y 13%. Y esto les acerca un poco más a su objetivo «estar al 50% con las películas dirigidas por los hombres».

Palacios reconoces que el panorama era desolador. «Era muy difícil para una directora levantar una película porque las productoras preferían las de los hombres y no estaba tan normalizado que las mujeres tuvieran cargos de empoderamiento dentro del cine». Así que esta asociación comenzó a trabajar para hacer evidente este problema y «despertar esta reflexión en la sociedad». Les pareció que la mejor manera de hacerlo era precisamente a través de la exhibición del cine hecho por mujeres que se hizo mediante una itinerancia nacional e internacional que lleva los títulos más representativos y destacados del año por las pantallas de toda España. Así el público nos solo puede ver las películas que pasan desapercibidas en las salas si no que también empieza a conocer el nombre de las directoras.

El objetivo que se marcaron entonces se está logrando y nombres como Carla Simón, Mar Coll, Pilar Palomero, Arantxa Echevarría o Paula Ortiz y, sobre todo sus películas, ya empiezan a ser valoradas, pero todavía son el 12% de las que se producen. «Siguen siendo muy pocas, pero es verdad que depende del año y lo mismo pasa con las guionistas o productoras, unos trabajos que también estamos reivindicando y por eso en esta edición hemos dado nuestro premio a la productora María Zamora».

Si algo destaca Ana Palacios del cine español en los últimos años es que ahora mismo hay una nueva generación de directoras que ha alcanzado la madurez. Un grupo que comenzó a trabajar hace más de una década y cuyas películas, ahora, «arrasan». Un cine independiente «muy potente» con directoras que «trascienden los géneros cinematográficos, las líneas entre ficción y no ficción, y que dentro de la experimentación no pierden ese compromiso con el público ofreciendo películas muy fuertes a nivel emocional, con historias cercanas y cotidianas que llegan. Son mujeres que saben entender el cine como una herramienta de vida».

En este viaje, reconoce esta directora, los compañeros cineastas las han apoyado en todo momento. «Sin ir más lejos Fernando Méndez-Leite, el presidente de la Academia de Cine ha colaborado con Mujeres de Cine desde sus inicios y en la misma Academia se está promoviendo la incorporación de las profesionales. Siento que aunque todavía hay que batallar para llegar a ese 50% hay un concienciación y una conciencia común que antes no existía».

Tampoco cree que haya enemigos de las cineastas dentro del sector, ella consciente de que las cifras están aún muy por debajo de las de los hombres, prefiere hablar de «dificultades» y esas, «abundan». ¿Y cuales son esas dificultades? «Evidentemente se dan más en el cine independiente pues conlleva un riesgo de producción y de apuesta mayor por parte del productor o la productora y, desgraciadamente, sigue habiendo muchos productores hombres que siguen apostando por los trabajos dirigidos por hombres. Otra gran dificultad es la conciliación entre la vida familiar y la profesional pues aunque haya una mayor conciencia en el reparto de tareas el peso sigue recayendo en las mujeres y deberíamos tener más facilidades para destacar en nuestras carreras al tiempo que nos desarrollamos como madres». A estos escollos, la directora añade el más importante: «La mayor dificultad es la desigualdad en todos sus ámbitos: en el de la producción, la conciliación y hasta en los festivales, hasta el premio de Carla Simón ninguna cineasta española no había ganado un Festival de clase A y los jurados tampoco son equilibrados...», concluye Ana Palacios.