Montaje de 'La serva padrona' en las antiguas escuelas de Orejo

La producción cuenta con la voz de Castrillo en el papel de Serpina, el barítono Naveira como Uberto y Cordero vistiendo de Vespone, el atolondrado criado que ayudará o, al menos lo intentará, a Serpina a conseguir su objetivo. Una obra que sigue tan vigente como cuando se estrenó en 1773 en el teatro de San Bartolomé de Nápoles. Compuesta como intermezzo cómico para divertir y entretener al público asistente en los descansos de las óperas serias en los teatros napolitanos y venecianos, presenta las peripecias domésticas entre una doncella, su señor y el criado. María del Mar Fernández Doval, coordinadora del montaje, lo describe como «una locura absoluta que demuestra que el amor, los celos y la ambición son ingredientes atemporales que siempre provocan la carcajada del público. Casi 300 años después de su estreno, conserva intactas alas frescura de su argumento, la gracia de su puesta en escena y la belleza de su música».

El acceso a los escenarios de los sentimientos y la vida cotidiana de la gente común «supuso una verdadera revolución en su momento: no más tramoyas complicadas, ni puestas en escena grandiosas; no más personajes mitológicos, ni héroes de la antigüedad; no más versos rebuscados y de difícil comprensión». De pronto, el público podía identificarse con los que cantaban: «Los personajes de la ópera podían ser ellos mismos o sus vecinos».

«Una puesta en escena tan sencilla como efectista; un juego de luces capaz de crear ambientes muy distintos; un vestuario de época; una interpretación vocal e instrumental impecable y una narradora que nos guiará por la época y el argumento» confroman el montaje, «una oportunidad única para acercarnos al mundo de la ópera, y divertirse disfrutando de la música», explica Doval. El ensemble musical está integrado por las violinistas Paula Bolado y Cristina Cubas; Belén Puerto, viola, Diego Quintana, violonchelo y Marta Gutiérrez, clave. Contará, además, con la propia Fernández Doval como narradora.