El Museo Marítimo abre el año con un relato inédito de los Astilleros de San Martín

Difundir la evolución del astillero de San Martín y las empresas que trabajaron en las gradas de Gamazo, su dique y zonas aledañas es el objetivo de la muestra. Su fundamento radica en que la zona y el proyecto retratado configuran el núcleo de una importante actividad industrial naval de la historia del puerto santanderino. Esta primera propuesta del nuevo año se plasma en la exposición de imágenes, la mayoría inéditas, procedentes de los archivos donados a través de Paulo Armengod al Museo Marítimo del Cantábrico (MMC), quien ha coordinado la selección de la obra gráfica y el diseño expositivo.

Bajo el epígrafe '111 años 158 buques. Historia gráfica de los Astilleros de San Martín 1878-1989' la muestra es fruto del trabajo de la Asociación de Amigos del MMC, que agrupa a un colectivo cuyos miembros «comparten el común entusiasmo por los temas marítimos y la misión de ayudar y colaborar con el popular centro museístico». Su misión es la de dar a conocer y difundir sus eventos y actividades, así como la búsqueda, adquisición y donación de documentación y material con interés relevante en la historia de la Marina Cántabra, incrementando de este modo los fondos del citado Museo.

Durante estos dos últimos años ha trabajando en el diseño expositivo y el estudio documental de esta muestra temporal integrada de forma dominante por imágenes de la actividad de los astilleros, los buques en construcción y su botadura.

En la zona de San Martín, donde hoy se ubican el aparcamiento del Palacio de Festivales y la rampa de la ensenada de San Martín, hasta hace 31 años existía un astillero. Su origen se remonta a 111 años antes, cuando en 1878 Eduardo López-Dóriga se instala en la antigua escollera de San Martín y funda unos talleres metálicos que se denominaron 'Talleres de San Martín', que posteriormente pasarían a ser 'Corcho Hijos, S.A.'. Con la crisis de 1962 se incorpora capital belga pasando a llamarse 'Basse-Sambre Corcho, S.A.'. El grupo Pérez y Cía reflotará la empresa en 1971 naciendo 'Astilleros del Atlántico S.A.' que finalmente en junio de 1989, en plena crisis del sector naval, cesa en su actividad. Durante este más de un siglo, al margen de los cambios societarios, se mantuvo la denominación común de 'Astilleros de San Martín'.

A lo largo de estos años pasaron por sus gradas 160 barcos y artefactos flotantes. A lo que hay que añadir, decenas de reparaciones navales y cientos de construcciones industriales, como locomotoras, vagones, turbinas, transportadores, bombas, grúas y un largo etcétera destinadas a las más diversas actividades (minería, energía, obras públicas, ferrocarril, transporte, hidráulica, etc.). «Todo por obra de un personal muy cualificado, alma mater del astillero, personal que podía englobar en un momento dado hasta tres generaciones, el abuelo maestro, el hijo oficial y el nieto aprendiz».

El archivo trae a la memoria sagas como los Cacho, los Piney, los Calonge, los Prieto, los Cobo, etc.

Gracias a la conservación por parte de Astilleros del Atlántico de los fondos fotográficos de esta sociedad y de las de sus predecesoras, donados finalmente al MMC, «hoy es posible reproducir la historia gráfica de los 111 años de 'Astilleros de San Martín'».

Esta propuesta temporal, con entrada gratuita, ya en exhibición, se prolongará hasta final de febrero. El centro museístico del Cantábrico celebra esta temporada el 40 aniversario de la apertura de su sede con un amplio programa de actividades. El primer antecedente del MMC fue la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, creada en 1886, ubicada en Santander gracias a la labor de Augusto González de Linares, su primer director. En 1907 se construye junto a la dársena de Molnedo un edificio con carácter provisional que aloja un reducido museo zoológico, un acuario y los laboratorios de 'La Biología', como se conocía y recuerda popularmente a esa mencionada institución. El MMC nace del interés mostrado por Rafael González Echegaray, en su día presidente de la Diputación Provincial, y Orestes Cendrero Uceda, entonces director del Laboratorio Oceanográfico de Santander, que canalizan la necesidad de fundar en Santander un centro cultural, donde alojar un museo y un laboratorio oceanográfico. Las obras comenzaron en 1975 y en abril se cumplirá el 40 aniversario, dado que ese mes de 1981, bajo la dirección de José Luis Casado Soto, tuvo lugar la apertura. En 2000 se cerraba para abordar una ampliación y extensa remodelación museográfica y la reapertura está fechada en mayo de 2003.