Miradas de un maestro de escuela

Una publicación, producción del CDIS-Ayuntamiento, y su Concejalía de Cultura, acompañará esta cita. Como aspecto más singular la muestra, que está comisariada por el también fotógrafo y fundador y director de La Caverna de la Luz, Javier Vila, exhibirá junto a cada imagen extractos de una selección de textos escritos por los niños destinada en su momento a la publicación 'Nuestro Pueblo' que elaboraban en la escuela. Será uno de los acercamientos más personales y, en gran parte inédito, a las raíces de la mirada del fotógrafo cántabro.

El antecedente expositivo, destinado a revisar la trayectoria de Palazuelos, se plasmó en 'De cerca', un proyecto celebrado en 2015 en el MAS, donde se mostraron las claves para conocer la extensa creación del fotógrafo a lo largo de su vida. Además la antológica refería el concepto que tiene Palazuelos de la fotografía y su manera de enfrentarse al acto mismo de la captación instantánea, como «ese ser paseante que captura y reúne fragmentos», según palabras de Walter Benjamin». La exposición del MAS, a modo de doble políptico enfrentado, exhibió sesenta fotografías de varias etapas creativas pero también históricas.

Ahora la cita del CDIS supone una recuperación de los inicios de Palazuelos como maestro en la escuela de Bielva. El blanco y negro adherido a su creación -«posee más fuerza, se capta mejor la mirada, ese gesto casi sin querer y la fotografía se concentra mejor en el personaje»-, vertebra este trabajo en el que se funden la memoria, la evocación y las vivencias. Palazuelos era un maestro rural a finales de los setenta, en la escuela unitaria de Bielva, dónde se planteó «la misión pedagógica utópica de mostrar el mundo a los chavales y enseñarles que no hay fronteras para el conocimiento, ni para la voluntad». Y, además como ha contado en ocasiones creó un periódico de la escuela, 'Nuestro Pueblo', del que se hicieron eco la prensa de la época especializada en educación (Cuadernos de Pedagogía) y en fotografía (Revista Nueva Lente).

Palazuelos (1951, Limpias) ha evocado a menudo que su primera cámara fue una 'werlisa' con un puñado de funciones, y que sus primeras fotografías las hizo con los 22 alumnos de ese colegio de Bielva, en Herrerías, donde impartió clase entre 1975 y 1980. «Aprendí con los niños, revelando en un laboratorio que una firma nos dejó a mitad de precio. Los niños hacían maravillas». Él comenzó a hacerlas, primero fotografiando la naturaleza. «Me dolía casi la belleza de los bosques del Saja, era mi espacio privilegiado. Era como estar en otro mundo, solo rodeado de árboles que dejaban pasar la luz, con el ruido del agua...».

Después llegaron los proyectos fotográficos por encargo, los reportajes sociales, una serie sobre carteles electorales que realizó en 1982 en la que se encontró con superposiciones de papel en las paredes capaces de hablarle a la ciudadanía...En realidad, un fotógrafo autodidacta que ha confesado dejarse llevar «por lo que veo, no busco con la cabeza, soy de encontrar».

Series como la de su mirada del FIS en la Porticada, la Polaroid, sus comienzos en la escuela de Bielva; la calle y sus extensas miradas sobre ciudades, de Nueva York a Amsterdam o La Habana; más la naturaleza y las composiciones recientes intimistas alimentan su trayectoria. Profesor de Fotografía del ICE de la Universidad de Cantabria y en el vicerrectorado de Extensión Universitaria (1982-87) Palazuelos ha trazado trayectos de la docencia hasta la publicación de siete libros y guías, caso de 'Cantabria, otra mirada', 'Santander, tercer milenio' y 'Música Porticada'.

Palazuelos mantiene relación con la fotografía desde su infancia, cuando visitaba y admiraba los retratos del conocido Leoncio Marugán, clásico fotógrafo de Limpias. Más tarde, ejerciendo como maestro en Bielva, sus alumnos le animaron a documentar con una cámara fotográfica el proyecto pedagógico pionero que estaba llevando a cabo. El punto de partida es cuando el 19 de septiembre de 1977, Jorge Rueda, fotógrafo y director artístico de 'Nueva Lente', le comunica que se publicarán en la prestigiosa revista algunas de sus fotos, tal como ha recordado Manuela Alonso. A partir de entonces, la magia del laboratorio le atrapa, abandona su trabajo como maestro y se dedica exclusivamente a la fotografía. Dirigió la sala Zoom y fue uno de los impulsores del festival Foconorte. Además ha contribuido a recuperar y divulgar el patrimonio fotográfico histórico, especialmente con la digitalización y publicación de la obra de los hermanos Wünsch y de Ángel de la Hoz.