Josema Yuste | Actor y director
«Lo de las monjas de Belorado y el falso obispo daría para una comedia»Secciones
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Josema Yuste | Actor y director
«Lo de las monjas de Belorado y el falso obispo daría para una comedia»En el escenario del Casyc, ayer viernes y hoy sábado, Josema Yuste viste una sotana con el único objetivo de hacer reír al público y que pasé un buen rato con un misterio a lo Aghata Christie que abre el ciclo Talía. Se trata de la obra 'Que Dios nos pille confesado', una de esas comedias que tanto le gustan y que además dirige. Eso es sobre las tablas porque fuera de ellas aprovecha estos dos días para encontrarse con los amigos que tiene en Santander, visitar la fábrica de cosmética LAB y jugar al golf en el campo de Mataleñas.
-Ha vuelto a Santander, esta vez con 'Que Dios nos pille confesados' ¿qué va a ver el público en esta ocasión?
-Es la primera vez que hago una obra original y por lo tanto para mí es un reto porque interpreto a un personaje que nadie ha hecho antes. Un texto que se puede decir está escrito para mí porque aunque no se trate de ningún encargo sí sé que los dos autores, a los que conozco bien porque he trabajado con ellos en televisión: Alberto Papa Fragomen y Rodrigo Sopeña, la escribieron pensando en mí. Es una comedia de suspense al estilo de las novelas de Agatha Christie y por lo tanto muy entretenida, fácil de seguir y llena de golpes cómicos.
-Háblenos de su personaje. Es la primera vez que se pone una sotana en un escenario.
-Efectivamente, es la primera vez que interpreto a un sacerdote. Bueno, un sacerdote entre comillas porque detrás de él hay un ladrón que podríamos decir que más que de guante blanco es de guante cutre y completamente delirante como la propia obra en la que nada es lo que parece.
-Eso del falso cura recuerda a todo lo que está ocurriendo con las monjas de Belorado y el falso obispo. ¿La realidad supera a la ficción también en la comedia?
-Es cierto que hay una semejanza porque tanto ese obispo como mi cura son falsos aunque sus objetivos son bien diferentes. Todo lo que está ocurriendo en torno a ese monasterio podría ser una comedia. No hay más que ver los trajes que lleva ese falso obispo que son de chiste.
-¿Ese buen humor que predica en los escenarios le dura fuera de ellos?
-Me considero una persona normal y eso me hace vivir momentos más divertidos y otros menos. Creo que soy muy divertido en el escenario y algo menos fuera de él pero sí considero que tener sentido del humor ayuda a afrontar mucho mejor la vida.
-Es de esos actores a los que el público no se imagina protagonizando un drama. ¿Se lo ha planteado alguna vez?
-Jamás. No creo que al público le apetezca ni a mí tampoco. Me siento muy cómodo en mi zona de confort. Una zona que por otra parte yo he elegido y en la que quiero y espero seguir muchos años más.
El espectáculo
'Que Dios nos pille confesados'. Escrita por Alberto Papa Fragomen y Rodrigo Sopeña. Dirigida por Josema Yuste.
Intérpretes Josema Yuste, Javier Losan, Santiago Urrialde y Esther Prado.
Funciones Tras la función de ayer, la obra se podrá volver a ver hoy en el Casyc. A las 20.00 horas.
-Además de actuar es el director de obra. ¿Cómo logra interpretar a ese falso cura y a la vez estar pendiente de lo que hacen el resto de los intérpretes?
-Ya lo he hecho varias veces. La dirección es algo que me ha gustado desde siempre, desde que estaba en la Escuela de Arte Dramático. Por diferentes razones tomé el camino de la interpretación, pero siempre supe que en algún momento de mi vida iba a dirigir. Me gusta, creo que lo llevo en la sangre y no me resulta demasiado complicado ni aunque esté sobre el escenario.
-La televisión le hizo popular, pero nunca ha abandonado los escenarios. ¿Qué le da el teatro?
-Uy, mi carrera ha tomado en dos o tres ocasiones diferentes caminos y en cada uno de ellos me he tenido que reinventar, lo cual no es una empresa fácil. Pero nunca he perdido ni la ilusión ni la confianza en mí y esas cosas son muy importantes para seguir en esto pues cuando me he caído, he tropezado o he fracasado me he levantado con más fuerza. Llegué al teatro hace ahora como veinte años y no me voy a bajar de él. El teatro tiene un aquí y ahora que no tiene el cine. A mí me parece que es una maravilla.
-Seguro que ya tiene algún nuevo proyecto en mente.
-De momento estamos con 'Que Dios nos pille confesados', una obra que estrenamos en noviembre en Madrid y que ha estado en cartel hasta finales de mayo con un gran éxito porque puedo decir con toda sinceridad que hemos llenado todos los días. Así que el 27 de noviembre, tras la gira que estamos haciendo ahora, volveremos con ella de nuevo a Madrid. Y en paralelo, en septiembre, estaré dirigiendo 'La cena de los idiotas' en esa misma ciudad.
-¿No le vamos a ver en la tele?
-No, no lo creo. Sinceramente tengo un poco olvidada la televisión, eso no quiere decir que si me llaman para cualquier cosa concreta por su puesto ahí estaré, pero no para trabajar en algo con continuidad porque ahora mismo priorizo el teatro. Al final ya tengo una edad y eso de grabar por las mañanas, salir de la tele para ir corriendo al teatro y todo lo que conlleva ese esfuerzo es algo que no me hace falta y no necesito.
-Hablaba antes de sus inicios en la Escuela. ¿Considera que ya ha cumplido con los objetivos que se marcó cuando inició los estudios de arte dramático?
-Sí. Con toda sinceridad, sí. Nunca pensé que iba a llegar a tanto. Me conformaba con poder vivir de esta profesión dignamente. Y he conseguido mucho más. Me siento muy agradecido y muy recompensado, por el público en primer lugar y también por mí mismo, porque al final el esfuerzo es de uno.
-Fue, con Martes y Trece, de los primeros humoristas en hacer shows en televisión y ahora hay canales en los que únicamente salen monologuistas. ¿Cómo ve esta ola de nuevos cómicos?
-Muy bien, la verdad, y con ojos de complicidad porque al final todo tiene que evolucionar en la vida y no vamos a estancarnos en lo mismo de siempre salvo que eso funcione. Siempre he sido partidario de que si una cosa funciona no hay que tocarla, pero también creo que hay muchas cosas en la vida en las que hay que evolucionar. Los monólogos, además, están dando trabajo a muchos actores.
-¿Los cómicos de ahora lo tienen más fácil que los de antes?
-No lo sé. Las cosas no son iguales ahora que hace 35 años. Desde luego nosotros no lo tuvimos muy fácil y dimos muchas vueltas hasta que alguien se fijó en nuestro show. Ahora, es verdad que el formato del monólogo funciona muy bien, pero hay muchísimos monologuistas y curiosamente más hombres que mujeres. Pero yo sigo convencido de que la persona que tiene talento, en algún momento lo va a poder demostrar y triunfar.
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