"Lo más peligroso para una sociedad es mantenerse al margen de la política que la rige"

-Han pasado cinco años desde su trabajo anterior ¿Ha sido un proceso largo el de crear este segundo disco?

- Bueno, mi ritmo compositivo suele ser bastante lento; hago entre tres y seis canciones al año. Quizá manejo más ideas, pero al final se materializan la mitad. No ha habido cambio significativo porque el proceso creativo ha sido parecido. Lo que ha sido más largo ha sido la grabación.

-¿Dónde ha estado la diferencia?

- Haber hecho el disco de manera totalmente independiente, nutriéndonos de ilusión y buena voluntad, ha hecho que todo se ralentice; la ilusión no paga el alquiler. Además, los tiempos siempre han estado supeditados a la agenda de los implicados.

-Cuando uno está acostumbrado a formar parte de una banda, ¿cómo se realiza el paso a dirigir otra?

- De una manera muy natural. Me ha venido muy bien haber ocupado el otro rol; haber sido y ser músico acompañante. Me ha facilitado las cosas porque al verme siendo el autor y cantante, de repente he observado la doble perspectiva. Creo que he intentado darles lo que a mí me gusta que me que me den; mucha cancha. Les he dejado hacer siendo muy consciente de que era importante que la Orquesta Pinha invadiera mis canciones.

-¿Qué te ha llevado a elegir a los músicos que forman parte del trabajo?

- Al buscar un productor, Lichis me sugirió que hablase con Fernando Polaino. Y al investigar, descubrí su grupo de música instrumental, que utilizaba unos timbres y ambientes que me resultaban muy atractivos. Cuando aceptó ser productor, subí la apuesta para que lo vistiese su grupo.

-¿El resultado ha sido el que esperaba o le ha sorprendido?

- Me ha sorprendido y ha sido lo que buscaba y aun mejor. Ha sido un viaje muy bonito. Me imaginaba cómo podían salir algunas canciones pero otras han ido a lugares distintos. Son músicos acostumbrados a tocar entre ellos, se conocen y se nota. Yo me he dejado llevar y eso ha sido un factor importante, aceptar el margen de caos que se creaba.

-Y hay concesiones incluso a la música instrumental

- Es un juego que le plantee a la Orquesta. Tenía una pieza lenta, suave, de piano, con una melodía que me gustaba mucho y se la pasé a ellos proponiendo que la grabasen sin que yo interviniese para nada. No la escuché hasta que estuvo en el disco

-Como en el primer disco, ha mantenido la parte del arte a cargo de Paco Sancibrián. ¿Por qué?

- Por romanticismo y porque me gustaba. Fue mi profesor de dibujo técnico en el instituto. Le gusta mucho la música y desde el principio, cuando vio que me gustaba componer y tenía esa misma querencia por hacer música, me apoyó mucho. Fue el primer adulto que me animó a ello.

-¿Tiende a agarrarse a lo seguro?

- No necesariamente. La decisión de repetir con Paco, por ejemplo, tiene que ver también con una especie de cuenta pendiente, porque en Te llames como te llames incluimos cuadros que ya tenía y esta serie es una creación específica. Hay mucho de artesanía en este disco.

-No lo ha hecho en otros campos; ha sido muy claro con algunas manifestaciones sobre temas políticos

- Me da un poco de respeto y vértigo hablar de política porque es una cosa muy compleja, pero a la vez siento cierta responsabilidad, no como personaje público, que no me considero tal, pero sí como ciudadano. Es mejor que hablemos, aunque nos sepamos, que dialoguemos y confrontemos opiniones para desarrollar un conocimiento, porque lo más peligroso para una sociedad es mantenerse al margen de la política que la rige. Intento ser prudente y generar debate, pero no callarme.

-¿Ese es, en cierto modo, el papel de los cantautores?

- Lo ha sido en otras épocas. Cumplían ese papel de remover conciencias. No creo que cantautor, el oficio, como esa persona que escribe canciones que luego canta, tenga por qué estar vinculado a un contenido concreto.

-¿Queda alguno aparte de Nacho Vegas?

- Me produce admiración la postura de Nacho. Me parece importante que haya artistas que traten de hacer pensar. Tengo la sensación de que venimos de una época de vivir poco la reflexión. Todo es más individualista, sin mirar alrededor. Perdemos la noción de que podemos unirnos y ayudarnos en lugar de vivir en lucha unos contra otros. Viene impuesto de ese ente abstracto que llamamos los poderes.

-Le gustan los Secretos y grabó en su disco homenaje, admiraba a Quique González y trabaja mano a mano con él, lee a García Montero y recita en sus conciertos. ¿Cómo se consigue eso?

- No tengo ni idea. Creo que a lo largo de mi trayectoria me he regio por el corazón, tratando de ser fiel a mis emociones, siendo la misma persona que descubrió un refugio incomparable dentro de la música. He intentado ser honesto. Y eso ha ocurrido. Cuando echo la vista atrás y me doy cuenta, emociona, pero no son objetivos.

-Pero es una premio goloso

- Nunca me impuse ese discurso de autosuperación de algún día tocaré con mis ídolos. No era mi meta. Solo quería hacer música, emocionar y emocionarme. Por afinidades he acabado haciendo esas cosas.

-¿Cree que responde a esa idea bucólica de coger la maleta y perseguir un sueño?

- Sí, supongo que sí. El mío sí, al menos. Si me dicen hace 20 años que iba a haber hecho esto, no me lo hubiera creído. Pero la vida es más compleja de lo que parece como dice Drexler. Vas en tu lucha, con tus fantasmas y tus miedos, que permanecen, como las inseguridades.

-¿Pesan mucho sus fantasmas?

- Estoy en una profesión que, en el país en el que vivo, no está muy bien tratada ni valorada. He hecho cosas muy bonitas pero vivo en un vértigo constante que también pesa. Me produce alivio y tranquilidad estar en el buen camino. Estoy haciendo lo que quería hacer.

-¿Dura más la felicidad o el vértigo?

- La felicidad y el vértigo van por días. Pero me gusta hacerme mayor, me gusta crecer y avanzar. Adentrarme dentro del oficio que elegí y sentirme cada vez más cómodo. Me da pena el desgaste físico, eso sí (ríe). Cuanto más te adentras, más lejos estás de la costa y más brazadas has dado. Hay días y días, pero compensa.

-¿Habría sido todo igual si Leiva no se hubiera cruzado en su camino?

- Me hago esa pregunta muy a menudo porque no tengo la respuesta. Haberme cruzado en su camino ha sido absolutamente determinante. A veces reconstruyo lo que me llevó a dar con la existencia de Pereza y si algo de ese día hubiera sido distinto...Un día me falló el plan con un amigo, pasé por una sala, iba a tocar Buenas Noches Rose, compré el disco, me enganché, y después descubrí Pereza. Nada habría pasado si cambiara una de esas cosas

-¿Quizá se habría orientado hacia la informática que estudiaba?

- A lo mejor sí, porque soy un tipo bastante inseguro y amedrentado que se nutre de la valentía y la tenacidad de otros. Leiva es valiente y luchador y me subí a su carro.

-¿Qué está leyendo?

- Autobiografía de Franco, de Vázquez Montalbán. Mucha literatura de la Guerra Civil, en general. Sirve para acercarme a la historia.

-¿Y qué escucha?

- En el coche, un disco de Ron Sexmith que grabó en Cuba y otro de Lucinda Williams y me tiene absolutamente noqueado el último disco de Coque Malla.

-Viene a un lugar donde usted mismo dice que se siente cómodo

- Le tengo mucho cariño a Cantabria, primero porque ahí vive Quique (González) que es mi amigo del alma y asocio muchas vivencias con él. También está Mac (Fernando Macaya). Hay mucha gente que me hace sentir en casa y eso se suma al buen ambiente de los conciertos; siempre que he ido a Santander me ha ido muy bien. Compartiremos otro buen rato.