Una muestra documental traza la huella del Centro de Estudios Montañeses al cumplir 90 años

Organizada por el propio CEM, comisariada por el gestor cultural y editor Raúl Reyes, cuenta con la coordinación de Francisco Gutiérrez Díaz y Antonio de los Bueis, anterior y actual presidente del CEM, respectivamente. La exposición, patrocinada por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, se exhibirá en la Sala Piti Cantalapiedra hasta mediados de enero de 2025. Durante su apertura se presentará el catálogo-libro que se editará con motivo de esta exposición y en torno a sus contenidos y referencias se abordarán numerosas actividades paralelas, como visitas comentadas por protagonistas del CEM, conferencias temáticas, una velada musical o presentación de publicaciones.

El Centro de Estudios Montañeses es un referente, y quizá sea este el terreno más conocido de su labor por su exhaustiva proyección editorial, que manteniendo el ritmo de edición actual podrá llegar a las doscientas monografías, a las que deben añadirse otros cien volúmenes de publicaciones periódicas editadas bajo su sello, «si bien tiene en su haber otros muchos y meritorios logros menos recordados por el gran público, como el Archivo Histórico de Cantabria, los museos Etnográfico, Marítimo o de Prehistoria de Cantabria, además de otras diversas recopilaciones patrimoniales, puestas en valor y proyectos de conservación de la cultura de Cantabria que tienen en su origen, como creadores y principales protagonistas, al CEM y a sus miembros».

Creado en Santander en 1934, ya cerca del Centenario, sus responsables subrayan que ha cubierto las demandas esenciales de la cultura en la región cántabra, «ofertando a la vez un estable y extenso abanico de proyectos e infraestructuras culturales de primer orden». Y sigue manteniendo en la actualidad una amplia participación en la cultura de Cantabria con una «ingente trayectoria editorial que difunde profusamente por el mundo, contribuyendo de manera eficaz a dar a conocer universalmente los aspectos más destacados de nuestra cultura».

En palabras de Fernando Vierna, autor de los textos destinados a la publicación, el CEM «nacía en tiempos utópicos de la patria chica de Marcelino Menéndez Pelayo y, en su propia y soberbia biblioteca, embebido en el espíritu del polígrafo y en ambientes de estudio con gran trascendencia en el panorama histórico internacional, como los vinculados con la arqueología, el arte rupestre prehistórico y la cueva de Altamira».

El CEM es miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) integrado en la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (Cecel) y fue miembro fundador y decano de la desaparecida Institución Cultural de Cantabria (1967-2013). Es, además, Institución Consultiva para la Historia y el Patrimonio de Cantabria. En marzo de 1994 fue nombrado Socio de Honor de la Casa de Cantabria en Madrid. Es también Asesor Heráldico o Rey de Armas de los Ayuntamientos de la región desde marzo de 1995.

El CEM posee colecciones documentales relevantes, algunas de las cuales se han podido inventariar y digitalizar, poniéndose a disposición pública en tiempos recientes. La biblioteca, con una interesante sección de fondos antiguos, dispone de más de 10.000 ejemplares relacionados con la cultura y la historia de Cantabria; y la hemeroteca alcanza los 15.000 volúmenes, superándose las 600 cabeceras.

Los originales de archivo disponen de numerosos documentos relevantes, entre los que cabe citar, a modo de ejemplo, algunas obras excepcionales como el Cartulario del Monasterio de Oña, el inventario de documentos de la Catedral de Santander anterior al incendio de 1941, el inventario del Colegio Calasanz de Villacarriedo (Escolapios) de la época de la Ilustración o las relaciones de archivos históricos municipales de Cantabria elaboradas a mediados del siglo XX.

La muestra se hará eco de las colecciones de fotografía histórica del CEM, sin duda las más importantes del país referidas al patrimonio arquitectónico y artístico de Cantabria (el Archivo de Arte Montañés, de elaboración propia a mediados del siglo XX, para dejar constancia del estado en que se encontraba el patrimonio arquitectónico y artístico de Cantabria).

La historia dicta que en ese 1934, un grupo de intelectuales, eruditos, funcionarios, científicos y estudiosos se reunieron en la Biblioteca de Menéndez Pelayo de Santander para crear el patronato generador del CEM; la institución nacería poco después, en el mismo año. La pronta llegada del levantamiento militar que inició la Guerra Civil Española (1936-1939) no permitió una actividad muy fructífera en la joven organización, retomándose esta tras la conclusión del conflicto bélico.

En los primeros años de la posguerra, no se daban condiciones sociales ni políticas que permitiesen manifestaciones culturales o científicas «al margen de las impuestas por la oficialidad emanada de la victoria bélica, que en la práctica dejaba sin derechos civiles a un sector considerable de la ciudadanía». A pesar de tan penosas circunstancias, la labor cultural sostenida por el CEM en el período de posguerra «fue relevante y pueden calificarse de memorables sus logros en la conservación del patrimonio cultural de Cantabria».

El Centro de Estudios Montañeses asumió «un papel preeminente en el desarrollo, diseño y tutela de un amplio conjunto de actividades relacionadas con la Historia, la cultura y el patrimonio, entre ellas las arqueológicas, y sus implicaciones propagandísticas, turísticas y económicas, actuando además de entidad asesora directa de la Presidencia de Diputación». En esos años lo conformaban el grupo nuclear constituido por Tomás Maza Solano, Fernando Barreda, Fermín de Sojo y Lomba…, «un equipo de ilustres trabajadores de la historia regional y algunos funcionarios eruditos de la Diputación y el Ayuntamiento de Santander».

La exposición se estructurará en seis apartados atendiendo a la historia y a las señas de identidad de la institución.

La muestra que llegará al público en septiembre reconstruirá la trayectoria y acercará la huella en esos grandes apartados. El histórico, como es norma, introduce el desembarco en lo que significa el CEM: Los acontecimientos más importantes de la historia del Centro, con fotos documentales de dichos actos, fotos de conferencias, de las juntas académicas, de ediciones de anteriores aniversarios, medallas conmemorativas...

Los nombres de personalidades protagonistas del CEMcopan la segunda sección: los fundadores del CEM, todos sus presidentes, personajes importantes que colaboraron con el Centro. Un apartado que se ha concebido como 'Sala de presidentes y gabinete de personajes ilustres'.

En tercer lugar la muestra incluirá documentos de nombramiento y reconocimiento del CEM por sus aportaciones y los premios obtenidos por su labor.

El patrimonio bibliográfico del Centro es una parada obligada. Se exhibirán fondos documentales más importantes de la biblioteca del CEM, antiguos, bellos… Y también de las colecciones y donaciones más importantes que custodia. También de la Hemeroteca d diarios y otra publicaciones periódicas –caso de la revista Altamira–, y de la producción bibliográfica de la institución, que tiene su sede en Gómez Oreña, en el edificio del Ateneo de Santander.

El patrimonio documental es el eje de la quinta sección. Son los documentos de más alto valor que posee el CEM, algunos de ellos depositados en el Archivo Histórico Provincial de Cantabria (del Cartulario de San Salvador de Oña al Legado de Magdalena Goldie Linares, Salvador García Castañeda....).

De igual modo se exhibirá por primera vez reunida una selección de la colección de arte propiedad del CEM, configurada a lo largo de su historia gracias a donaciones de particulares, compras directas del centro, entre otras raíces. En este caso destacan, por ejemplo, ¡'Jesús y adentro!', 1885, óleo sobre lienzo de Fernando Pérez del Camino y Posadillo, donado al CEM por Vicente de Pereda y Revilla en 1940 y en depósito en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander desde junio de 1952. La Montaña Artística y Monumental, 1920-1922. Colección en cuatro álbumes de fotografías originales sobre la arquitectura civil de Cantabria, de varios autores. Paisaje de Gabriel Taylor Quintana de 1906. Óleo sobre cartón restaurado para la ocasión. Un grabado conmemorativo de la catedral de Santander de 1789, de Francisco Reiter y Juan Antonio Salvador Carmona Y obras de artistas como José Abad, Antonio Acebo, Pepe Agost Caballer, José Félix Aramberri, Natalio Bayo, Alfonso Costa Beiro, Eduardo Gruber, Julio Quesada Guilabert, entre otros.