Música y filosofía esta semana para cerrar la exposición de Roni Horn en el Centro Botín

«La multitud que habita en cada uno de nosotros, la ambivalencia del yo, la naturaleza cambiante de la identidad...» son algunas de las cuestiones implícitas en la muestra que se expone hasta el domingo. Numerosas propuestas reflexivas, colectivas, participativas, lúdicas se han sucedido en estos meses en torno a la obra de Horn. De orientación conceptual, incluye fotografías, esculturas, dibujos y una performance, abarcando tres décadas de su carrera y contando, en primicia, con una nueva serie de sus icónicas piezas de vidrio, siendo además la primera vez que se expone su serie LOG (Registro) en un centro de arte. Son 406 dibujos que funcionan como un «registro de las observaciones diarias y acontecimientos que atestiguan la sensibilidad y voz de la artista». El antecedente en España de esta importante muestra está fechado hace casi una década en 'Todo dormía como si el universo fuera un error'. Premio Joan Miró, Horn escogió entonces una frase del 'Libro del desasosiego' de Pessoa.

Concebida por la artista en estrecha colaboración con Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de Exposiciones y de la Colección del Centro Botín, que además es comisaria de la misma, la exposición responde a los espacios, la arquitectura, la luz y el flujo de visitantes del Centro Botín y comprende tres décadas de la carrera de Roni Horn a través de creaciones, todas de naturaleza conceptual, que ponen de relieve su incesante exploración del proceso de cambio en relación con la identidad y el lugar.

El título, 'Me paraliza la esperanza', es una frase tomada de una de las obras recientes de Horn (LOG) que la artista escuchó en un sketch de la humorista Maria Bamford en YouTube. En este sentido, Roni Horn sostiene que «la esperanza es, entre otras cosas, una táctica de supervivencia. Es el subtexto ininterrumpido de la vida, que presupone un futuro. Es una manifestación del impulso innato de seguir viviendo, respirando, moviéndonos, deseando... 'Me paraliza la esperanza' es, al mismo tiempo, un silencioso e insidioso rumor y un grito incesante».

Según Bárbara Rodríguez Muñoz, las obras expuestas y su diseño distintivo refuerzan la práctica de Horn de estar presente en el momento, atenta a su entorno y a las variaciones atmosféricas. Con este espíritu, la muestra invita a recorrerla despacio, prestando atención a los emparejamientos y oposiciones que descubrimos en cada espacio, a invertir tiempo en el diálogo profundo creado entre el espacio, la luz, el agua y la obra silenciosamente radical de Horn.

La programación de actividades del Centro Botín ofrece la posibilidad de despedirse de Roni Horn de una manera diferente. Así, el jueves a las 12.00 horas será la flauta travesera de Guillermo García Trueba la que pondrá banda sonora a esta despedida tan especial en 'Música para contemplar'. Y el sábado, al mediodía, y en exclusiva para los Amigos del Centro Botín, tendrá lugar el taller de filosofía de Esther del Valle, que será quien guíe a los participantes en sus reflexiones acerca de las temáticas que aborda la artista en su trabajo.

Horn, que ha expuesto en el Guggenheim y en el MoMA de Nueva York, en la Tate de Londres o el Centro Pompidou, se reencontró en Santander con la obra arquitectónica de Renzo Piano como ya lo hiciera en París. En la muestra que se clausura el domingo, asoman la identidad, el agua, la vida y la muerte, los recuerdos.

Artista visual que discurre entre lo conceptual y el minimalismo, en las obras que aún pueden verse en el Centro Botín se reflejan las personas, los rostros, el paisaje, la luz, las palabras, el agua, el vidrio, las formas cambiantes, sus diversas series y el tiempo, todo ello en diálogo con la bahía, el edificio de Piano y el paso de los visitantes.