«El mundo ha sido tomado por la lógica instrumental: vida y cuerpo son cosas»

La reveladora transmutación de 'La naranja mecánica' en una comedia, interpretó Segato, significa que entre otras muchas cosas hemos normalizado la violencia. El ejemplo le sirvió además para desplegar un concepto en el que ha trabajado ampliamente: la 'pedagogía de la crueldad', todos esos actos y prácticas que despojan de empatía al ser humano y que todo lo cosifican. «Es todo aquello que nos programa y entrena para ver la vida como cosa, la vida humana o la natural como una cosa», indicó Segato; es todo aquello que prima la cosa por encima del vínculo. Un prostíbulo, ejemplificó Segato, es un espacio donde se reconocen a la perfección estas sombras pedagógicas. «El mundo ha sido tomado por una lógica instrumental: el mundo, la vida, el cuerpo son cosas y son instrumentos para la acumulación», insistió Segato, quien luego abrió la exposición a las preguntas y dudas del público. Esa percepción desbarata algunos argumentos morales que funcionaban décadas atrás: por ejemplo, hablar de que una situación genera injusticia o desigualdad «ya no toca corazones ni inteligencias», lamentó Segato. Las imágenes de animales aullando de dolor en la Amazonía quemada ya no tienen por qué llevarnos a una intervención, añadió Segato, ni tampoco las guerras ni los «holocaustos en curso».

La pedagogía de la crueldad echa raíces en un mundo marcado por el capital y encaramado sobre la «'refeudalización'» de la sociedad: «Es una fase del capital de dueños, de señores con nombre y apellidos, de corporaciones; donde los espacios comunes tienden a desaparecer», expuso Segato en La Magdalena, «esta fase del capital es apocalíptica, es un momento contemporáneo apolíptico». Esta 'refeudalización' global conlleva una rápida concentración del poder y del dinero. «Lo que más impresiona es la velocidad de la concentración de la riqueza. Es un dato [se remitió a Oxfam] escalofriante. Y no existe una institucionalidad capaz de establecer límites a la capacidad de compra de estas grandes fortunas». Este panorama remite, de modo bastante directa, al que expuso la politóloga Susan George hace unas semanas y también en el ciclo 'En contexto'de la UIMP: un panorama marcado por el poder de las grandes corporaciones y de las empresas transnacionales.

Segato enlazó esta pedagogía de la crueldad con otros conceptos ligados a la moralidad. Habló de supremacía moral, «el mayor enemigo de la humanidad», que puede traducirse en misoginia, en racismo. El patriarcado funciona como un orden de supremacía moral, explicó. «El orden patriarcal es un orden político que se disfraza de religión y de cultura. El patriarcado es el esqueleto de un mundo de dueños».

Segato había comenzado su charla con una forma de contexto. La categorización del otro como diferente se reveló con la colonización, indicó. «Lo que ocurre en el momento de la conquista y la colonización es la 'racialización' del mundo; la atribución a los vencidos de otra naturaleza. La racialización del mundo sucede cuando se les atribuye a los pueblos vencidos una naturaleza otra, es decir, una biología otra», apuntó. Abandonar esa atribución se hace muy difícil: va ligada al propio cuerpo. «No tenemos el mismo grado de empatía con otredades que no participan de la misma naturaleza que los pueblos blancos o los pueblos de Europa», añadió.

Para Segato, la conquista no ha terminado, es «un proceso permanente», indicó, «el proceso de conquista, rapiña y apropiación territorial en América Latina es un proceso que nunca ha concluido». El territorio del Amazonas, penosamente de actualidad, es ejemplo de todo ello.