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Natxo Artundo
Martes, 12 de enero 2016, 17:26
Algunas de las más conocidas bellezas de seis cuerdas de la pasarela del rock van a desafilar por esta sección. Algunas han dado voz a legendarios temas. Algunas han puesto su color a toda una carrera o etapa de un artista. Algunas han protagonizado episodios ... desde curiosos a terribles. Algunas han sido personalizadas hasta el límite. Algunas han sido bautizadas.
Si hay una guitarra conocida por su nombre propio en el ámbito de la música popular, ésa es 'Lucille'. Ha sido durante décadas la compañera inseparable de Riley Ben King, más conocido por B.B. King. Nacido en Itta Bena, Mississippi, en 1925 (o en Indianola, según figura en su disco 'Indianola Mississippi Seeds' (1970) y fallecido en mayo del pasado año, no fue sin embargo hombre de una sola guitarra. Como tampoco lo fue de una sola mujer... pero esa sería otra historia.
La cuestión es que el maestro de los bluesmen eléctricos y de casi cualquier guitarrista de rock estaba en una sala de Arkansas en el invierno de 1949. Mientras B.B. actuaba, dos hombres se pusieron a pelear y golpearon la calefacción. Era un bidón con queroseno ardiendo, que al volcarse provocó un incendio en el local. En la estampida general hacia el exterior, el músico se percató de que había dejado dentro su guitarra Gibson. Y volvió a entrar a rescatarla.
Cuando, al día siguiente, se enteró de que la pelea que fue el origen del fuego por el que murieron dos personas, fue a cuenta de una mujer llamada 'Lucille', King decidió dar ese nombre a su guitarra. Y, aunque se suele comentar que el músico quería recordar lo estúpido de meterse corriendo en un inmueble envuelto en llamas, para no volverlo a hacer, el propio B. B. me aseguraba en 1992 que «mi guitarra es tan importante como mi cuello».
Y su guitarra era entonces «una Gibson ES-335, sin agujeros en la tapa». En realidad, se trataba de una Gibson ES-345 de color negro: el mástil continúa como quien dice por el interior del cuerpo, ya que está encolado a un bloque sólido. Esto pemite tocar mucho más alto sin que se produzcan los pitidos y el 'feedback' no deseados. También contribuye a anularlos el hecho de que el instrumento no lleve esos orificios en forma de 'f' en la tapa de la caja medio hueca.
Además, un curioso elemento de seis posiciones, denominado 'Varitone', permitía seis tonos de sonido distintos, al activar diversos condensadores, que afectaban a distintas frecuencias. Una placa en el clavijero con el nombre de la guitarra era otra de las características del instrumento, que la casa Gibson ha fabricado en serie durate años.
Esta configuración de guitarra ha sido la habitual entre las 'novias' de B.B. King. Y es que como en la tira de cómic habitual de ELCORREO 'El Fantasma', donde los hijos suceden a los padres con el mismo traje para dar lugar a la leyenda de 'El Duende que Camina', todas las guitarras de B. B. King han llevado ese nombre: 'Lucille'.
También hubo una 'Pequeña Lucille' fabricada por Gibson a finales de los años 90. Era una variación de la 'Blueshawk' con puente-cordal fijo, también parcialmente hueca, con 'Varitone' y con agujero en 'f'. La pequeña, cuya denominación era más una cuestión comercial que una consecuencia de su uso poco probable por B. B. King, no tuvo gran éxito.
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