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El Museo de Altamira contará con herramientas tecnológicas de última generación destinadas a mejorar el conocimiento del arte rupestre de la cueva, tras la firma de un convenio de colaboración, según publicó ayer el Ministerio de Cultura a través del BOE. El acuerdo con ... la asociación World Monuments Fund Spain y la Stuart Weitzman's Foundation for the Preservation of the Caves of Cantabria posibilitará al Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira «la elaboración de una nueva documentación digital de alta resolución de la Cueva». El museo de Santillana, cuya misión principal es generar conocimiento científico sobre la cueva, lleva décadas profundizando en la documentación de sus representaciones artísticas. Con la firma de este convenio «se facilitará esta labor, implementando tecnologías que proporcionarán mayor grado de precisión», apuntaron ayer desde el centro que dirige Pilar Fatás.
El objetivo principal de esta colaboración institucional es dotar al Museo de Altamira de herramientas tecnológicas de última generación que logran ampliar la documentación científica de la cavidad, favoreciendo «la conservación, conocimiento y difusión de sus representaciones artísticas, y aumentando la capacidad gestora de la institución para la toma de decisiones». Para ello, se realizará un levantamiento fotogramétrico de las paredes y techo de toda la cueva, desde la entrada hasta la Galería Final, con una resolución de 200-250 micras para las zonas generales y de 50 para los paneles con arte rupestre.
Objetivo Levantamiento fotogramétrico de las paredes y techo de toda la cueva con una resolución de 200-250 micras para las zonas generales y de 50 para los paneles con arte rupestre.
En la Sala de Polícromos El uso combinado de láser escáner y fotogrametría. Gracias a esta tecnología, se generarán al menos 25.000 fotografías para toda la superficie.
En la Sala de Polícromos, la parte más conocida de la cueva, donde se hallan sus icónicos bisontes, se elaborará una nueva ortoimagen mediante el uso combinado de láser escáner y fotogrametría. Gracias a esta tecnología, se generarán al menos 25.000 fotografías para toda la superficie del Gran Techo. Es decir, unas 160 fotografías por metro cuadrado.
El conocimiento de los pigmentos empleados, del proceso técnico y sus diferentes etapas se verá incrementado a través de técnicas de análisis multiespectral y aplicación de algoritmos. El proyecto también conlleva ampliar la documentación de las proximidades de la cueva de Altamira. En su entorno más inmediato, y dentro del recinto museístico, se desarrollará una campaña de prospección geofísica para descubrir la morfología de la cueva antes de que se produjeran antiguos colapsos.
En sus alrededores, se revisará topográficamente, y se digitalizarán en 3D, «otras cuevas cercanas a la de Altamira como La Castañera, para conocer con precisión la relación entre ellas y determinar si estas cuevas conectan entre sí».
La firma de este convenio supondrá un impulso de vital importancia para la conservación de la cueva. Y es que, con una documentación actualizada y de vanguardia tecnológica, se podrá reducir al mínimo el tiempo de permanencia que el personal técnico del Museo de Altamira dedica a la investigación en el interior de la cavidad. Por otro lado, la comparación de la nueva ortoimagen con la realizada en 2013, «proporcionará un marco para medir objetivamente los cambios que se hayan podido producir en la conservación de las pinturas». Además, estas nuevas tecnologías permitirán «localizar, cuantificar y documentar las alteraciones físicas y microbiológicas». De esta manera, los resultados suponen evaluar con mayor precisión el estado de conservación de las pinturas y mejorar el seguimiento de su control de estado, asegurando así la futura protección del arte rupestre de la cueva de Altamira.
El Centro de Investigación de Altamira supervisará el desarrollo de los trabajos así como de los resultados. Para ello, establecerá un modelo de trabajo basado en el Plan de Conservación Preventiva de la Cueva de Altamira, respetando los tiempos de estancia y capacidad de carga, y utilizando técnicas no destructivas ni invasivas. De esta manera, los técnicos de la institución estarán presentes en el interior de la cueva mientras dure el trabajo de campo.
Por su parte, World Monuments Fund Spain y Stuart Weitzman's Foundation se encargarán de financiar y contratar los trabajos necesarios, valorados en una aportación máxima de 30.000 euros ampliables en siguientes fases hasta 150.000 euros. Gracias a su aportación, la cueva de Altamira dispondrá de las citadas herramientas tecnológicas que mejorarán los datos tanto de su arte rupestre como de su conservación.
World Monuments Fund (WMF) es la principal organización independiente dedicada a la salvaguarda del patrimonio cultural edificado, fomentand entendimiento mutuo entre culturas y comunidades.
La organización tiene su sede en la ciudad de Nueva York con oficinas yafiliados en Camboya, India, Perú, Portugal, España y el Reino Unido.
Desde 1965, su equipo global de expertos ha participado en la preservación del patrimonio cultural de 700 sitios en 112 países. World Monuments Fund España se estableció en 1992, y desde entonces ha colaborado en la restauración de monumentos como la Alhambra de Granada,el teatro romano de Málaga, la Cartuja de Miraflores en Burgos o monasterios de clausura en Sevilla.
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