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Cueva Miserendino Rolande Félix
El Museo de Altamira viaja al arte rupestre de Bolivia en su nueva exposición

El Museo de Altamira viaja al arte rupestre de Bolivia en su nueva exposición

La muestra temporal, que se podrá visitar hasta marzo de 2025, plantea una llamada de atención sobre la fragilidad de este tipo de arte

Rosa M. Ruiz

Santander

Miércoles, 27 de noviembre 2024, 08:20

Una nueva exposición temporal en el Museo de Altamira recuerda a los visitantes una llamada de atención sobre la fragilidad del arte rupestre y la importancia de su conservación. Para ello, la muestra, traslada al público hasta el oriente de Bolivia, la región de la Chiquitania en el municipio de Roboré (Departamento de Santa Cruz), una zona conocida por sus iglesias jesuíticas, declaradas Patrimonio Mundial por Unesco, en la que se han identificado hasta la fecha unos cien sitios con arte rupestre, mayoritariamente con pinturas, aunque también existen grabados. Se trata, tal y como señalan desde el Museo de Altamira, de sitios, desconocidos por el gran público, que fueron ocupados desde hace 5000 años de manera estacional, cerca de pozos o cascadas de agua. Tal y cómo se puede contemplar en la exposición, que se compone de una serie de paneles con fotografías de estas pinturas, las diferentes etnias de la zona boliviana han ido dejando durante miles de años su testimonio en estas escenas y composiciones. Mayoritariamente son pinturas de color rojo, con frecuentes superposiciones, que se agrupan en dos tradiciones diferentes: por un lado, representaciones geométricas o abstractas (puntos, líneas, redes, rombos, círculos…) y, por el otro, escenas de la vida diaria (caza, guerra, danza, familias…) con figuras esquemáticas o naturalistas de personas.

También, se observan manos, una gran diversidad de figuras zoomorfas, algunos árboles y otros vegetales. Sin embargo, y de ahí el objetivo de la muestra, las amenazas son numerosas: a las características de la roca, los pigmentos y la acción del medio ambiente (flujos de agua, influencia de plantas y animales y otros), se suman los incendios, provocados por fuertes intereses económicos, y los grafitis de visitantes.

Para luchar contra todos estos retos, los investigadores están promoviendo campañas educativas entre la población local, se ha publicado un libro sobre arqueología y arte rupestre de Roboré en español e inglés y se han iniciado programas formativos de capacitación de guías. El objetivo es sensibilizar a la población y los visitantes para garantizar la conservación de este frágil arte.

La exposición, comisariada por Matthias Strecker, Freddy Taboada y Pilar Lima. Se enmarca en la serie de exposiciones que el museo organiza, por sexto año consecutivo, sobre el arte rupestre de diferentes partes del mundo.

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