![Muere el pintor, diseñador gráfico y grabador cántabro Julián Santamaría, Premio Nacional](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202004/08/media/cortadas/54454449-kPGB--1248x830@Diario%20Montanes.jpg)
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«Eternamente chico, con bigote o sin él, un poco Groucho, Julián Santamaría es uno de esos artistas que España exalta o ignora, según las temporadas, pero que quedará definitivamente fijo, en tinta plana, en rotativa alegre, cuando sea menos chico loco». Las ... palabras del escritor y periodista Francisco Umbral definían a un artista singular, infatigable, renacentista en su diversidad creativa y creador de numerosas imágenes que constituyen una verdadera siembra icónica de gran parte de la segunda mitad del siglo XX. Era el cántabro Julián Santamaría (Reinosa, 1930), cartelista, diseñador gráfico, grabador, pintor, Premio Nacional de artes decorativas, fallecido ayer en una residencia de Madrid, víctima del coronavirus.
Considerado uno de los mejores cartelistas españoles, en los que se reflejaron numerosos acontecimientos de carácter deportivo, cultural, festivo y social del último medio siglo, el artista reinosano recibió también el Primer Premio Mundial del Grabado en la Bienal Internacional de Arte Comprometido de Viena y el Oscar de Oro de la Publicidad. Como subraya el escritor e historiador Mario Crespo, familiar del diseñador y buen conocedor de su obra, «son innumerables los datos y reconocimientos que hacen de Santamaría un artista imprescindible en la segunda mitad del siglo XX español, reivindicable siempre, a pesar de los olvidos y sesgos que presiden ciertas políticas institucionales». Inquieto, curioso y vitalista, llamado «el suizo de Argüelles» por su «capacidad innovadora y su absorción de buena parte de las corrientes creativas europeas de los años cincuenta a ochenta», trabajó además como diseñador para la Ruta Quetzal o el Mundial del 82.
Desde que lograra una Beca de la Diputación de Burgos para la Escuela de San Fernando en los años cincuenta, su proyección creativa fue imparable, sus comparecencias expositivas ingentes y su presencia en espacios y convocatorias de referencia nacionales e internacionales abarca las más importantes durante casi tres décadas, de bienales a festivales y ferias. Su primera exposición individual está fechada en la sala madrileña Nebli en 1964 y en esa década se sucederían las citas con el grabado y el dibujo en otras salas y en las bienales de Yugoslavia, Sao Paulo y París. Las tres décadas siguientes testifican una fecunda labor creativa traducida en exposiciones y en participaciones y premios no solo en España, sino en Polonia, Austria, Japón, EE UU, Italia, Alejandría, Alemania o Argentina. En paralelo, salpicó su trayectoria con presencias en Cantabria, de Santillana a Comillas, y por supuesto expuso en los 60 en la mítica sala Sur de Manuel Arce. Su iconografía está ligada a empresas, firmas, corporaciones y entidades como Telefónica, Museo Español de Arte Contemporáneo, Patrimonio Nacional, Jefatura de Tráfico, Campsa y, al menos, concibió mil quinientos carteles. Su obra forma parte de colecciones privadas y públicas españolas y de espacios, fondos y museos de una treintena de ciudades y países. Muchos consideran que es el gran diseñador español desde los 50 y sus creaciones se han expuesto durante sesenta años en museos de medio mundo. En su tierra fue redescubierto gracias a una muestra impulsada por Juan Gutiérrez, integrante del Equipo Peonza, celebrada en el Mercado del Este bajo el epígrafe 'Santamaría: medio siglo de carteles: 1950-2000' y otra más de sus christmas.
Aunque más conocido por su labor de cartelista y grabador, la creación de Santamaría discurrió por muy diversas técnicas plásticas y soportes y abordó muy distintos recursos expresivos, con el fin de buscar nuevas formas de comunicar sus emociones y experiencias. Santamaría, que se trasladó a Burgos a los dieciocho años, donde empezó a pintar los gigantescos cartelones que anunciaban las películas, llegó después a Madrid, desde donde desarrolló un intenso periplo. De su estilo se ha destacado sus rasgos «sintéticos, directos, plenos de dinamismo y claridad» y sus frutos constituyen toda una «crónica visual de medio siglo de nuestro país». Un trabajo incesante reconocido internacionalmente con más de trescientos premios.
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