

Secciones
Servicios
Destacamos
G. B.
Santander
Viernes, 7 de marzo 2025, 01:00
Silencios, paisajes, rostros, lugares, no lugares. Sus imágenes son estancias de un mundo que parece fugarse. de Hungría a Nepal, de Irlanda a Grecia. ... Y en la retina. Finlandia, siempre Finlandia, su país natal. «Aquí celebramos lo minúsculo, la paciencia, la humildad y la belleza». Pentti Sammallahti (Helsinki, 1950), uno de los fotógrafos «más emblemáticos» de los países nórdicos, es el nombre propio de esta primavera en el Palacete del Embarcadero.
Es además una figura fuera de encasillamientos cuya mirada contrarresta la tendencia contemporánea de la fotografía de gran formato. En el espacio portuario se ha reunido una selección de casi un centenar de fotografías que abarcan el periodo desde 1973 hasta 2015. Anne Morin, comisaria de la muestra, detalló la identidad de 'Miniaturas', segunda muestra de la temporada del Palacete desde que se rehabilitara el pasado año. Tras el éxito de la muestra del pintor Xesús Vázquez, cuyas creaciones recibieron más de veinte mil visitantes, la fotografía de Sammallahti muta el emblemático edificio del muelle en un lugar diáfano que propone historias cruzadas de rostros, animales, paisajes, lugares y viajes.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, César Díaz, y la comisaria inauguraron la exposición de un fotógrafo que ha expuesto por todo el mundo y que está considerado uno de los más importantes de Europa. Díaz sostuvo que están «muy orgullosos» de acoger esta nueva exposición y de cómo está respondiendo el público tras la rehabilitación integral del Palacete del Embarcadero. César Díaz subrayó el compromiso de la Autoridad Portuaria de Santander en seguir contribuyendo a la actividad cultural de la ciudad.
Morin, evocando a Víctor Hugo, manifestó que «esta exposición es una perfecta ilustración de esa gran frase: lo extraordinario se encuentra en las profundidades de lo ordinario». La comisaria de la exposición apuntó que se puede observar que «entre el principio y el final cronológico de las imágenes expuestas no hay realmente muchos cambios» en el tipo de fotografía. En su discurso, señaló que la palabra 'Miniatura' procede del latín minare, que significa recubrir con minio, un metal de color rojizo-anaranjado que procede de la combustión del blanco de plomo. Se utilizó en la antigua Mesopotamia para las pinturas murales y luego en los manuscritos iluminados de la Edad Media y la miniatura es un cuadro pequeño, cuya representación precisa exige el gesto lento del monje copista, inclinado sobre su obra, como un orfebre de lo minúsculo.
«Es esta misma delicadeza, esta misma lentitud y luminosidad», la que se muestra en las fotografías de Sammallahti, desde los desiertos del Mar Blanco de Solovski, en Rusia, hasta los densos bosques de Europa Central poblados de animales improbables, pasando por los confines del mundo. «Cada imagen es una pequeña historia, una fábula, una leyenda que dice en pocas palabras que basta con ver para que exista la belleza». De lejos o de cerca, Sammallahti «sabe dar a cada detalle, por tenue que sea, un papel preponderante en sus 'Miniaturas', tan esencial como una nota musical en una partitura». Su mirada escarba en lo visible desde dentro y saca a la superficie del mundo estas pequeñas partículas autóctonas, como el polvo de carbón, más ligeras que el aire. Hasta el 4 de mayo, el Palacete exhibe este espejo de luz, en blanco y negro, que refleja un lugar en el mundo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.