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«Si no hubiera sido por la Cultura, la gente se hubiera tirado por los balcones durante el confinamiento. Y los políticos los saben», aseguró este miércoles Jesús Cimarro, presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas Productoras de Teatro y Danza. Lo hizo ... durante el nuevo ciclo, 'Cafés en el escenario', organizado por El Diario Montañés que durante tres jornadas analizará, sobre el escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales, la situación cultural del país. El productor, que también es vicepresidente de la Academia de Artes Escénicas de España, y Madeline Toyos, directora gerente de la Asociación de Representantes Técnicos de Espectáculos (A. R. T. E.) fueron los primeros invitados a estos diálogos, que conduce el redactor jefe de Cultura de El Diario Montañés, Guillermo Balbona, para abordar los principales retos y obstáculos a los que se enfrentan sus respectivos sectores. Desde la saturación de festivales de música que se vivió en el país el pasado verano, a la importancia de atraer al público joven a las salas de teatro o los problemas comunes para sobrevivir, en tiempos de crisis económica, fueron algunos de los asuntos abordados. «Hay que empezar a hacerse preguntas sobre el futuro que queremos tener porque ahora mismo tenemos una oportunidad maravillosa de presente y futuro y tenemos que arriesgarnos», aseguró Cimarro al principio de su intervención.
Tras la crisis sanitaria nada será como antes, tal y como aseguraron los dos ponentes, y por ello opinaron que los profesionales de ambos mundos deben de estar preparados para «reinventarse», una palabra de sobra conocida en el mundo de la Cultura, e ir adaptándose a los nuevos tiempos, tal y como han venido haciendo hasta ahora.
Jesús Cimarro
Productor teatral
Madeline Toyos
Directora gerente de A. R. T. E.
El acto, que fue seguido en el mismo escenario por representantes en Cantabria de ambos sectores, contó con las palabras de bienvenida del vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, quien destacó la capacidad del sector cultural como generador de economía y empleo en Cantabria y se refirió a la responsabilidad de las instituciones para promover y programar actividad cultural así como de fomentar e impulsar inversiones vinculadas al cuidado y creación de infraestructuras.
La música y las artes escénicas viven distintas situaciones, pero también comparten problemas comunes. Madeline Toyos reconoció que su sector atraviesa un momento «raro», «marcado por un boom de festivales del pasado verano que debemos analizar», tal y como señaló. Tras dos años de encierro a causa del covid, parece que el público estaba deseando salir del encierro y su salida, según indicó, ha provocado una saturación de eventos en torno a la música. «Este verano en algunas Comunidades incluso han faltado estructuras suficientes para montar escenarios y han tenido que recurrir a las de otras ciudades para poder celebrar los conciertos», explicó.
Pero esta situación «no va a ser la real», aseguró esta profesional que coincidió con Cimarro en que «el consumo del espectáculo va a ser diferente». «Durante la pandemia el cine y el teatro se sustituyó por plataformas como Netflix, a la música le ocurrió lo mismo con el 'streaming'. Un nuevo formato que marcará el desarrollo del mercado», señaló.
Madeline Toyos también se refirió a la precariedad de su sector: «La música es la Cenicienta de la Cultura. Siempre estamos sometidos a pruebas, parece que vivimos una continua carrera de obstáculos, incluso con ayudas específicas, porque el Bono Cultura está bien, pero no fluye», afirmó, al tiempo que recordó que muchos de los profesionales de la música tuvieron que cambiar de trabajo durante la pandemia «y desgraciadamente no han vuelto».
«¿Y qué hemos aprendido?», se preguntó. «Que la industria es fuerte, aunque hay una gran inestabilidad en lo que se refiere a la regularización y el reconocimiento desde el punto de vista del derecho laboral. También hemos aprendido que tenemos que dosificarnos para no hacernos la competencia a nosotros mismos» y, sobre todo, «debemos olvidar lo que teníamos en 2019, dejar de echar la culpa al covid y buscar nuevos modelos de trabajo», aseguró.
Madeline Toyos abogó por «esa necesaria Ley de Mecenazgo que facilite el camino a la iniciativa privada y Jesús Cimarro por «la unificación de los IVA para el sector». El expresidente de la Academia de Artes Escénicas está convencido de que «la incertidumbre que atraviesa la Cultura será muy positiva si se sabe canalizar porque nos mantendrá vivos» y abogó «por hacernos cómplices de nuestras administraciones para ser los embajadores e imagen de España en el extranjero». En su opinión hay un mercado virgen por explotar. «El público de 55 años para arriba es un público cautivo, pero el de los 20 hasta los 50 es un público infiel al que debemos de captar», dijo. Según afirmó «la clave está en saber que quieren los espectadores porque nosotros somos los generadores de contenido».
También ve necesario coordinar las programaciones y la estructuración de nuevos circuitos «porque la Cultura es evolución diaria» y, sobre todo, por mejorar los planes educativos. Además reivindicó nuevos incentivos fiscales para los profesionales y un diálogo social que será «clave para que todo funcione».
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