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La Joven Orquesta Nacional de España, Jonde, tiene una misión: ofrecer la mejor formación que uno se puede imaginar. Al menos así lo expone su directora artística, Ana Comesaña. El resultado de esa formación se podrá ver sobre el escenario del Palacio de Festivales, donde la Jonde, dirigida por Vasily Petrenko, ofrecerá un concierto el jueves (19.30 horas), denominado 'El color orquestal del siglo XX', con una selección de piezas de Ravel, Bartók y Milhaud.
Cuando la docente y violinista habla de la Jonde, «uno de los grandes proyectos culturales de nuestro país», el entusiasmo se percibe en cada frase. En los 40 años transcurridos desde su fundación, la orquesta ha atraído siempre «a un perfil determinado de músico» que en cada momento de la historia ha ido cambiando «igual que la sociedad» y la realidad musical del país, pero siempre ha sido atractivo para «los mejores jóvenes músicos de nuestro país». Y con mejores, Comesaña se refiere a «los más desarrollados instrumentalmente, los más maduros y los que más claro tienen que su vida está en la música clásica» y que necesitan esa formación porque «quieren incorporarse a la vida profesional» como músicos en activo que tocan en una orquesta sinfónica.
Martes 14. Curso Universos Líricos. Sesión 9. 'Tosca', de Benoît Jacquot. Sala María Blanchard, 18.30 horas.
Jueves 16. Música clásica. 'El color orquestal del siglo XX'. Joven Orquesta Nacional de España. Sala Argenta, 19.30 horas.
Viernes 17. 'Viaje de ida y vuelta'. Andrés Suárez. Sala Argenta, 19.30 horas.
La Jonde hace pruebas de admisión todos los años para cambiar la mitad de la formación. Reciben en torno a un millar de solicitudes para finalmente seleccionar a unos 150 músicos para su bolsa de instrumentistas. «Es una criba muy grande y quienes entran tienen un perfil clarísimo, el más alto de la profesión». Estudian en primeras direcciones europeas o, terminada su formación, se integran en academias de renombre internacional. «También es bonito decir que a lo largo de 40 años, todos valoran como determinante haber formado parte de la Jonde –rememora la directora artística– El mayor diferencial de su desarrollo personal y profesional». Algo que a su juicio habla del «enorme éxito colectivo que representan».
La cantera, el talento nacional es «inmenso» y por una suerte de circunstancias concretas, «ha podido desarrollarse de una forma exponencial», en los últimos diez a quince años. «Ha sido una explosión como nunca antes», lo que produce una cantidad notable de intérpretes de «una calidad espectacular que copan todos los proyectos de jóvenes músicos europeos de referencia. Están en primera línea de la música clásica mundial».
La directora artística de una orquesta como la Jonde se ocupa del diseño del proyecto. Ana Comesaña es la persona que toma decisiones relativas a cómo dar contenido a la actividad. Desde qué directores son invitados, a los lugares donde se realizan los encuentros. Es la persona que contacta con los partners externos y a la vez realiza una supervisión directa de todos los procesos internos. La Jonde cuenta con áreas administrativas, jurídicas, de coordinación artística, un departamento académico, otro de producción técnica, de comunicación, económico administrativo, un archivo musical…
En la batuta
En esta gira, los músicos están dirigidos por Vasily Petrenko, al que califica como «uno de los grandes directores de este momento». Además de la posición que ocupa en la escena internacional y su «riquísimo bagaje internacional», es una persona con «gran interés por el trabajo con jóvenes músicos; un perfil inmejorable», destaca Comesaña. Ella misma es también músico, violinista y pedagoga y «una tiene personalidades a las que admira», reconoce. Cuando asumió el cargo hace cinco años, tenía en la cabeza una serie de nombres que quería asociar a la formación durante esta etapa y el de Vasily Petrenko ocupaba un lugar predominante. Directores como él tienen una agenda copada a varios años vista «pero lo hemos conseguido y estamos felices», celebra. «Es un privilegio».
Culminado el proceso de ensayos en el Palacio de Congresos de Zaragoza, donde celebra la Jonde su encuentro de invierno, ayer comenzaron en Pamplona la gira de conciertos que, tras tocar hoy en Burgos, les trae el jueves a Santander.
Comesaña tiene un «cuerpo de contenido universal» que cree que un joven músico de esta edad «tiene que tocar en este momento de su vida». Con la meta de que sea además interesante también para el público, se hace una primera propuesta al director seleccionado y entre ambos «nos ponemos de acuerdo». En esta ocasión, tenían claro que querían hacer a Ravel «en este año de conmemoración del compositor francés», Bartók era «una asignatura pendiente y él se lanzó de cabeza» y Milhaud fue una propuesta de Petrenko «que redondeaba el programa de una forma fantástica».
De cara al público cántabro, su invitación es meridiana. Tendrán oportunidad de disfrutar de un programa «precioso» que se escucha con facilidad y «necesitamos al público porque sin eso, todo esto no tiene sentido», concluye con el mismo entusiasmo inicial.
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