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Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) se encuentra en uno de sus mejores momentos literarios. Premio Nadal 2018 por su última novela, 'Un amor' (Destino), el escritor continúa ahora la senda que inició en 2014 con 'Una madre' y prosiguió, dos años después, con 'Un perro' (2016). ... Cuando comenzó a escribir la trilogía sobre Amalia, no sabía que llegaría tan lejos en el mundo literario. Mañana estará en Santander, en la Librería Estvdio, donde presentará 'Un amor' (19.30 horas).
-¿Cómo surgió la trilogía 'Una madre', 'Un perro' y 'Un amor'?
-Al principio nadie sabía que lo estaba escribiendo y no lo esperaba nadie. Fue algo conmigo mismo. Surgió a raíz de un momento personal con mi madre en el que, por primera vez, fui consciente de que se iba a morir y yo no iba a ser capaz de sobrellevarlo. Pensé que necesitaba escribir un libro, para no perder del todo el tipo de relación que hay entre nosotros. Tuve ese pensamiento infantil de que si escribía sobre ella, sobre mi madre, ella no se moriría.
-Es una historia muy triste.
-Es una trilogía que habla en un tono, a veces jocoso, de un tema muy duro, el temor a la orfandad.
-¿Y en esta última novela, 'Un amor', qué cuenta?
-Es más de lo mismo, pero con un tono más reposado. Es como un prisma que trata todos los tipos de amor: de madre, amante, amor, hijo, amigo, despechado, inventado... Y en este prisma todos los amores convergen en ella, Amalia, que hace como de faro. De hecho, 'Un amor' es un título trampa y al final desvelo el por qué. Me interesaba mucho distinguir entre lo que es el amor y un amor.
-Le iba a pregunta por el título, ¿Cual es ese 'Un amor' para usted?
-Es una respuesta que tiene que dar cada lector cuando termina la novela.
-¿Es difícil escribir sobre el amor?
-Es muy difícil no escribir sobre el amor. Me parece muy difícil que no aparezca nada de amor en una novela, aunque sea por carencia o por defecto. Es como la madre, es muy difícil que en una novela no aparezca una referencia a una madre. Es muy complicado. Es imposible que una madre desaparezca del imaginario personal aunque no la tuvieras nunca. Lo mismo pasa con el amor, lo tengas o no, te marca.
-¿Se identifica con alguno de los personajes de la novela?
-Soy mucho de todos. He evolucionado de un personaje a otro. En esta última novela soy muy Amalia.
-¿En quién se inspiró para crear a Amalia? ¿Es su madre?
-No, no es ella. Tiene que ver con ella porque, en el fondo, todos tienen que ver con mi familia porque escribo sobre lo que conozco. Yo no puedo inventar de la nada una familia que no conozco. Es muy complicado salvo que quiera escribir una novela de ciencia ficción. Por ahora lo mío no es ni muy ciencia ni muy ficción. Mi familia me sirve para construir los arquetipos sobre los que edificar la ficción. Tienes que partir de unos hitos para construir la tela de araña. Un escritor es muy araña a la hora de construir y va tejiendo una red esperando atrapar al lector.
-¿Su novela da mucha importancia a la mentira y a la verdad, ¿usted también?
-Yo soy muy fan de la verdad porque he tenido que combatir mucho por la verdad y por mi verdad. A nivel personal he tenido que luchar mucho por no mentirme. Me da mucho miedo. La mentira te hace gastar mucho tiempo y la vida es muy corta.
-Premio Nadal, ¿todo un honor no? ¿Y ahora qué?
-Eso quisiera saber yo... Ahora toca trabajar y disfrutar mucho. Lo que más me ha tocado del premio es la cantidad de gente que se ha alegrado. Esto me indica que estoy en el buen camino. Tanto la vida como la carrera de escritor es una maratón y he llegado a la mitad. Tengo que seguir como hasta ahora, con la diferencia de que tengo un premio a mis espaldas y formo parte de un colectivo de escritores.
-Después del éxito y el premio, ¿no da vértigo enfrentarse de nuevo a los lectores?
-No, para nada. Nunca me dieron miedo los lectores, al revés. Me apetece mucho ver qué pasa, soy muy curioso y muy intrépido. Me apetece saber qué pasará con la siguiente novela y cómo reaccionará el lector. Puede más la curiosidad que el miedo. Es igual que cuando me dieron el premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Un hijo'. Ahora estoy metido en otra novela de estas características. Yo soy el mismo, mi ADN está ya hecho.
-¿Qué es para usted escribir?
-Escribo para que me quieran. Si te digo otra cosa te mentiría.
-¿Y qué ha aprendido de la literatura?
-Que a través de la literatura puedes conseguir que te quieran.
-¿Tanta necesidad tiene de que le quieran?
-No es que necesite que me quieran mucho, es que he tenido poco cariño. He aprendido a vivir con poco cariño. Y, por eso, pienso a veces que si aspiro a un poco más, igual llega. Y la forma de conseguir un poco más de cariño ha sido a través de la escritura. Por eso me importa tanto cómo se recibe lo que hago, porque me implico personal y emocionalmente.
-¿Cómo ve el mundo editorial?
-Yo he tenido mucha suerte. Enseguida encontré una editorial, Siruela, que me acogió bien. Después me ha costado mucho, pero desde 'Una madre' mi mundo editorial no lo cambio por nada.
-Escritor y lector. Sin embargo ahora la gente lee menos, ¿qué está ocurriendo?
-Hay que acercarse mucho al lector. Tiene que ver con la obra, que cuente la verdad. También hay que quitar filtros. Funcionamos con mucha pantalla y mucha lejanía y hay que tocarse y mirarse a los ojos. Tenemos que ser más dinámicos a la hora de contactar con el lector o la lectora.
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