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Silvia Cantera
Miércoles, 30 de marzo 2016, 18:04
A punto de comenzar su nueva gira, que comienza hoy en San Sebastián y mañana la traerá a Bilbao, Zahara cuenta los minutos que le faltan para volver a los escenarios. En verano presentó 'Santa', su último disco, y esta primavera regresa a las salas ... con nuevos músicos y una visión distinta de sus temas. Su videoclip 'Crash' ha sido nominado en la 8ª edición de los Premios Independientes de la Música y ya se ha recuperado del jet lag que le produjo su viaje promocional a México, donde ha participado en el festival Puente Elástico. «Sufro mucho con los cambios de horario. Me cuesta estar operativa por las mañanas. Y en mayo me iré de vacaciones a Nueva York, por si había tenido poca dosis de jet lag», ironiza. Precisamente el humor, del que hace gala cuando se encienden los focos, es el que le ha hecho conseguir su último trabajo. Colabora en el programa de Movistar+ 'Likes' en una sección en la que se dedica a moldear y transformar canciones.
Nació en Úbeda, Jaén, pero hace tiempo que perdió el acento...
Pero todavía puedo hablar en 'andalú'. Me quité el acento hace mucho y me cuesta la vida recuperarlo. Solo me sale si pienso en mi madre.
¿Alguna vez le ha dado por experimentar con el flamenco?
El flamenco me resulta inalcanzable, pero sí con la copla. Mi abuela, la madre de mi madre, cantaba copla. Murió hace unos años de alzheimer y cantó hasta el final de sus días. Lo primero que me enseñó a cantar fue 'Cocinero, cocinero' y 'María de la O'. Siendo un mico además, con cuatro años. Y todavía guardo ese apego por el folclore andaluz. Uno de mis sueños, y no es broma, es grabar un disco de copla.
¿En serio?
Sí, y no uno de copla moderno, copla pasada por el pop. No. Un disco coplero de verdad. Más o menos folclórico, pero sí que el arreglo fuera 'supercoplero'. Pero tengo que esperar un poco a asentar mi carrera. Si el siguiente disco que hago es de copla la gente va a decir 'bueno, tronca, ¿esta tía quién es?'. Bastante despisto ya con esto de cambiarme el pelo cada cuatro meses como para ahora cambiar el estilo. Me lo tomo con prudencia y, de momento, una de las cosas que hago es cantar sola y sin guitarra 'Ojos verdes' al final de algunos conciertos. La gente no se lo espera, y realmente es un regalo que me hago a mí misma. Es como la máquina del tiempo que me ayuda conectar con mis raíces.
Acaba de regresar de México, ¿cómo ha sido su encuentro con los fans de allí?
Ha sido toda una sorpresa. Todo el mundo era muy cariñoso y entusiasta. Fue muy guay. Había muchísimos fans haciendo cola para estar conmigo, con regalos, con un montón de cosas para firmar Se habían hecho hasta con los discos y eso que hasta allí no llegan porque no hay distribuidora.
También ha aprovechado el viaje para probar todo tipo de licores y mostrar su reacción en vídeo.
No bebo alcohol, no me gusta. Así que no he probado algo tan tonto como un tequila. Y menos el mezcal, las micheladas o el sangrita, que era un tequila añejo. Tomaba un tequila carísimo y luego tenía que beber zumo de tomate, que yo no sé qué era peor, porque aquello picaba Y luego por supuesto tomé los chapulines, que son esos grillitos fritos. Yo iba sin miedo y me metía todo en la boca. Eso sí, una vez; de ahí no pasaba. Se me quitaban las ganas de repetir...
Tras su periplo por México, su gira por España empieza ya mismo, ¿en qué se va a diferenciar esta de la que dio en verano?
La principal novedad es que cambio de banda. Los músicos con los que estoy normalmente están de gira y no pueden venirse conmigo. Así que me estreno con el nuevo grupo en Donostia, Bilbao y Pamplona, que son los conciertos del primer fin de semana. El repertorio es similar, pero interpretado de una forma distinta. Cada músico aporta su forma de tocar, su estilo, y les he dejado bastante libertad.
¿Aprovechará para componer durante la gira?
Mucha gente lo hace, pero yo necesito un poco de relax y tiempo por la mañana para leer, escuchar música Pero ya voy haciendo cosas. Para 'Santa' esperé casi cuatro años y para el nuevo disco quiero montármelo de otra manera. Me gustaría que estuviese el año que viene y para que eso sea así, me tengo que poner ya a trabajar. Antes me venían canciones cuando estaba leyendo o viendo una película. Pensaba una frase, empezaba a tirar del hilo, seguía esa huella y descubría una canción. Pero ya no me ocurre tanto. La composición, en el fondo, es algo bastante rutinario, hay mucha más disciplina que espontaneidad.
«No me censuro nada»
Escuchando sus letras, uno llega a la conclusión de que no tiene tabúes cuando escribe.
¡Demasiados tenemos ya en la vida! A la hora de comportarme me reprimo con muchas cosas dependiendo de la persona con la que esté. Quizás cuando escribo sea el único momento en el que soy totalmente libre. No me censuro nada. No pienso en quién va a escuchar esa letra o en la repercusión que pueda tener. Eso ya me lo planteo luego. Si lo hiciese antes de empezar, el folio en blanco se quedaría con huecos por los que no podría avanzar y limitaría mucho mi creatividad. Y eso no me interesa.
¿Alguno se ha llegado a enfadar por sentirse aludido en sus canciones?
Tengo algunas canciones que son como ese whatsapp que borras sin llegar a enviar. Como no bebo, no cometo esa imprudencia de mandar un mensaje que no debo. Borro ese texto, pero hago una canción. A veces un desahogo se convierte en una creación. Me suelo decir, 'a ver si algún día me dicen algo'. ¡Pero qué va! Tengo algunas canciones bastante agresivas o violentas que van dirigidas a personas muy concretas, pero que nunca me han dicho nada. Pero bueno, quién sabe. Igual luego me encuentro por ahí alguna canción que habla de mí de alguien que se está vengando de mí de la misma forma
¿Las historias tristes siguen siendo las que más le inspiran?
Con Sergio, con quien compongo muchas de mis canciones, me pasa que cuando me ve de bajón sonríe y me dice 'vas a hacer un discazo'. Junto con los psicólogos somos los que más rentabilizamos el dolor propio y ajeno. Es que cuando estoy feliz estoy pasándomelo bien y no me paro a preguntarme por qué. Simplemente vivo y cuando se me pasa me digo 'jo, qué feliz era'. Y hago una canción sobre eso.
¿Y en alguna ocasión se ha frenado a la hora de publicar una canción?
No. Pero con 'El Frío', que es una canción muy íntima a la par que muy universal porque habla de una relación que se acaba porque se enfría, me pasó algo parecido. Me costaba mucho enfrentarme a ella. Pero más por decir en voz alta algo que estaba sucediendo que por contar algo personal. Desde que empecé a escribirla hasta que la terminé pasó un año, cuando por fin me sentí fuerte y conseguí que no me doliera tanto.
¿Le cuesta cerrar etapas?
Soy capaz de cerrar muchas puertas y no mirar atrás. Por ejemplo, una de las cosas de las que más orgullosa me siento es de que dos de mis exnovios estén entre mis mejores amigos. De hecho, tocan conmigo: uno es mi técnico de sonido, y el otro es mi productor. He conseguido transformar esas relaciones. Creo que en cierto modo esa es también una forma de cerrar una puerta. A veces, en otros aspectos, incluso soy un poco dura, pero lo que no voy a hacer es perder el tiempo en lugares donde no se me requiere. Paso página. El proceso ayuda mucho, pero es verdad que las canciones ayudan a pasarlo. Son una terapia barata.
Quién necesita ir al psicólogo pudiendo escribir una canción...
Es totalmente cierto (risas). Muchos necesitarían un psiquiatra que les ayudase con sus cosas y otros son auténticos psicólogos frustrados que lo único que querían era saber más sobre el ser humano, que es lo que me pasa a mí. Y acabo escribiendo sobre mí porque es el ejemplo que tengo más a mano. Hay personas que me han hecho daño, pero de ahí han acabado saliendo cosas positivas.
Kamikaze musical
Ahora también participa en el programa 'Likes' de Movistar+. En la sección Kamikaze musical transforma y adapta canciones. ¿Cómo surgió la colaboración?
Me llamaron los guionistas, que me hizo mucha ilusión. Previamente me habían hecho una entrevista en el programa 'Lo de las noticias' en la que estuvimos todo el rato descojonándonos. Lo digo abiertamente: tengo una faceta muy gilipollas. Les gustó mi vis cómica y me llamaron. Pensé que era lo suficientemente absurda para que me apeteciese hacerlo y cantaba lo suficientemente bien, aunque fueran cosas muy idiotas, como para quedarme tranquila. Y acepté.
¿Cuál ha sido el programa con el que más ha disfrutado?
Mi programa favorito fue el de las nanas con tuits de políticos. Hay algunos buenísimos de Pedro Sánchez diciendo que se va a la cama. Me hizo superfeliz que el programa me permitiera cantar a Pedro Sánchez en forma de nana. Ha sido uno de mis sueños cumplidos (risas). Me lo paso muy bien y encima me supone un reto. Me ayuda a quitarme la presión, hago el idiota y encima delante de todo el mundo.
¿Y el reto más complicado al que se ha enfrentado en el programa?
Lo peor fue cantar 'El gato volador' y 'La picadura de la cobra gay' en versión indie. Tuve que poner en perfil oculto el Spotify, tener cuidado de que no se compartieran los vídeos que veía en Youtube Bloqueé todo para que nadie viese la mierda que estuve escuchando esa semana. Ese día fue un poco de querer morirme. Después de esto ya puedo cantar cualquier cosa.
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