«Ser mujer y escritora te hace renunciar a cosas esenciales de tu vida personal»

En las páginas de este libro se recogen, además de la de Anne Tyler, las voces de Jeanette Winterson, Lorrie Moore, Siri Hustvedt, Rosa Montero, Alma Guillermoprieto, Svetlana Alexiévich, Isabel Allende, Margaret Atwood, Maryse Condé, Gloria Steinem o Ida Vitale. Mujeres que dan pie para reflexionar sobre lo que supone ser escritora hoy en día «que no es lo mismo que ser hombre escritor, con esa separación tran grande entre la vida profesional y la personal», explica la periodista quien recalca que «a las 31 escritoras que aparecen en el libro les ha costado mucho construirse esa habitación propia y lo han logrado con mucho tesón, posiblemente con muchas renuncias y, desde luego, con muchísimo más esfuerzo que si hubiesen sido hombres».

Y es que, para Inés Martín Rodrigo «ser mujer y escritora en la actualidad supone un compromiso con la escritura que a veces te hace renunciar a partes de tu vida personal que tú sabes que también son esenciales». Y también habla con conocimiento de causa porque ella misma dio el salto a la narrativa con una novela, 'Azules son las horas' (Espasa, 2016), además de haber publicado el ensayo 'David Foster Wallace, el genio que no supo divertirse', que aparece en la obra David Foster Wallace: Portátil (Literatura Random House, 2016), entre otras colaboraciones literarias. «Hay un cambio radical en mi forma de hacer entrevistas desde que publiqué mi novela y creo que se nota en estas conversaciones que hoy presento porque algunas son anteriores a ese libro. Desde entonces les hago las preguntas que en el fondo yo misma me hago como escritora. Cuestiones que me inquietan con respecto a la escritura y a la vida», asegura.

Así, por las páginas de 'Una habitación compartida. Conversaciones con grandes escritoras', título con el que hace un guiño a Virginia Woolf en una de sus obras más reivindicadas con el paso de los años, orbitan temas como el feminismo, la maternidad, la escritura, el racismo «temas de una actualidad muy presente que nos preocupan y nos ocupan como sociedad», señala.

El libro surgió, según explica, a raíz de un encargo, de una entrevista a Lorrie Moore. «Recordé que ya lo había hecho anteriormente y al reeler aquella entrevista me di cuenta que sus respuestas habían sido fascinantes. Ahí fue como se ocurrió hacer memoria, echar la vista atrás y hacer una recopilación de todas esas voces de mujeres con las que me he ido encontrando en los diez últimos años de mi carrera y juntarlas en un libro de forma que pudieran ser escuchadas en su conjunto. Es cierto que aunque pocos, se han publicado otros libros de entrevistas, pero ninguno de ellos reúne única y específicamente a mujeres escritoras. Así que, dados los tiempos que vivimos, me pareció que ya ha llegado el momento de que se las escuche porque de alguna manera este libro también es una forma de reivindicarlas en su conjunto», señala.

Y si algo destaca después de hacer este trabajo es que todas ellas «huyen del dogmatismo». «Lo que he aprendido de estas conversaciones es que donde mejor se vive es en los grises. Me han enseñado a reinvindicar los matices en esta sociedad tan polarizada que estamos viviendo y en este mundo tan extraño que se nos ha quedado. Sus palabras me han servido para poner un poco de orden en este desorden que estamos habitando», confiesa.

También quería que el lector percibiera ese hilo que se establece entre todas ellas, «que no deja de ser es un diálogo que yo observo como mera espectadora porque los temas que trato con ellas suelen ser los mismos y es que, aunque la excusa para entrevistarlas suele ser la presentación de un libro o la concesión de un premio, la conversación trasciende a eso y se va por derroteros muy variados que al final son la vida porque la literatura no deja de ser una parte muy importante de la vida de todas ellas y de la mía propia».

De todas ellas, y la costó mucho elegirlas, recuerda con un gran cariño la de Anne Tayler «porque apenas concede entrevistas y a los pocos minutos de iniciar la conversación tuve la sensación de estar charlando con alguien que conocía desde hace tiempo. Es cierto que la llevo leyendo hace décadas y a veces aunque se tiene la sensación de que leyendo la obra de un autor puedes llegar a conocerle no es así», asegura.

Y aunque en un hipotético segundo volumen no faltarían sus conversaciones con otras autoras que ahora, por motivo de espacio, no ha incluido, -caso de Edurne Portela, Jennifer Egan o Carolyn Menke- hay dos autoras a las que no ha podido entrevistar y que desearía hacerlo. «Joan Didion y Alice Munro, sobre todo Joan Didion porque su libro 'El año del pensamiento mágico' está siempre en la mesilla junto a mi cama y lo consulto casi como los católicos a la Biblia».

En lo literario también tiene sus propios proyectos. Lleva muy adelantada la que es su segunda novela y que espera concluir este verano. Una obra que quiere dedicar a la hasta ahora su editora Belén Bermejo cuya muerte recientemente le ha dejado muy tocada. «Se que ella querría que acabase esta novela y por ella lo voy a hacer, aunque me siento desgarrada y aún tengo que dejar que se asiente el duelo. Así que en este extraño verano la retomaré y espero que pueda publicarse el año que viene».