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Si dos cabezas piensa más que una y cuatro ojos ven más que dos, veinte manos pintan bastante más que un par de ellas. Sobre ... todo si son manos cuyos propietarios cuentan ya con cierta destreza técnica para seguir las directrices de quien dirige el proyecto. En este caso, ese proyecto es el de un gran mural realizado en un antiguo edificio de Puente San Miguel dirigido por la artista Doa Oa (Lugo, 1986), y las veinte manos son las de los alumnos del Grado Superior de Ilustración de la ESAC Roberto Orallo. En esta iniciativa, que se enmarca dentro de la programación de las Jornadas Altera de la centro académico, la creadora gallega representa un ejemplar de nenúfar amarillo (Nuphar luteum), especie autóctona catalogada como vulnerable en Cantabria. Con un mensaje crítico y el objetivo de llamar la atención sobre la importancia del medio ambiente, la creadora aúna estética y discurso en una obra que ha permitido a los alumnos conocer todo el proceso que implica el desarrollo de un proyecto mural. La obra estará finalizada hoy.
–¿Cómo es la obra que están realizando en Puente San Miguel?
–Estamos desarrollando un mural que recrea un ejemplar de 'Nenúfar amarillo' (Nuphar luteum), una especie de planta autóctona de Cantabria que actualmente está catalogada como vulnerable. La propuesta pretende poner el foco en la importancia de la conservación del patrimonio natural, con el objetivo de darlo a conocer a la gente a través de este tipo de creaciones, que forman parte de una serie que estoy desarrollando, titulada 'Reforestando'.
–¿Qué papel juega la estética en sus propuestas creativas?
–Para mí es muy importante, quiero que sean obras visualmente bellas porque me interesa llamar la atención desde lo bello, y que luego eso haga que la gente reflexione. Habrá quien se quede solo con el valor estético, pero la idea es que lleve a un cuestionamiento.
–¿De dónde surge su interés por las representaciones vegetales?
–El mundo de la botánica siempre me han interesado, desde pequeña. Tengo estudios de Bellas Artes y de fotografía y durante un tiempo viví en una zona rural, con mucho contacto con la naturaleza, y de ahí surgió esta idea, de ver tantos espacios y edificios abandonados que las plantas está ocupan y reconquistan.
–Esos fueron sus comienzos. ¿Y en estos momentos?
Poco a poco fui evolucionando y definiendo la propuesta más hacia lo que es ahora. Hice estudios de todas las plantas para poder diferenciar unos trabajos de otros y eso me permitió definir más las diferentes partes de las plantas. Gracias a eso las obras tienen ahora un componente didáctico, porque al ver un mural ahora puedes ver tanto las hojas como el fruto, las semillas, la flor, los estilos...
–¿Cuáles son las características técnicas de la obra?
–El mural ocupa dos fachada de un edificio antiguo de dos plantas situado muy cerca de la carretera de Puente San Miguel y puede llegar a los 100 metros cuadrados. Estamos utilizando pintura plástica de colores para exteriores, que aplicamos con rodillo, brocha o pincel.
–Es un trabajo que ha realizado con la colaboración de los alumnos de la escuela. ¿Cómo está siendo la experiencia?
–La experiencia está evolucionando muy bien, porque son alumnos que ya tienen una idea bien formada sobre técnicas de pintura, de cómo aplicar el color, cómo hacer un degradado o definir más las líneas. Eso permite que tengan bastante autonomía, así que les voy dando tareas y ellos las van desarrollando perfectamente. Trabajamos con bocetos para que ellos puedan ser más autónomos y eso agiliza el trabajo.
–¿En qué medida es una actividad positiva y enriquecedora para los alumnos?
–Les permite probar y expresarse en formatos más grandes, atreverse a explorar esta disciplina, porque al principio ven la pared y les impone, pero después van cogiendo la dinámica y aprenden a trabajar en este entorno. Es una experiencia muy enriquecedora porque hemos realizado todo el proceso, empezando por hacer los dibujos y realizar todo el marcado, traspasando un dibujo pequeño a una superficie grande, así que a partir de ahora todos los alumnos tienen ya una noción y una base de cómo encarar un proyecto mural.
–El mural es una disciplina en auge y usted y sus trabajos son un ejemplo perfecto de ello. ¿A qué se debe ese fenómeno?
–Es un buen momento, sí. Hay un montón de oportunidades porque en muchos sitios existe ese interés por recuperar espacios y edificios. Es una disciplina que además admite todos los estilos, así que es un campo muy atractivo.
–A nivel artístico, ¿qué aporta el mural?
–En la mayoría de los casos intervienes en espacios públicos y eso te permite meterte en la vida del lugar donde va a estar el mural, y para mí es muy importante la obra encaje en el espacio y en el ambiente en el que va a estar ubicada.
–Los artistas se enfrentan a una situación y un mercado cuanto menos complicados...
–Es complicado, porque además en el caso del arte mural muchas veces no se entiende como arte sino como decoración de espacios. Es una disciplina que puede tratar temas más duros que otras, que puede ser más incómoda, y quizás por eso no tiene tanto apoyo. Aunque es algo por lo que están apostando muchos ayuntamientos para recuperar espacios, la verdad es que falta apoyo para propuestas más críticas y arriesgadas. Esa es una parte fundamental del arte.
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