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antonio paniagua
Miércoles, 13 de abril 2016, 12:54
Sí, tiene fama de gruñón, pero a Van Morrison se lo perdonamos todo. Distante y con acreditada mala leche, por algo le llaman 'Tío Vinagre'. Pero, ¿por qué ensañarse con un tipo que merece lucir todas las medallas en la pechera y ante cuya música ... uno debe hincar las rodillas en el reclinatorio? Hace dos meses el cantautor fue ordenado Caballero del Imperio Británico por el príncipe Carlos, una condecoración merecidísima, porque el irlandés ha escrito bellas y delicadas canciones. Nadie canta como Van Morrison, escucharle es sentir un espeluzno. Y quien no lo sienta o no es humano o tiene los oídos taponados de cerumen. Poco se ha hablado, sin embargo, del enorme poeta que es el 'León de Belfast'. Para degustar en toda su esencia la producción lírica de nuestro héroe nada mejor que embeberse en la lectura de 'Van Morrison. Toma interior' (Malpaso), un libro que reúne las letras de un centenar de canciones seleccionadas por el propio autor. Traducidos por Miquel Izquierdo, los temas incluidos en este volumen en edición bilingüe ilustran el imaginario del músico: recuerdos de infancia, accesos místicos, retazos de la niñez y pesares que acompañan el desencanto del que se adentra, como es el caso de Morrison, en la setentena.
El prólogo del libro viene firmado por el periodista musical y escritor Ian Rankin, y cuenta con una introducción de Eamonn Hughes, profesor de Filología Inglesa de la Queen's University de Belfast, quien también se ha encargado de la edición.
Cantante, escritor, poeta, productor discográfico y multinstrumentista. Todas estas cosas es sir George Ivan Morrison, por todos conocido como Van Morrison, al menos por los que se saben de memoria 'The Story of Them', 'Gloria', 'Brown Eye Girl', 'Into the Mystic', 'Moondance' o 'Tupelo Honey'.
Figura imprescindible de la historia del rock, Van Morrison escribe con talento y clarividencia. Para los que seguimos conservando como oro en paño sus casetes, el cantautor es el hombre que nos ha grabado a fuego historias que hablan de los placeres sencillos de la vida: el amor, la amistad, la copa que te tomas en silencio. Pero lo dice mejor Ian Rankin: «Sus palabras trazan su recorrido vital, de Belfast a Boston y más allá. Sentirás que lo conoces más después de leerlas. Mejor aún, te llevarán de vuelta a su música, música que sosiega el alma».
El dramaturgo Stewart Parker definió la música de Van Morrison como una «amalgama de estilos urbanos que Morrison ha hecho suyos». El editor de la antología, con un espíritu más evocador, describe las obsesiones del norirlandés con tino: «Es un mundo de callejones y misteriosas avenidas teñido por recuerdos de asombro infantil y trabajo adulto; es un lugar en que el tañido de las campanas y el sonido de la radio rompen un silencio asfixiante por momentos, espiritual en otros. Es un mundo generosamente poblado (en todos los sentidos de la expresión), aunque nunca se omiten la soledad y los beneficios de estar 'tapado por las nubes'. Un mundo donde existe el amor, tanto divino como terrenal, aunque quizá no dure. Se trata de un lugar de duro trasiego, pero también de consuelo, alivio y sosiego. Un mundo colindante con el río y las vías del tren, fronteras a la vez que medios de transporte».
Morrison es hoy, a sus 71 años, un maestro indiscutible en los géneros esenciales. Y un hombre tocado por la gracia. Con 22 años, compuso la que quizá sea su mejor obra, 'Astral Weeks' (1968), seguida muy de cerca en hermosura por 'Moondance' (1970). Dicen que sólo necesitó 48 horas para alumbrar 'Astral Weeks'. Como se ve, Morrison es una mezcla de genio precoz y genialidad que sencillamente da asco.
Cuando en febrero fue nombrado Caballero del Imperio Británico, dijo: «He estado en el negocio de la música durante 53 años. No está mal para un cantante de soul de ojos azules del este de Belfast». No en balde, Morrison ha hecho de Belfast su territorio mítico. Allí escuchó los primeros sonidos de bandas integradas por miembros de la Orden de Orange, los sones del Ejército de Salvación y los aleluyas del góspel. Y, cómo no, la música norteamericana: jazz, blues, rhythm and blues, soul Nada raro en un irlandés. No por casualidad los emigrantes irlandeses han incorporado a su educación sentimental la música de las tierras extrañas donde se han asentado. De niño, Morrison escuchó discos de EE UU (legendaria era la colección de su padre) y las canciones que llegaban a través de emisoras de radio europeas: «Puse la radio / Por si quieres escuchar la radio, te pongo la radio. / Ahí va, ahí va, muy bien, nena, muy bien», dice 'T. B. Sheets', una canción memorable.
Desde que Ray Charles y Salomon Burke le entraron en vena, Morrison ya no podía ser otra cosa sino músico. El autor de 'Magic times' no puede negar que es de Belfast hasta las cachas, pero su ciudad es capaz de transmutarse en Chicago, Kansas City o Detroit. Y mucha culpa de ese prodigio lo tienen las beneméritas ondas.
Lector, si has llegado hasta el final de este artículo tienes derecho a un premio. Aquí va una canción del irlandés cabreado en inglés y español. Los agradecimientos deben dirigirse a Miquel Izquierdo, que rubrica la traducción, y a la editorial Malpaso.
IRISH HEARTBEAT
Oh wont you stay, stay awhile
With your own ones?
Dont ever stray
Stray so far from your own ones
For the world is so cold
Dont care nothin for your soul
You share with your own ones
Dont rush away, rush away
From your own ones
One more day, one more day
With your own ones
This old world is so cold
Dont care nothin for your soul
You share with your own ones
Theres a stranger
And hes standing by your door
Might be your best friend
Might be your brother
You may never know
Im going back, going back
To my own ones
Back to talk, talk awhile
With my own ons
This old world is so cold
Dont care nothing for your soul
You share with your own ones
This old world is so cold
Dont care nothing for your soul
You share with your own ones
LATIDO IRLANDÉS
Ah, ¿no te vas a quedar un rato
Con los tuyos?
No te apartes nunca
No te alejes de los tuyos
Pues el mundo es tan frío
E insensible a tu alma
Que es también de los tuyos
No huyas, no escapes
De los tuyos
Un día más, otro día
Con los tuyos
Pues el mundo es tan frío
E insensible a tu alma
Que es también de los tuyos
Un extraño
Está junto a tu puerta
Puede ser tu mejor amigo
Acaso tu hermano
Quizá nunca lo sepas
Me vuelvo, me vuelvo
Con los míos
Para hablar por un tiempo
Con los míos
Pues el mundo es tan frío
E insensible a tu alma
Que es también de los tuyos
Pues el mundo es tan frío
E insensible a tu alma
Que es también de los tuyos
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