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Luis García Montero (Granada, 1958) siempre ha hablado con pasión de la poesía, que defiende como una forma de orientarse en la vida. Año y medio después de la muerte de su mujer, Almudena Grandes, afirma que de momento no siente la necesidad de ... escribir versos y está enfrascado en reunir en un libro los discursos e informes que ha hecho desde que es director del Instituto Cervantes y a defender el idioma español por el mundo, una cruzada en la que cree que deben involucrarse todas las instituciones. Ayer estuvo en Santander para participar en un acto homenaje a José Hierro que se celebró en la Biblioteca Central, un poeta del que admiraba por su defensa de la verdad.
-Siempre ha destacado la relevancia que José Hierro dio en sus obras a la verdad y la persuasión. ¿La poesía es el género de la verdad?
-La verdad es importante en la poesía aunque no me olvido que es un género de ficción y que uno utiliza la ficción para relacionarse con su propia conciencia. En ese sentido, la imaginación sirve para intentar encontrar respuestas a los asuntos que lo implican a uno como su propia realidad o sus sentimientos. Lo que Pepe Hierro nos enseñó es que uno tiene que ser verdadero cuando se compromete con la aceptación del conflicto y me refiero al conflicto entre la alegría y el dolor, la vida y la muerte o la justicia y la desolación...
-Llega a Santander casi directamente del Congreso Internacional de Lengua Española que se ha celebrado en Cádiz. ¿Hubo tantas tensiones entre el Instituto Cervantes, la RAE y el Ministerio de Asuntos Exteriores cómo ha trascendido?
-En un principio ese congreso iba a celebrarse en Arequipa (Perú) y por la situación política no puede hacerse allí. Tuvimos la suerte de que Cádiz, que había presentado candidatura para 2025 y que lo tenía todo bastante avanzado, nos acogiera. Es verdad que las prisas y los cambios han generado algunos desencuentros, pero la defensa del español solo saldrá ganando si hay una cooperación. Los congresos de español siempre han salido bien cuando el Instituto de Cervantes y la RAE han colaborado y, a partir de ahí, a mí me parece bien involucrar al Gobierno en la defensa de nuestro idioma. La verdad es que en una situación económica tan difícil como la que vivimos, que el Gobierno firme acuerdos con la Academia y con el Instituto Cervantes cómo está haciendo es algo para agradecer siempre que ese apoyo económico no suponga ningún tipo de pérdida de independencia ni de manipulación.
-¿No corremos el riesgo de politizar el idioma?
-Es que no hay nada más político que un idioma. Lo que conforma nuestra identidad individual es el idioma en que nacemos y la comunidad en la que vivimos y claro que hay que politizarlo, pero en el buen sentido de la palabra política; es decir, en el de ayudar a respetar las identidades y a comprender el valor de la palabra. Soy muy partidario de que el mayor compromiso político con un idioma sea no manipularlo en sectarismos, en mentiras o en incomprensiones, si no apoyarlo como el gran ámbito de la identidad de una comunidad. Por fortuna se ha superado la época del franquismo que imponía el español a las otras lenguas. Hay que sentirse orgulloso de que aquí convivan cuatro lenguas y a partir de ahí qué mediocre es el catalán que cree que el español no es su lengua y qué mediocre es el español que desprecia una parte de su cultura como es la catalana.
-La estación de Atocha ya lleva el nombre de Almudena Grandes. ¿Perdemos muchos trenes en la vida?
-Almudena era una de esas personas que prefería no pedir nada, pero que se sentía muy agradecida de lo que se la concedía. En ese sentido estoy convencido de que estaría terriblemente feliz con este nombramiento y la familia, cada vez que tomamos un tren y escuchamos por megafonía que llegamos a la estación Puerta de Atocha Almudena Grandes nos emocionamos mucho. Uno convive con la memoria y eso es muy importante porque el futuro tiene que ver con la identidad que nos ha ido forjando el paso del tiempo. Así que cuando yo escucho lo de lo de próxima estación... pienso que mi memoria siempre encontrará una próxima estación que tiene que ver con Almudena.
-¿El paso del tiempo mitiga el dolor?
-Convivo con el recuerdo y la memoria y es verdad que el dolor se va diluyendo, pero eso no evita que haya un vacío muy grande. Las pérdidas, la memoria, tienen que ver mucho más con el futuro que con el pasado. Y lo mismo pasa con la melancolía. Cuando uno convive en una relación amorosa, la construcción del nosotros tiene que ver con el futuro y por eso cuando hay una pérdida te quedas sin ese futuro y hay que inventarse otro.
-El Instituto Cervantes prepara un acto para conmemorar el aniversario de la UIMP, ¿en qué va a consistir?
-Será el próximo día 11 y consistirá en un doble homenaje a la UIMP y a su fundador Pedro Salinas que fue uno de los mejores poetas. Queremos celebrar la importancia que ha tenido la UIMP en la cultura y en la Universidad española así como en la internacionalización del español y los cursos para extranjeros.
-Hablaba antes de la importancia de trabajar en conjunto algo que parece que no acaba de aprender la izquierda de este país. ¿Qué le parece la aparición del nuevo partido Sumar?
-Yo me comprometí cívicamente con la izquierda a final del bachillerato y en los primeros años de facultad y tengo que reconocer que estoy muy contento con este gobierno de coalición. La política debe de servir para ayudar a la gente y en esta legislatura se han aprobado muchas medidas que tienen que ver con la dignidad de los contratos laborales, con la subida del salario mínimo de las pensiones y derechos cívicos. Por eso me parece triste que se oculten estos logros con discusiones sobre posibles fallos o desacuerdos. No me siento inclinado ni a defender ni a rechazar a ningún partido concreto pero sí a defender a un gobierno de coalición que ha hecho posible unas políticas que tienen que ver con que el partido socialista no se haya inclinado a pactos con la derecha o con los intereses neoliberales, ni que la izquierda se haya encerrado en el altar de su pureza creyendo que lo importante es mantener la libertad de su ideología. Me parece preocupante que un sector de la izquierda más que valorar lo que ha hecho el PSOE intente criticarlo para definirse y defenderse así mismo. Yo pediría responsabilidad porque ahora no se está debatiendo quien va a gobernar a la izquierda del PSOE si no si España va a tener un gobierno de colación de izquierdas.
-Durante el confinamiento por el covid todo eran buenos propósitos para cuando acabara la pandemia. Han pasado casi tres años. ¿Se ha hecho algo de esto?
-Con la pandemia podíamos haber aprendido a dar importancia a la necesidad de cuidarnos y más bien hemos borrado esa necesidad con la prepotencia y la ley del más fuerte. Vivimos en comunidad y lo de cuidarse es importante porque todos somos vulnerables. El mundo me preocupa, por un lado están las tentaciones totalitarias y en el otro extremo están los que quieren confundir la libertad con la ley del más fuerte. Es muy triste que haya gente que defienda beneficios y ganancias desmedidas sin solidarizarse con el resto. Necesitamos una libertad de equilibrio en un marco que nos ayude a cuidarnos.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos literarios?
-Estoy aún cerrado a escribir poesía desde que, tras la muerte de Almudena, publiqué 'Un año y tres meses', pero sí estoy reuniendo todos los textos que he ido escribiendo como director del Instituto Cervantes, bien como informes para los anuarios o en discursos. Todos esos textos aparecerán en un libro que se titulará 'Mas sensible que el mar son las palabras'.
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