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Una colección muy «heterogénea» integrada por 2763 piezas arqueológicas de diferentes épocas y procedencias, nacional -Cantabria, León, Madrid, Málaga- e internacional -Italia, México, Brasil-, se ha incorporado a los fondos del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria gracias a una donación. Los ... objetos que la integran destacan por su diversidad y variedad de conjuntos. Los hermanos Calderón Luengo, Juan Pedro y Ramón Modesto, han donado al Gobierno de Cantabria este fondo de objetos arqueológicos heredado de su padre, Ramón Calderón López de Arroyabe. La donación es desinteresada e incorpora como única condición que «sea custodiada por el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria y que tenga como finalidad su investigación y conservación y, si procede, su exposición, con indicación de su procedencia». Destaca especialmente el conjunto de 298 objetos precolombinos procedentes de México, algunos de la ciudad de Teotihuacán, entre los que se incluyen numerosas cerámicas con motivos antropomorfos. Otro lote, de gran interés para la arqueología de Cantabria, está compuesto por 715 piezas líticas que en su mayoría se pueden atribuir a tiempos paleolíticos y que proceden de yacimientos ubicados en la costa cantábrica.
Frente a estos conjuntos destaca un lote de materiales romanos formado por 280 fragmentos de 'terra sigillata', ánforas y cerámica común, así como varias figurillas antropomorfas, ungüentarios y lucernas decoradas; en este conjunto se incluyen también restos de vidrio, teselas y estucos. Otro lote de 1.244 objetos metálicos (hierro, plomo, aleación de cobre), entre los que destacan varias puntas de lanza, 7 broches liriformes, tres puñales y una punta de flecha de bronce, 14 anillos, 16 fíbulas, 20 placas decoradas y una colección de numismática compuestas por 95 monedas de distintas procedencias.
Y, finalmente, uno de fauna de 219 piezas -128 ejemplares de moluscos marinos y 28 fragmentos óseos de mamíferos-, junto a otros objetos de naturaleza diversa (25 minerales, 5 fósiles y 12 objetos de naturaleza orgánica). La colección certifica la intensa curiosidad de Ramón Calderón «por el pasado del hombre y sus testimonios materiales, su enorme interés en la arqueología que, según testimonio de su hijo Pedro, le acompañó toda su vida». Es prueba también de sus estancias en México (de donde procede parte de su familia), así como de sus relaciones personales y profesionales con un grupo de artistas e intelectuales (en el que se incluyó también su hermano Fernando) que, desde finales de los años sesenta, introdujeron en Santander las novedades artísticas -en las artes o en la música- y en otras disciplinas que aprendieron en sus viajes juveniles a otros países de Europa.
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