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Miguel Pérez
Miércoles, 3 de febrero 2016, 11:53
Cualquier aficionado a la música del último medio siglo estará aún conmocionado por la pérdida en cuestión de días de tres de los grandes talentos que ha dado el rock: Lemmy, de Motorhead, David Bowie y Glenn Frey, alma mater de los Eagles y uno ... de los principales diseñadores del sonido California pese a haber nacido en Detroit, la tierra de la Motown y la música negra. Aunque ya se ha dicho casi todo del legendario guitarrista y cantante de voz dulce, cabe recordar ahora la influencia que otras dos leyendas del country rock tuvieron en la forja de Frey: J. D. Souther y Jackson Browne. Ambos forman parte de la reciente reedición de una auténtica joya discográfica que cualquier fan de las armonías vocales y los sonidos acústicos debería tener en su colección: 'The California Hungerton Benefit 1988', una serie de conciertos benéficos grabados por Crosby, Stills, Nash & Young en aquel año, donde se emparejaron en el escenario con Browne y Souther y que, como extra, incluye una interpretación del celebérrimo 'Hungry Heart' en 1986 con un joven Bruce Springsteen.
Glenn Frey, J. D. Souther y Jackson Browne confluyeron en un mismo edificio de apartamentos de Los Angeles a finales de los 60's, cuando el primero de ellos, convencido por su novia, que pretendía ser cantante de éxito, se trasladó desde Detroit con la guitarra a la espalda en busca de una oportunidad. Durante un breve periodo, los tres artistas novatos, devenidos más tarde en leyendas, convivieron e hicieron música juntos. Y lo que es mejor: crearon sinergias que posteriormente marcaron su rumbo musical durante décadas.
Souther y Frey, de hecho, formaron un dúo de vida efímera llamado Longbranch Pennywhistle, cuya base radicaba en el country rock y un folk precursor de la más tarde conocida americana. Grandes tiempos llamados a la gloria, aunque entonces ninguno de ellos lo supiera. El proyecto apenas duró un par de años en los cuales grabaron un único disco en 1969 (disolvieron el grupo en 1971 al cerrar su discográfica y quedarse literalmente sin apoyos). Pero qué disco: aparte de ellos, participaron en la grabación otras luminarias como los guitarristas Ry Cooder y James Burton y el bajista Joe Osborn.
Es probable que en aquella época Glenn Frey se retroalimentara (y viceversa) con la desbordante energía creativa de Souther, músico y compositor también nacido en Detroit (ahora tiene 70 años y vive en Nashville) que bebió como nadie de las fuentes de Roy Orbison y que ha creado canciones para una larga nómina de artistas, desde su antigua pareja Linda Ronstdat hasta Don Henley, James Taylor, George Strait, Trisha Yearwood, Brian Wilson o Christopher Cross.
No en vano, hasta el día de hoy, en que continúa editando discos con una elevada calidad, Souther está considerado como un valor más allá de la composición: el auténtico arquitecto del country rock marca de la casa del sonido de California. En parte eso es debido a su facilidad para despachar canciones pulcramente canónicas que inmediatamente se han convertido en clásicos del género. En 2015 despachó Tenderness, un álbum de una sugerente belleza crepuscular abierto a claras influencias jazzísticas, lo que quizá sea un homenaje a sus orígenes como batería de jazz en Amarillo (Texas).
Pero aparte de la influencia musical, Souther también tuvo un importante papel material en la carrera profesional de Glenn Frey. Fundador de una de las primeras superbandas de la historia que merecen ese nombre, The Souther-Hillman-Furay Band, donde compartía protagonismo con Richie Furay (Poco y Buffalo Springfield) y Chris Hillman (The Byrd y Flying Burrito Brother), el compositor resultó ser también el artífice de The Eagles. Souther reunió a Glenn Frey, Don Henley, Randy Meisner y Bernie Leadon con el fin de formar un grupo de acompañamiento para una gira de Linda Ronstdat. Al final del tour, decidieron continuar por su cuenta bajo el nombre de The Eagles. El genio de Frey y Southern como duo compositivo puede rastrearse en éxitos de las 'águilas' como 'New Kid in Town', 'Victim of Love' y 'The Sad Café'.
La relación con Jackson Browne también es tan típica o atípica como cabe esperar de los transgresores años 70 californianos. Un día, Frey escuchó al cantautor empeñado en sacar adelante una canción con escasos resultados. Browne tenía un estribillo y se había quedado atascado en el segundo verso. El cantante de Detroit se ofreció a echarle una mano y, según confesión propia (y seguramente no del todo cierta puesto que Frey mostraba una llamativa humildad), le ayudó únicamente a finalizar ese verso. La canción se llamó 'Take it Easy' y se convirtió en el primero e imperecedero éxito de los Eagles en su debut en 1972. En el tema puede apreciarse la sintonía entre los dos artistas y su dominio a la hora de crear armonías en ese punto donde el country y el rock se encuentran felizmente.
'Take it Easy' se trata, por otra parte, de una de las canciones más rentables de la historia del rock, aparte de figurar entre las quinientas más influyentes del género. The Eagles la han incluido en más de una veintena de álbumes entre originales, recopilatorios y directos. También Jackson Browne la ha usado a saco en sus discos y el propio Frey la llevó a sus trabajos discográficos en solitario. Hasta Kiko Veneno hizo su propia version en 1999. Pero el rendimiento supera las fronteras de la musica.
El texto cita un pueblo de Arizona, Winslow, donde Jackson Browne se quedó bloqueado en una ocasión al sufrir una avería en su coche de camino a un concierto. Hasta que 'Take it Easy' se hizo famosa, Winslow era solo un pequeño municipio donde Oliver Stone podría haber grabado una película salvaje, conocido porque antaño un meteorito dejó un cráter de considerables dimensiones en su territorio y por encontrarse en la trayectoria de la Ruta 66. A partir de que The Eagles pasearan su nombre por todo el planeta, las autoridades decidieron crear un parque temático dedicado a la canción. Se llama Standin' on the Corner Park, 100.000 personas desfilan cada año por él para comprar souvenirs, grabar sus nombres en ladrillos (a cambio de un dinero, claro) o visitar la estatua de bronce levantada en la esquina mencionada en la canción y que reproduce a un joven con una guitarra. Desde el fallecimiento de Glenn Frey, cientos de ramos de flores cubren la escultura .
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