Secciones
Servicios
Destacamos
Rosa Ruiz
Miércoles, 11 de mayo 2016, 07:15
Jimmy Barnatán (Santander, 1981) no puede estar quieto. Es autor de dos novelas: Atlas, (2005) y New York Blues, (2012), además de numerosos artículos sobre cine y música en revistas especializadas. Ha publicado cuatro discos de blues y ha intervenido en más de veinte películas ... y numerosas series de televisión. En su faceta de director y guionista ha realizado varios cortos como Macarra o el documental sobre el Racing de Santander, Racing Blues: Historia de un Sentimiento. Esta noche presenta su tercera novela, en el bar Rvbicón de la calle El Sol a las 21.15 horas. Una narración en la que de nuevo tira de sus propias vivencias y en la que no falta Santander. «No creo que esta ciudad esté muerta, tan solo de parranda», asegura parafraseando una popular canción. La música no faltará tampoco hoy en la presentación del libro.
No sé si estoy entrevistando a un actor que canta, un músico que escribe o un escritor que compone blues.
Pues a alguien que hace todas esas cosas juntas y a la vez. Hay un tic muy generalizado en este país de que un actor no puede cantar o que un cantante no puede actuar o escribir. En fin, igual soy un egoísta al que le gusta mucho hacer lo que hace, que es utilizar distintos canales para una misma necesidad de expresión. Pienso música, personajes, historias y también las interpreto cuando me dejan.
¿Qué vino antes?
El terreno musical e interpretativo llegaron a la vez y la faceta literaria la he mamado en casa. Mis padres (Rosa Pereda y Marcos Ricardo Barnatán) son escritores y me inculcaron el amor por todas las artes y en especial por la literatura. Siempre han tutelado muy bien mis lecturas y son muy críticos con lo que escribo. No se cortan y eso es maravilloso.
¿Qué le diría a toda esta gente que dice que Santander está muerta?
Yo no lo creo. Les diría que no está muerta está de parranda.
De su segundo libro, Nueva York blues, dijo que era una novela de cambio de edad. ¿Cómo define La chistera de Memphis?
Es rara, porque es bastante heterodoxa. No tiene un estructura normal de novela de planteamiento, nudo y desenlace, cosa que afortunadamente se perdió hace mucho tiempo. Es una novela de enfrentamiento interno. Al protagonista que subyace en todos los textos los que me conocen le podrían identificar muy fácilmente conmigo. Es un poco la lucha de dos personajes o esas dos caras de la misma persona: el niño bien santanderino estupendo y el macarra estadounidense, con un desenlace bastante sorprendente, porque no se sabe cual de los dos es el verdadero.
Parece que en todas sus novelas hay algo de autobiográfico.
Sí, aunque en la segunda sí había una trabama de ficción más definida. En esta hay dos planos. Uno es esa guerra interior del protagonista y en el otro aparecen muchos personajes, algunos ficticios y otros reales con pequeñas historias. Siempre me han interesado mucho los personajes secundarios, que normalmente no tendrían voz. Me gusta ascenderles. Es un poco la reivindicación de lo cotidiano.
¿En La chistera de Memphis vuelve a salir Santander?
Sí y Nueva York, de una manera distintas y siempre con el amor que le tengo a esas dos ciudades que son las mías. Para mí son un refugio y un paraíso perdido de la infancia.
¿Santander se merece un blues?
Santander se merece toda la música: un blues, un rock and roll y un funky frenético, de la misma manera que Nueva York. Son ciudades antagónicas, lo sé, pero para mí son igual de valiosas las aguas de la bahía que las del Hudson.
¿Le gusta la apuesta cultural que está haciendo Santander?
Está mejorando, pero Santander siempre ha tenido un poso cultural importante. Esta ciudad ha disfrutado de grandes veranos en la UIMP. Es cierto que ha habido unos años más complicados, pero en el terreno musical, salvo casos puntuales como la aparición sistemática de la policía en algunos conciertos, Santander está mucho mejor que otras ciudades de España
¿Tiene abandonada la interpretación?
Igual la interpretación me ha abandonado a mí. Pero le diría que no. Lo sigo haciendo en cada concierto, pues cada vez que subo a las tablas adopto una actitud interpretativa. En octubre, tras la gira con Cocooners vuelvo al teatro. Me hace mucha ilusión. Será con una versión muy arriesgada y moderna de La cabeza del bautista de Valle Inclán, estará también la banda y además voy a cantar. Es un texto maravilloso con una versión muy moderna.
¿Y el disco cuando sale?
También en octubre. Se llama Burbon radio. No va a ser un álbum al uso. Es un disco concepto, el de un programa de radio sobre un grupo.
Usted tampoco es un artista al uso.
En otros países igual sí, Te sorprendería la de cosas que hacen los actores en Estados Unidos. Aquí también pero no nos damos cuenta. En E UU como inventaron la industria la preparación es diferente. Es más global. Es un business.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.