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Además de Director del Programa de Desarrollo Rural, Patrimonio y Territorio de la Fundación Botín, José María Ballester es también miembro honorario vitalicio de la asociación civil Europa Nostra y coordinador del Plan Preventivo y de Conservación de la Cueva de Altamira. Ballester dirige online ... esta semana el XIII Foro Cultura y Naturaleza, que se celebra, entre hoy y el miércoles, en el ámbito de las actividades académicas de la UIMP, aunque este año, debido a la pandemia, será retransmitido a través de página web de la institución. La nueva edición del ciclo, impulsado por la Asociación Plaza Porticada con el apoyo de la Fundación Botín y la organización WMF España, tendrá como eje central el despoblamiento rural.
-¿Es la sociedad consciente de la intensidad del fenómeno del despoblamiento rural y de sus consecuencias sociales, culturales y económicas?
-Empezamos a ser conscientes ahora. Aquí hubo un éxodo rural continuado hasta principios de este siglo. Ese fenómenos tenía una razón, que era buscar en el entorno urbano el acceso a los servicios, buscar mejores condiciones de vida, buscar empleo y buscar educación. Eran parte de las grandes lagunas que había en el mundo rural y provocaron un éxodo masivo que nos ha llevado a tener que hablar de la España despoblada. Por el camino ha habido elecciones, ha habido planes, pero siempre se trataba el mundo rural desde una mentalidad urbana.
-¿Qué ha cambiado?
-Hasta hace poco no había un movimiento que surgiera del propio mundo rural. Siempre echaba de menos que fuera éste quien asumiera su propio futuro, que fuera dueño de su destino y que procurar que sus hijos pudieran tener libertad y capacidad para decidir su propio proyecto de vida. Lo cual no siempre estaba en sus manos porque había, por ejemplo y entre otros muchos aspectos significativos, deficiencia en el tema educativo, no había las mismas posibilidades que en el medio urbano.
estrategias de cambio
-¿Se ha producido ya ese cambio de mentalidad?
-Creo que se está produciendo. Hay que tener en cuenta que el mundo rural también tiene sus tiempos, y que son más lentos que los de los entornos urbanos. Lo esencial es promover una inversión de tendencia, que es un proceso que puede llevar una generación. Soy optimista en el sentido de que veo que se está generando esa nueva conciencia en el mundo rural, pero también porque hay una nueva conciencia en el mundo urbano, que es donde radican los poderes público y donde radica la parte fundamental de la iniciativa privada.
-¿Cuáles son los ejes que pueden permitir atajar o minimizar la situación?
-Ese cambio de tendencia tiene que expresarse en primer lugar en el desarrollo del mundo rural, y para ello hay que conocer todos los recursos que este encierra. Lo primero es una toma de conciencia del mundo rural sobre sus propias capacidades y sus propias realidades, sobre la explotación integral de sus recursos, a través de estudios rigurosos y detallados. Así lo hemos hecho en el valle del Nansa y los resultados tanto en el plano productivo como en el educativo y en la dinamización social, el emprendimiento rural o la innovación son muy esperanzadores.
Fechas: El XIII Foro Cultura y Naturaleza se desarrollará entre hoy y el miércoles. Podrá seguirse en la web de la UIMP.
Temática: El ciclo 'Despoblamiento rural. Cómo invertir la tendencia' abordará el futuro del mundo rural.
Participantes: Expertos de entidades nacionales e internacionales compartirán experiencias y conocimientos.
-¿Qué papel deben jugar en esa transformación las administraciones públicas?
-Es fundamental que los planteamientos y las acciones que se desarrollen tengan un enfoque transversal, no sectorial. Este es un tema clave, crucial, porque en muchos casos, no solo en Cantabria, cada departamento gestiona de forma estanca sus programas y al final no se produce esa transversalidad de las acciones.
-¿Qué ejemplos concretos avalan esa metodología?
-Hay muchos, pero destacaría el de Afteca, la Asociación para el fomento de la ternera en Cantabria. Buscamos actualizar una de las actividades tradicionales respetando el saber ancestral de los ganaderos y, 10 años después, suministra el 65% de la carne de ternera que se produce en Cantabria bajo el sello IGP, lo cual supone ya para esta asociación que surgió en el valle del Nansa una cifra de negocio que gira en torno a los 2 millones de euros anuales, con un incremento de beneficios para los ganaderos del 50%.
conservación
-El XIII Foro Naturaleza y Cultura se centra en esta materia. ¿Cómo lo han plantado?
-Es sobre todo un curso teórico, que busca fomentar el intercambio de conocimiento sobre esta realidad. Participan expertos nacionales e internacionales, y su objetivo es tener una diversidad de opiniones para conocer otras realidades y otros enfoques y líneas de actuación, qué experiencias tienen, cuál es su mirada sobre el mundo rural.
-Como coordinador del Plan Preventivo y de Conservación de la Cueva de Altamira, ¿cómo valora el retorno de las visitas a la cueva?
-Creo que en lo que respecta a la conservación preventiva se han hecho progresos cumpliendo los estándares. El periodo del confinamiento, en el que han estado cerradas, es algo que no ocurría hace mucho tiempo y que es muy importante considerar y debatir los datos con los diferentes expertos que forman la comisión. En ese sentido, estoy contento de que podamos hacerlo, creo que es una oportunidad nueva.
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